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Letizia, la princesa de cuento se transformó en una bruja real
La fama de arrogante y engreída acompaña a la reina desde que fue recibida en la monarquía española. Más allá de su papel político, la gente se pregunta si sus famosas y recientes pataletas son el producto de su gastada relación con la familia real.
Quienes creen que la historia de la familia real británica es la única que está llena de excentricidades, rumores y disputas, no conocen los pormenores que ocurren dentro de la monarquía de España. La prensa del país ha destacado los líos en los que cada uno de ellos ha estado involucrado. Pequeños y grandes, cada acontecimiento es narrado con lujo de detalles por los medios de comunicación y la opinión pública no se los pierde.
Recientemente, la a veces infructuosa relación de la reina Letizia con el protocolo, activó las alarmas de lo que podría ser una crisis familiar. Doña Letizia se ha desquiciado más de una vez en público y ha perdido el control de sus palabras y gestos, por nervios o por enojo. El rey Felipe VI, su esposo le ha llamado la atención y ella, como un niño que acepta regaños de mala gana, ha tenido que pensar dos veces su actitud.
Pelea en la Casa Real porque Letizia no deja que Sofía se haga una foto con sus nietas. pic.twitter.com/LEjCk2nm0A
— El Rabillo del OjO👁️ (@rabillodelojo) April 3, 2018
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La reina siempre está impecable y nunca ha ocultado su obsesión por estar perfecta, sobre todo cuando está frente a la vista de otros. Sin embargo, su espíritu, como era de esperarse, ha cambiado desde que dejó el periodismo para formar parte de la institución real. Ha tenido problemas con la etiqueta y en muchas ocasiones, por olvido o adrede ha dejado ver que le cuesta seguir órdenes.
Las imágenes de ella maquillándose mientras está reunida con importantes personajes cercanos a la familia, caminando delante del rey o haciendo caso omiso a las indicaciones, le han acarreado valoraciones negativos de la prensa, los ciudadanos e incluso algunos miembros de la casa real.
Letizia, Sofía y Leonor... ¿Besos borrados? 🙄 pic.twitter.com/yjSRAckwly
— Jesús Cintora (@JesusCintora) April 3, 2018
Su último encuentro de frente con la crítica fue por el tenso momento que vivió durante la misa de Pascua en la catedral de Palma. El episodio ocurrió en el momento en que doña Sofía toma por los hombros a sus nietas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, para tomarse una foto con ellas. La esposa de don Felipe vio a un fotógrafo y quiso posar para él junto con las pequeñas, sin embargo, de la nada apareció la reina Letizia y se atravesó en el cuadro para saludar a alguien.
Lo que parecía un momento accidental se convirtió en lo que la prensa española ha denominado como una acción intencional. La reina Sofía se hizo a un lado para que el fotógrafo pudiera capturar el momento, pero su nuera se volvió a interponer y se acercó a las tres quedando entre ellas y el fotógrafo. En ese momento la pequeña Leonor intenta zafarse de su abuela con gestos de molestias y así la interrumpida fotografía se queda en el intento cuando el grupo se disuelve.
Letizia, la Reina de España, abucheada en público en su primer acto tras el escándalo de Palma https://t.co/LBkh8IY17a pic.twitter.com/WVjTnK3dbE
— elEconomistaAmerica (@eEAmerica) April 5, 2018
Al salir del recinto, una escena similar se repite. La consorte impide una fotografía entre su suegra y las menores. Esta vez los fotógrafos sí obtienen una foto, pero de toda la familia notablemente dividida, en un lado: el rey Felipe, la reina y sus dos hijas; y un poco más distantes, el rey emérito Juan Carlos y su esposa.
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Esta no es la primera vez que el carácter de la reina Letizia la ha puesto en el centro del cotilleo de los españoles, tampoco es la primera vez que se muestra como una mujer fuerte y segura, incluso ante la presencia de los medios, que de hecho conoce muy bien por su trabajo como periodista antes del compromiso con el entonces príncipe de Asturias.
Para muchos ciudadanos, Letizia es una mujer antipática y engreída. En los pasillos del palacio de Zarzuela se ha rumorado que la reina es rígida y muy imponente. Pero su actitud podría ser la de una mujer que conoce perfectamente lo estricta que es la vida de la realeza y las exigencias protocolarias a las que se debe ceñir.
Lo que más ha alimentado su imagen de “bruja” es precisamente la relación que tiene con su suegra que, según análisis del diario español El País, se ha venido cuesta abajo desde que Letizia y su esposo sucedieron a los reyes de España en el 2014.
Doña Sofía siempre ha querido estar muy cerca de los retoños de su hijo y hasta cierto momento compartía buena parte de su tiempo con las menores. Sin embargo, por la "estricta educación" que reciben las niñas, Letizia le impidió a la abuela estar tan involucrada en la vida cotidiana de las dos.
Con los años, la imagen de doña Letizia se ha deteriorado tanto como su relación con los miembros de la familia. Su compromiso con el rey Felipe VI fue anunciado en el 2013 y ni la opinión pública ni la prensa española vaticinaron lo que una vida de protagonismo haría en Letizia. Durante su primera presentación real, la hoy reina de España se pronunció sobre su nueva vida y los cambios que llegarían para ella, cuando el Príncipe de Asturias la interrumpió. Ella recuperó la palabra inmediatamente con un cariñoso "déjame terminar", y dio fin a su discurso agradeciendo el cariño de los Reyes y "el ejemplo impagable de la reina".
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El anuncio de la boda fue una sorpresa para la opinión pública, pues no se conocían fotografías ni reportes de que entre los dos existiera una relación. Al principio de la unión, Letizia se mostró siempre complacida con el trato que recibía en la familia real, la reina Sofía se convirtió en una guía para ella. Pero con el tiempo, su relación dejó ver algunas fisuras. Dentro de una familia normal esto no acapararía la atención de la prensa, sin embargo, al tratarse de la familia real española la forma de ser de Letizia la ha llevado a encabezar los titulares de prensa con frecuencia.
Siempre ha sido una mujer que transmite seguridad, con ideas aterrizadas y presente en la defensa de los más vulnerables. La única vez que se le vio nerviosa fue el día de su compromiso. Se dice que ella y el príncipe de Asturias se enamoraron inmediatamente, que él ya había visto a la estrella televisiva en la pantalla, pero que un día en una cena, que sería su primer encuentro, quedaron cautivados el uno al otro.
Desde ese día, la prensa ha seguido los pasos de la relación y aunque siempre se han mostrado amorosos y respetuosos, en más de una ocasión se han filtrado momentos incómodos entre la familia real. Lo que es cierto, es que la reina es querida y criticada por las mismas razones: su criterio y su firmeza.
Para algunos, es una doña mandona que impone su voluntad, pero para otros su carácter frío en algunos momentos se debe a los tratos duros que recibió en algunos momentos dentro la familia, principalmente, al comienzo de la relación.
Los desplantes a la prensa y los sorpresivos momentos en los que ha intentado ser más cercana al pueblo la han vuelto famosos en España. Tampoco contribuye la no muy buena relación que tiene con las hermanas del rey: las infantas Cristina y Elena. Las tres se han visto envueltas en momentos de desaires, como la vez en la que Letizia se negó a que los padres de Iñaki Urdangarin, esposo de doña Cristina, se hospedaran en su casa para el bautismo de la pequeña Irene Urdangarin argumentando que prefería no tener invitados ya que se encontraba en el final de su primer embarazo, según lo reportó el Diario de Mallorca.
Letizia pasó de escribir noticias a ser la noticia. Siempre había demostrado tener sueños grandes con muchas aspiraciones profesionales, tal vez lo aprendió de su padre, también periodista. Salió de un colegio público para matricularse en la Universidad Complutense de Madrid donde estudió Ciencias de la información. No se había graduado cuando empezó a colaborar con la ABC y la agencia EFE. Su camino como periodista continuó y se destacó cubriendo temas de política internacional, economía y espectáculo.
De príncipes a reyes: la sucesión continuó... y el drama también
Después de casi cuatro décadas de mandato, el rey Juan Carlos abdicó al trono y le entregó el reino a su heredero Felipe. El anuncio se realizó el 2 de junio de 2014, pero se hizo efectivo 17 días después en una ceremonia que se realizó en el Salón de Columnas del Palacio Real de Madrid. Letizia estaba al frente, al lado de su marido, ocupando una de las cuatro sillas centrales. El momento estuvo lleno de grandes gestos de amor entre la familia y el rey presentó a su hijo como sucesor.
Don Felipe se sentó en el lugar de su padre y las pequeñas infantas pasaron al frente para saludar con un tierno y delicado beso a su abuelo, quien había sido advertido de lo que ocurriría segundo antes por su hijo Felipe. La princesa Letizia, siempre con los ojos sobre las pequeñas, las felicitó por su comportamiento y protocolo.
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La primera vez que los españoles vieron a don Felipe y doña Letizia como reyes, fue desde la Plaza de Oriente de Madrid. Llegaron desde temprano para catapultar en sus memorias la imagen de los dos convertiéndose en soberanos. “¡Viva el rey!”, decían, en medio de banderas de Españas que ondeaban con sus manos.
La familia completa salió al balcón: él, Letizia y la princesa de Asturias y la infanta Leonor. Saludaron a la conglomeración. Para muchos fue inevitable recordar el 22 de mayo de 2004 cuando se presentaron al pueblo por primera vez como marido y mujer. La reina Sofía y el Rey Juan Carlos también hicieron parte de este histórico momento y fueron vitoreados por una multitud.
Pero ni con su nueva vida, ahora como reina, el drama se apartó de la vida de doña Letizia. Los medios de España publicaron un mensaje que la consorte envió a Javier López, conocido en el país como el compi yogui, un empresario que cayó en desgracia por el caso de las tarjetas opacas de Madrid en 2014 en el que se investigó la supuesta utilización de una tarjeta crédito Visa para cargos personales calculados en cientos de miles de euros por los consejeros de Caja Madrid.
Compi yogui también se ha visto involucrado en otros escándalos, entre ellos las investigaciones de un juez por las adjudicaciones de proyectos millonarios de la empresa de construcción OHL de la que el amigo de Letizia hace parte del consejo de administración. El mensaje de la reina a su amigo era: “Te escribí cuando salió el artículo de lo de las tarjetas en la mierda de LOC y ya sabes lo que pienso Javier. Sabemos quién eres, sabes quiénes somos. Nos conocemos, nos queremos, nos respetamos. Lo demás, merde. Un beso compi yogui (‘miss you!!!’).
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La reina se ha ido en contra de las voluntades de la casa real española en más de una ocasión. Ha usando vestidos cortos y con escote, cuando la indicación era vestido largo; se ha quejando de ciertas fiestas tradicionales de la familia con periodistas; ha mostrando desinterés en algunos eventos, como la visita a la biblioteca de Guadalupe en México con la presencia del primer mandatario del país, Enrique Peña Nieto y su esposa; o simplemente ha protagonizado pequeños desplantes a algunos ciudadanos que han querido tener una foto con ella.
En todo caso, los ojos de la opinión pública en España siempre estarán puestos sobre la vida de la familia real, por sus momentos de tensión e incomodidad o por sus apariciones en actos de caridad, crisis políticas o eventos sociales. La actitud de la reina, criticada duramente durante la última semana estará allí y solo los miembros de la familia sabrán con exactitud el por qué de las grietas al interior de la casa real.