Por qué “Doña Ruth” habla de Gustava Petra y Margarita Rosa

La actriz colombiana Margarita Rosa de Francisco diseñó un personaje al que ha bautizado como ‘doña Ruth’, que hace ácidos comentarios sobre la actualidad nacional. En su más reciente presentación, la cual se encuentra dividida en cuatro partes y que compartió la actriz en sus redes sociales. Doña Ruth habla sobre la situación del país en medio del paro nacional y declara su gusto por las armas para resolver los problemas.

En medio de la parodia, doña Ruth cuenta que tiene “una flecha” en el Ejército, un excoronel, puntualmente, que le ayudó para que le aplicaran la vacuna contra el coronavirus, antes que a todo el mundo. “Así como nos gusta a nosotros, por debajo de cuerda todo (...) Las personas que estamos orientando a la gente acá necesitamos estar buenas de salud”, dice inicialmente doña Ruth a través de un video.

Además, dice estar preocupada porque su hijo adoptivo, que tiene “18 añitos”, pasa el tiempo con unos audífonos, conectado a su celular y, en Twitter, leyendo “a la que hizo Aroma de Café”. Es decir, a ella misma, Margarita Rosa de Francisco.

“Esa muchacha yo no sé qué le pasó. Antes estaba medio loca, pero ahorita se disparatió del todo. Ella se cree pues la Gustava Petra del paseo y así me tiene desde bobinchada cabeza de mi muchacho y lo tiene allá en la calle y me dice: ‘Mamita, es que estoy peleando por mis derechos’. ¿Cuáles derechos? Como si usted tuviera derecho a nada, mijo. Aquí se le ha dado comida, techo, todo. Y ahorita dizque reclamando derechos”, cuenta doña Ruth. También narra que “Margarita Rosa de Francisco tiene todo incendiado” desde que se “enlocó del totazo”.

Por otra parte, en la parodia también cuenta que llamó al excoronel del Ejército, un hombre con el que asegura tener un romance y a quien a veces le da “homosexualitis, pero eso se le pasa rápido”. Además, dice doña Ruth, ella le pidió al exoficial que le consiguiera un par de pistolas para defenderse “como se deben defender acá las cosas”, recalcando que ella es “una persona decente, gente bien”.

Continuando con su relato, afirma que le ofreció una de esas armas a su hijo adoptivo, pero que este “todo decente” le dijo que él no quería armas y que, por el contrario, él prefería protestar con una flauta, con música. Algo que doña Ruth dijo no compartir.

“¿Saben lo que hizo? Cogió un tarro de basura y lo partió por la mitad y se lo puso dizque de escudo ese berraco, que para defenderse, que yo no sé qué. No señor, así no se hacen las cosas. Y entonces allá está vandalizando, desbaratando todo con lo bonito que estaba el país antes, con lo bonito que estaban las carreteras. Y toda la economía como estaba funcionando de bien y ahorita esos muchachos alebrestados por esta berraca loca, de capirote, marihuanera, la señora Rosa de Francisco”, reflexiona doña Ruth, bastante alterada.

Por último, revela que ya le llegaron las dos pistolas que le había pedido al exoficial y que están practicando para poder utilizarlas, porque en su casa, según ella, las cucarachas y hasta los ratones los matan a bala. “Después les cuento cómo siguen las cosas, porque las cosas se solucionan es así, como con mano firme y a plomo como es, nada de que dialogando, dialogando qué. No señor, plomo es lo que hay”, concluye doña Ruth.