Música
Video: “No sabes cuánto te amo, Ceci”: Juanes cuenta en SEMANA detalles de su relación con Karen Martínez, de quien estuvo a punto de separarse
El plena pandemia, revela el artista, la pareja atravesó una fuerte crisis y Juanes pensó que “era el fin de nuestra relación”.
Juanes presentó al mundo, el jueves pasado, su nuevo álbum de estudio Vida Cotidiana, el trabajo discográfico más íntimo de toda su carrera. Once canciones en las que desvela sus pasiones, sus miedos, sus frustraciones, el amor por su tierra y sus hijos y hasta cómo la pandemia le permitió reconectarse con un hogar del que había estado ausente en medio de años enteros de giras, grabaciones y conciertos.
El artista paisa le abrió las puertas de su enorme casa en Envigado, Antioquia, a SEMANA para conversar de este álbum y se sentó a la mesa durante una tarde entera. Un artista de 50 años, la mitad de los cuales ha estado en la memoria de los colombianos, que mira ya su larga trayectoria con la tranquilidad de los sueños cumplidos.
En medio de ese recorrido por su carrera y su vida, Juanes confesó cómo ha logrado mantener a salvo su matrimonio tras dos décadas junto a la actriz, modelo y presentadora Karen Martínez, a quien el paisa llama cariñosamente Cecilia, el segundo nombre de la cartagenera.
“Cecilia y yo llevamos 22 años juntos. Y ha sido una relación hermosa, pero también una relación de diferencias. De una separación, de encuentros, de desencuentros, pero en este momento de mucha alegría. Justo esta mañana la llamé y le dije: No sabes cuánto te amo, Ceci. Porque hemos vivido muchas cosa y también hemos pasado por momentos demasiado oscuros”, relata Juanes.
Lo más leído
Y en el álbum, cuenta, hay dos canciones “que muestran un poco eso: Gris, una canción que habla de una situación de la pandemia en donde pensé que era el fin de nuestra relación. Y eso me dio demasiada tristeza, quería gritar. Y en la canción está eso plasmado. Siempre encuentro en la música un filtro. Y por él pasan todos mis sentimientos y quedan convertidos en canción. Y después está Cecilia, que es una canción hermosa, que hice junto a Juan Luis Guerra”.
“Es mi mejor álbum”
Sin dudarlo, asegura que, si por algún motivo ajeno a su voluntad este fuera el último gran proyecto de su carrera artística, se iría satisfecho porque lo entregó todo. “Si este es mi último álbum por alguna razón de la vida, quisiera que fuera mi mejor álbum. Mi álbum más honesto, mi álbum más real”, se le escucha decir.
Para esta nueva producción desempolvó varios sentimientos que lo atraviesan, en especial, los que lo atormentaron durante la pandemia del covid-19, que obligó al mundo a encerrarse por semanas enteras y que ha dejado en poco más de tres años millones de muertos en el mundo.
Este confinamiento, en su caso, por poco le cuesta el matrimonio con Karen Martínez, pues los enfrentó no solo a las dificultades de la convivencia permanente, sino a la crianza de sus hijos adolescentes, Paloma, Luna y Dante.
“Vida cotidiana –dice la voz de grandes temas como Camisa negra, Para tu amor, Es por ti y A Dios le pido– son 11 canciones que hablan de la cotidianidad de los sentimientos, de mi vida personal, de las relaciones con mi esposa, con mis hijos y con Colombia”.
La pandemia como inspiración
La culpa de este trabajo discográfico, que lanzó en todas las plataformas el pasado 18 de mayo, insiste Juanes, fue la pandemia. “Tuvo que ver mucho. Fue maravilloso poder compartir con la familia y sentir que estaba en la casa después de casi toda una vida viajando debido a mi carrera. Pero, al mismo tiempo, la convivencia, el encierro de ese momento me generó situaciones de la vida cotidiana. De discusiones con mi esposa o de discusiones con mis hijos porque son tres adolescentes”.
Vida cotidiana también fue una excusa del artista ganador en 26 ocasiones del premio Grammy para involucrar a sus hijos en su música y hasta en los videos de sus canciones. “Solo cuando tienes hijos te das cuenta de lo importante que es eso. Fue muy emocionante poder estar con ellos en el proceso”, cuenta el compositor y cantante, que ha vendido más de 20 millones de discos en toda su carrera.
Medellín, principio y final
Juanes va contando su historia con el paisaje de Medellín de fondo, que se dibuja en medio de las generosas zonas verdes de una casa en la que en cada rincón es posible advertir el espíritu de este artista paisa, musical, reflexivo, familiar. Es que Medellín y Colombia han sido todo. Luz y alfabeto. “El principio y el final”, como él mismo lo dice.
Y ha sido el hogar de su mamá, Alicia Vásquez, la matrona de la familia, que en marzo pasado llegó a los 93 años. “Mi mamá se representa en este álbum, al igual que mi papá, aunque falleció hace muchos años”, asegura el cantante. “Siento que están en los valores de estas canciones, en lo que yo soy como persona”.
Y también está presente ese amor por Medellín, que la distancia no ha logrado menguar, aunque el artista viva en Miami desde hace varios años.
Un amor que se ve reflejado en dos canciones de este nuevo álbum. Colombia, dice, “es un país de contrastes, así como este disco y así como mi vida. Todo tiene muchos colores, no podría ponerme un solo color. Colombia estuvo para mí y por eso está en este trabajo musical. Está en la influencia musical, en los valores que me ha enseñado este país. También en las historias difíciles que nos ha tocado vivir”.
Sentado en la mesa de su casa, confiesa que, en los últimos tres años, las marchas ocurridas en Colombia le “generaron muchos sentimientos encontrados, desde la esperanza hasta la preocupación, la frustración y, después, la confusión absoluta”.
Parte de esa desazón se siente en Canción desaparecida, que narra “la historia de las desapariciones forzadas y todo lo que ha generado este conflicto tan eterno”.
La punta de lanza de esta composición fue una transmisión en la que el artista comenzó a ver a “exparamilitares, exmilitares y expolicías hablando de cómo habían cometido los más aterradores hechos de violencia en el país. Y al frente de ellos estaban mamás y papás de familiares desaparecidos. Me pareció muy fuerte, me movió mucho el piso”.
A esta altura habla el Juanes reflexivo, el que nunca ha tragado entero: “En este camino de la vida, realmente, lo que venimos a hacer es aprender a amar. Aprender a amar, a veces, nos lleva también a la violencia y a no entendernos, a no tolerarnos y a ser pasivos. Todas esas cosas que me pasan por la cabeza las traté de plasmar en el álbum, en cada una de las canciones”.
Y habla, entonces, de cómo la música, en este y en muchos casos de su vida, se convierte en una suerte de filtro. “Es como si a través de ese filtro pasaran todos mis sentimientos y quedaran hechos canción, como que se limpia un poco mi alma y me cura”.
Lejos de las preocupaciones de artistas más modernos, inquietos ante los likes y las reproducciones en las plataformas, que parecen dominar la industria musical, Juanes asegura que con los años ha aprendido a dosificar sus expectativas frente a la aparición de cada nuevo trabajo discográfico y de cómo lo recibirá el público.
“No tengo como una expectativa de que algo vaya a pasar. No estoy haciendo canciones de moda ni siguiendo ninguna tendencia, sino que estoy haciendo canciones del alma, de lo que realmente siento. Creo que las personas escucharán las canciones y decidirán si las quieren tomar o no, pero eso yo no lo puedo controlar”.
Por eso, insiste en que le gusta sentir la necesidad de soñar a diario. “Cada día me despierto y digo: ‘Esto apenas comienza’. Es una forma de decir hacia mis adentros: ‘Hoy es un día nuevo y es una oportunidad en la que estoy vivo y puedo respirar, es una oportunidad para hacer algo maravilloso’. Quiero mantenerme vivo, soñando y deseando hacer cosas y proyectos”, concluye.