¿Terapia de pareja? Camilo Echeverry y Evaluna Montaner confiesan si tuvieron que acudir a ella

Camilo Echeverry y Evaluna Montaner han sido una de las parejas más queridas en el mundo del entretenimiento, sobre todo ahora que esperan a Índigo, su primer hijo, la cual sin duda alguna ha sido una de las noticias más emotivas que ha dado el cantante colombiano y la hija de Ricardo Montaner.

Constantemente en las redes sociales de ambos se ve el amor que profesan el uno al otro, despertando la envidia de muchas personas que los siguen. Sin embargo, lejos de las redes sociales Evaluna y Camilo tienen problemas de pareja, como sucede en todos los casos, e incluso recientemente confesaron que tuvieron que acudir a terapia de pareja y buscar apoyo psicológico.

El tema fue revelado en el reciente programa de la artista venezolana, llamado En la sala con Evaluna de Amazon, en el que ambos sostuvieron una conversación de diversos temas, como por ejemplo la estabilidad emocional que tienen como pareja y un matrimonio sano, además de la crianza de los hijos, pues en pocos meses nacerá Índigo.

En el primer punto, Evaluna confesó que les ha funcionado bastante el apoyo psicológico: “Yo tengo una relación con Dios vida. Aparte de eso, siento que es superimportante el acompañamiento psicológico. Es algo que a mí me ha funcionado muchísimo, y a Cami también, es algo que hacemos juntos”, afirmó. En ese sentido, la hija de Montaner añadió: “Amo a mi psicóloga, ella es increíble”.

Y aunque no es que necesariamente estén pasando por problemas matrimoniales, lo cierto es que no todo es perfecto y muestra de ello es que ambos decidieron acudir a un acompañamiento psicológico para evitar que las incomodidades o discusiones se apoderen de la relación que han mantenido hasta el momento.

En la conversación también señalaron que uno de sus tips para mantener una buena relación es que siempre esté por encima la comunicación entre la pareja. En ese punto de la charla, Evaluna confesó que hubo un momento del noviazgo en el que pensó que había un buen intercambio de mensajes, pero después se dio cuenta de que debía ir más allá de preguntas rutinarias como: ‘¿Qué haces?’ y ‘¿Cómo estás?’. Por eso reconoció y destacó el hecho de que Camilo tenga la capacidad de estar siempre dispuesto a dialogar.

“Algo que me encanta de ti es que constantemente estás tendiendo puentes a la comunicación de ciertos temas. Entonces, a cada rato me estás diciendo: ‘Amor, quiero que sepas que está la puerta abierta para que me hables de tal cosa, lo que sea que sientas me lo puedes decir sin juzgarte’”, aseguró Evaluna. A lo que su pareja, Camilo, añadió diciendo: “Es muy importante hacer cierto tipo de preguntas y hacer puentes”.

Finalmente, sobre la crianza de los hijos, un tema sensible y que preocupa bastante a los padres primerizos, la pareja aseguró que uno de los puntos es cómo manejarán la relación entre Índigo y la tecnología.

En ese punto Camilo confesó que no quisiera ver a sus hijos con aparatos tecnológicos por lo menos hasta los cuatro años de edad: “No quisiera tanto que ellos tuvieran independencia con eso, y si la van a tener, que sea siempre en compañía de nosotros (…); por ejemplo, un niño muy chiquito no entiende los estímulos que está viendo y que van mucho más allá de su imaginación y se las atrofia un poquito”, manifestó.

Sobre su relación matrimonial, Evaluna confesó el secreto final: “Camilo y yo siento que nos apoyamos en todo y hacemos todo juntos. Él se apasiona igual que yo en todos mis proyectos y yo en los de él”.

Finalmente, Camilo aprovechó para manifestar su emoción por la llegada de su primer hijo, que por el momento no se conoce si será niño o niña. “Estoy muy emocionado porque estamos viéndole crecer en su panza. Nunca había estado tan emocionado por algo en mi vida, nunca, y eso que yo soy muy emocional con todas las cosas que hago. Pero esta, en especial, por la incertidumbre de no saber cómo va a suceder me tiene como mental y espiritualmente ocupado. Siempre estoy en control de mi creatividad, y ahora con Índigo, no”, concluyó.