LIBRO
Stormy Daniels: la mujer que puso en jaque a Trump y dijo que lo tenía pequeño y había sido “el peor sexo de su vida”
La actriz porno contó detalles muy íntimos de lo que fue su relación con el magnate en un libro que publicó hace unos años. Esta es la historia de esa relación que tiene contra las cuerdas al expresidente de Estados Unidos.
Stormy Daniels ha logrado, varias veces, acorralar a Donald Trump. El caso de la actriz porno es el que tiene contra las cuerdas al magnate que hoy lleva el muy poco honroso título de ser el primer presidente de los Estados Unidos imputado criminalmente. La historia de como terminó enredada con Trump ha sido contada con lujo de detalles y es quizás uno de los capítulos más vergonzosos de la vida del magnate.
En julio de 2006, los caminos de Donald Trump, entonces estrella de la telerrealidad, y de una diva de películas porno se cruzaron durante un torneo de golf cerca del lago Tahoe, en el oeste de Estados Unidos. Con 60 años, el futuro presidente estadounidense, que venía de tener un hijo con su esposa Melania, posó en un polo amarillo y una gorra roja al lado de la despampanante Stormy Daniels, cuyo nombre real es Stephanie Clifford, y que entonces tenía 27 años.
Lo que siguió al encuentro es motivo de debate. La enérgica rubia asegura que pasaron la noche juntos, mientras que Trump niega haber tenido relaciones sexuales con la actriz, a la que acusa de ser una “estafadora”. Sea lo que sea lo que sucedió en Nevada, la exbailarina erótica recibió luego 130.000 dólares para mantenerse callada, a pocos días de las elecciones presidenciales de 2016.
Lo que Trump quería callar y que Daniels terminó contando, a pesar del pago, fue impactante. Stormy ahondó en su primer encuentro sexual. Cuenta que cuando llegó a su cuarto, este “salió en pijama de satín negro y pantuflas”, y ella le respondió, “¿Qué putas haces? ¡Ponte algo de ropa!”. Muy obediente, Trump se cambió, y sentados en un sofá coincidieron en que su pelo era ridículo. Stormy se puso personal y le preguntó: “¿Qué pensaría tu mujer de que estés aquí conmigo?”, y, sin vacilar, Trump dijo: “No te preocupes por eso. No es gran cosa, además dormimos en cuartos separados”. En ese momento sacó una foto de Melania con el pequeño Barron.
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Poco después, Stormy fue al baño y a su regreso encontró a Donald desparramado en la cama en ropa interior. Pasó lo que tenía que pasar y, para dejar constancia de que no miente, Daniels procede a describir minuciosamente el pene de su amante du jour. “Es distinto de una manera peculiar, es más pequeño que el promedio, pero no pequeño de manera escandalosa. Él sabe que tiene un pene inusual, tiene una cabeza enorme, como una seta. Así que ahí estuve, aburrida porque me estaba follando un tipo con vellos púbicos de yeti y una verga que más se parece al personaje del hongo de Mario Kart”. Matoneo puro y duro.
La actriz concluye con una frase apuntada a desinflar el ego de Trump, o tratar de suscitarle una respuesta: “Puede ser el sexo menos satisfactorio que tuve en la vida, pero, claramente, él no comparte esta opinión”. Vale mencionar que incluso Marla Maples, exesposa de Trump, negó haber dicho que el de Trump había sido “el mejor sexo que he tenido”, una frase de la que este siempre hizo alarde y dio para una portada en The New York Post. Michael Avenatti, abogado de Daniels, aseguró que el testimonio de su clienta prueba que dice la verdad, y retó a las colaboradoras del mandatario a probar lo contrario.
El pago hizo que Trump fuera inculpado penalmente, algo nunca visto con un expresidente. La justicia de Nueva York sospecha que violó las leyes sobre el financiamiento de las campañas electorales. Hace unos días, cuando la decisión parecía inminente, Stormy Daniels recurrió a la ironía y volvió a usar el apodo de “diminuto” con el que se refiere a Trump, luego de que el republicano le pusiera en las redes sociales el mote de “cara de caballo”.
Los amores
El tono entre ambos, según la actriz, no siempre fue así de agrio. Para seducirla, en 2006, Trump le dijo que era “especial” y le ofreció una aparición en su programa El aprendiz, que no llegó a materializarse pese a que, según ella, siguieron en contacto. En 2011, Stormy Daniels trató, por primera, vez hacer públicos los detalles del encuentro al intentar vender su testimonio a la revista de farándula In Touch por 15.000 dólares. La revista, sin embargo, renunció a publicar la entrevista tras ser amenazada con una demanda por uno de los abogados más cercanos a Trump, Michael Cohen.
Según la actriz, un desconocido la abordó poco tiempo después en un estacionamiento de Las Vegas para intimidarla y ordenarle “olvidarse de Trump”. Daniels calló, pero solo hasta que el magnate del sector inmobiliario ganó las primarias republicanas de 2016, momento en que ella retomó el contacto con medios para tratar de monetizar su historia.
Michael Cohen, apodado el “pitbull” de Trump, volvió a intentar comprar su silencio, como ya lo había hecho con la playmate Karen McDougal en un asunto similar. Tras las negociaciones, el abogado pagó de su bolsillo 130.000 dólares a Stormy Daniels en el marco de un contrato de confidencialidad firmado el 28 de octubre, bajo los seudónimos de “Peggy Peterson” y “David Dennison”.
Excitar al país
Trump resultó elegido y los meses pasaron sin que nada sucediera, hasta que el Wall Street Journal reveló la transacción en enero de 2018. En un primer momento, Cohen cubrió al presidente y aseguró que jamás fue reembolsado. En tanto, Stormy Daniels apareció en televisión limitándose a sonreír.
Sin embargo, la estrella porno solicitó, desde marzo, a la justicia anular el acuerdo de confidencialidad y comenzó a acudir a medios y clubes nudistas en una gira llamada “Make America Horny Again” (“Hagamos que Estados Unidos vuelva a excitarse”), en alusión al propio lema de campaña de Trump: “Make America Great Again” (“Hagamos que Estados Unidos vuelva a ser grande”).
En octubre, Daniels publicó una autobiografía titulada Full disclosure, en la que asegura que su noche con Trump fue “la menos impresionante” de su vida y describe su sexo de forma poco elogiosa. Más allá de los daños a su imagen, y de la frialdad que parece manifestarle Melania, la situación se agravó en el plano judicial para Trump.
Investigado por fraude en diferentes casos, el abogado Cohen aceptó cooperar con las autoridades. En agosto de 2018 admitió haber efectuado el pago a la actriz porno “por solicitud” de Trump. Entre tanto, el exalcalde de Nueva York Rudy Giuliani, quien se unió al equipo de abogados del magnate republicano, habló de más al admitir en directo en la cadena Fox que la organización Trump sí le reembolsó el dinero a Cohen.
Trump se vio obligado a reconocerlo, pero sostuvo en Twitter que no utilizó “dinero de la campaña”. En cuatro años de proceso, el expresidente no ha aceptado testificar ante los fiscales neoyorquinos y les acusó de haber “inculpado a una persona completamente inocente”.
La historia de como la mujer llegó a ese mundo fue contada en su libro. A los 9 años, para evitar que un vecino abusara de su mejor amiga, ella se le ofreció. Antes de terminar bachillerato ya incursionaba en el mundo de las bailarinas exóticas y dio el salto al mundo porno como un camino natural para vivir y para crear. No ha dejado de lado su naturaleza y sigue su lucha para que la escuchen como a una mujer digna. Por eso su abogado la presenta como una voz que no se calla frente a un sistema que tenía todo para doblegarla., pero no lo logró.
*Con información de AFP.