Hasnat Khan, el cirujano que mantuvo un romance con la princesa Diana
Hasnat Khan, el cirujano que mantuvo un romance con la princesa Diana | Foto: SEMANA

REALEZA

“Sr. Maravilloso”: el médico del que la princesa Diana se enamoró perdidamente rompió su silencio

Hasnat Khan, un cirujano paquistaní, es el hombre por el que el Lady Di dijo “en mi matrimonio somos tres y es multitud” en su polémica entrevista en 1995. El hombre asegura que ese encuentro fue producto de una burda manipulación del periodista de la BBC. Diana quería casarse con él y su relación con Dodi Al-fayed solo habría sido un intento para olvidarlo.

4 de abril de 2021

El otro protagonista de esa entrevista es Hasnat Khan, un cirujano de 62 años nacido en Pakistán. El hombre era en ese entonces el amor de la princesa. “En mi matrimonio somos tres y es multitud”, aseguró esa noche Diana. Por cuenta de ese estremecedor testimonio, la reina Isabel autorizó el divorcio de ella con Carlos, algo que no tenía antecedentes en esa casa real.

El médico decidió hablar 12 años después, en medio de la polémica por esa entrevista. La BBC adelanta una profunda investigación sobre cómo Bashir consiguió ese testimonio de la princesa. Se ha sabido, por ejemplo, que le aseguró a Diana que Carlos tenía un bebé extramatrimonial con la niñera de William y Harry. “Diana me preguntó qué pensaba. Sentí que había sido un gran error y le dije que era terrible”, cuenta Khan que le dijo a la princesa después de que ella se confesó en esa entrevista.

Princesa Diana de Gales

Khan ha confirmado la manipulación de la que se ha hablado recientemente y que ha sido denunciada por la familia de Diana y por su propio hijo, el príncipe William. “Una de las cualidades más atractivas de Diana era su vulnerabilidad. Fue lo que hizo que el público la quisiera. Más tarde me di cuenta de que Bashir aprovechó esas vulnerabilidades. Fue muy persuasivo con Diana y le llenó la cabeza de basura”, dijo en una entrevista. El médico narró que tuvo una llamada reciente que lo hizo salir al público. “Me llamó por teléfono un amigo y me dijo que conocía a Martin Bashir y que este se encontraba bajo mucho estrés. Dijo que era un hombre decente pero que estaba muy deprimido y que tenía que pedirme el favor de hablar con él”, aseguró el cirujano.

Los días de Diana antes de esa entrevista, según Khan, estuvieron llenos de angustia. “Ella no era una persona paranoica, pero con todas esas ideas y charlas sobre escuchas telefónicas, Bashir trataba de llevarla a un lugar donde desconfiara de las cosas y de la gente que la rodeaba. Era un hombre inteligente”, dijo. Khan describió a Bashir como un hombre irrespetuoso y amarillista. “Casi desde el primer momento comenzó a hacerme preguntas muy personales y muy directas sobre Diana y nuestra relación. Me enfadé. Fue impertinente por parte de este hombre al que no conocía que nos hablara así”, dijo en la entrevista. “Le dije a Diana que Bashir no me agradaba, que no confiaba en él y que debía cortar sus relaciones”, agregó.

“Siempre pensé que Diana volvería a mí”

En la esplendorosa pero solitaria vida de la princesa, sus allegados reconocen que Khan fue su más grande amor. A pesar de que muchos creen que su corazón lo tuvo Dodi Al-Fayed, el hombre con el que murió en ese trágico accidente en el puente del alma en París, la realidad es que el breve romance fue mitificado por su trágico deceso. Diana no estaba interesada en formalizar la relación y ni siquiera estaba enamorada de su acompañante de las horas finales.

De hecho, Dodi solo habría sido un clavo para sacarse otro. Así lo reveló un libro publicado por la reconocida periodista británica Tina Brown en 2007, quien fue editora de las revistas Vanity Fair y The New Yorker.

Después de haber entrevistado a 250 personas relacionadas con la princesa, y de haber revisado cientos de documentos, la autora concluye en The Diana Chronicles (Las crónicas de Diana) que el hombre de su vida, al que llamaba “el único”, fue el cardiólogo paquistaní Hasnat Khan, con quien mantuvo una complicada e intensa relación de dos años. Ella hizo todo lo posible por mantenerlo a su lado, incluso estaba decidida a dejar de ser Diana de Gales para convertirse en la señora Khan, pero las diferencias culturales, sus estilos de vida opuestos y la obsesión de ella por ser protagonista de los medios terminaron alejándolos.

Matrimonio Lady Di
Lady Di nunca fue feliz con el príncipe Carlos. Y en su vida se le conocieron muchos amantes. | Foto: Semana

El libro acaba con varios mitos: además de presentar una mujer bondadosa, comprometida con las causas benéficas, muestra a una Diana manipuladora y acosadora. Según la biógrafa, en un principio el príncipe Carlos sí se enamoró de Diana quien no habría cumplido con el requisito monárquico de llegar virgen al matrimonio, como se ha dicho en varios textos.

Sin embargo, el ‘responsable’ habría sido el propio heredero al trono durante un paseo en el tren de la familia real. Finalmente la relación no habría funcionado por la falta de química sexual entre ambos. La princesa aparece como una mujer que compulsivamente buscaba a alguien que la protegiera. Incluso Brown relata que cuando murió, Carlos dijo apesadumbrado: “Siempre pensé que Diana volvería a mí, buscando que la cuidara”.

El primero en quien encontró ese tipo de afecto fue su guardaespaldas Barry Mannakee, en 1985. Habría sido su primer amante y al parecer ambos fueron descubiertos en una situación comprometedora. Mannakee fue despedido y a los nueve meses murió en un accidente. Diana siempre creyó que había sido asesinado en una conspiración para quitarlo del camino. El siguiente en la lista fue su profesor de equitación, el atlético oficial de caballería James Hewitt, quizás el más conocido de todos por los rumores acerca de que es el verdadero padre del benjamín de Diana y Carlos, el príncipe Harry. De acuerdo con Brown, él fue el encargado de “convertirla en una criatura sexual”.

Cuando aún tenía encuentros con Hewitt empezó un affaire con James Gilby, quien se hizo famoso por una serie de conversaciones íntimas con la princesa que fueron grabadas. En 1992 comenzó una relación con el vendedor de obras de arte Oliver Hoare, un hombre casado. Para entonces ya no era un secreto que el matrimonio de la princesa era un fracaso, pero su amante no pensaba lo mismo del suyo y regresó con su esposa. Al poco tiempo, Hoare reportó a las autoridades más de 300 llamadas anónimas amenazantes, y se pudo establecer que estas provenían de Kensington Palace. La responsable era la resentida Diana. La obsesión se terminó cuando empezó a salir con el jugador de rugby Will Carling.

  En 1995, Lady Di dio una reveladora entrevista a la BBC en la que acusó a la familia real de rechazarla e ignorar sus pedidos de ayuda. La historia se repitió con Meghan.
En 1995, Lady Di dio una reveladora entrevista a la BBC en la que acusó a la familia real de rechazarla e ignorar sus pedidos de ayuda. La historia se repitió con Meghan. | Foto: Harpo Productions / getty images

En 1995, antes de firmar su divorcio, Diana conoció al doctor Hasnat Khan, de 35 años, proveniente de una familia de clase media, perteneciente a la etnia Patán (pashtún) de Pakistán y muy arraigado a sus tradiciones culturales. Era conocido como el Omar Sharif del hospital Royal Brompton de Londres y estaba encargado del cuidado de Joseph Toffolo, esposo de la acupunturista de la princesa, quien había sufrido una hemorragia durante una intervención de bypass triple. Diana se encontraba en su habitación cuando el médico entró a revisar al paciente. La saludó muy fríamente y se dispuso a examinar al enfermo, lo cual causó una gran impresión en una mujer acostumbrada a tener la atención del mundo.

Desde entonces permaneció al lado de la cama de Toffolo durante 17 días. Ella quería llamar su atención: “La princesa llegó a ser una especie de estudiante de cardiología. En su mesa de noche tenía un gordo ejemplar de Gray’s Anatomy y un cúmulo de reportes quirúrgicos. Empezó a ver Casualty, una serie acerca de un hospital, y su clóset estaba lleno con las túnicas que usan las mujeres paquistaníes. Incluso consideró convertirse al Islam”, relata la autora. Sus visitas al hospital eran tan asiduas, que cuando un reportero del periódico News of the World la fotografió a medianoche allí, ella explicó que estaba dedicada a visitar a enfermos terminales para reconfortarlos. La coartada funcionó y Diana impresionó al esquivo doctor, quien pese a su estilo en extremo discreto, decidió dejarse seducir. “En él encontré la paz. Me da todo lo que necesito”, confesaría Diana.

Según Brown, Khan rechazaba los ostentosos regalos que le ofrecía su amante y en cambio prefería que ella se convirtiera en ama de casa de su desordenado y pequeño apartamento, donde se divertía “aspirando, cocinando y planchando “. Se dice que la noche en que Diana cumplía 34 años, para celebrar fue a visitarlo cubierta con un abrigo, sin ropa debajo, sólo ataviada con sus aretes de diamantes y zafiros. Era tal su devoción por Khan, que viajó varias veces a Pakistán para conocer su cultura y pidió a su mayordomo Paul Burrel que le consiguiera un sacerdote que se prestara para casarlos en secreto. Eso molestó a Khan, quien empezaba a sentirse asfixiado por su novia, la que fantaseaba con tener una niña morena a la que pondría Allegra.

Lo llamaba insistentemente durante sus rondas médicas, le arreglaba la agenda para que pudiera escaparse con ella y soñaba con que dejara sus ocupaciones para exiliarse juntos en Australia o Sudáfrica, donde llegó a buscarle un nuevo trabajo. Diana trató de impresionar a la familia del médico al participar en obras sociales, incluido visitar a los enfermos del Memorial Cáncer en Pakistán.

En uno de sus viajes se presentó en casa de sus suegros buscando su aprobación. Pero aunque les agradó la princesa, no cumplía los requisitos para ser parte de la familia. Cuando los rumores del romance empezaron a circular, Hasnat se enfureció, pese a los esfuerzos de Diana por negar públicamente la relación. Su padre, Rashid Khan, se encargó de darle la estocada final a la princesa cuando aceptó ser entrevistado por el diario Express y confesó que “ellos no van a casarse. Estamos buscando una novia adecuada para él que pertenezca a una respetable familia Patán, o al menos musulmana paquistaní”.

Hasnat Khan habría puesto fin a la relación entre mayo y julio de 1997 agobiado por las presiones de su novia y de sus padres. Según la biografía, la legendaria imagen de Diana y Dodi Al Fayed besándose a bordo de un yate en Córcega, que le dio la vuelta al mundo, habría sido la última estrategia de la devastada princesa para darle celos al hombre que en verdad amaba.

*Este texto es una actualización de un perfil de Khan publicado en 2007.