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Zion Hwang, el influencer coreano que canta música popular, lanzará nuevo tema en noviembre; esta es su historia en Colombia
El joven artista se dio a conocer con su canción ‘Culpa de quién’, que se hizo viral en las redes sociales.
Hace unos tres años, los colombianos se sorprendieron con la aparición en redes sociales de un simpático joven coreano que llegó a Colombia con la idea de aprender español. No tenía más de 20 años y solo sabía decir “hola”. Pero, en poco tiempo no solo se apropió con fluidez del idioma, sino que también grababa curiosos contenidos sobre su día a día en el país.
Su nombre es Zion Hwang y hoy es más colombiano que cualquiera. Le encanta la empanada con ají, sabe regatear para pedir rebajas, conoce qué es eso de no dar papaya, alivia los guayabos con changua y, aunque suene difícil de creer, canta afinado y en buen español música popular.
Precisamente, en septiembre se lanzó como cantante con Culpa de quién, un tema de despecho a ritmo de ranchera que pronto se hizo viral en redes sociales y que fue bien recibido por los internautas, sorprendidos ante el talento del coreano que además de artista es un emprendedor del sector gastronómico y fundó un restaurante típico en Bogotá.
“Era de los que cantaba en la ducha. Pero, según mi mamá, cantaba horrible. No me considero un cantante increíble. Debo estudiar mucho para mejorar. Hoy tengo tres profesores de canto”, contó Zion en entrevista con SEMANA.
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Sobre sus inicios en la música colombiana, relata que como aprendió a escuchar música popular y a tomar aguardiente, “me iba a escuchar mariachis antes de grabar mi canción. Un día en mis redes me grabé cantando Guaro y la canción pegó. ¿Será ese el camino que me tiene Dios?, me pregunté. Y eso me animó a sacar mi canción. Me fui a buscar al productor de Yeison Jiménez, Joan Úsuga. Le dije que quería grabar una canción y ser el artista de música popular más famoso de Colombia, él me sentó con unos compositores. Y así salió Culpa de quién. Yo no quería efectos, sino que la gente me escuchara como en realidad canto. Y los cantantes de música popular me han felicitado”.
Y le fue tan bien con Culpa de quién que comenzó a acariciar la idea de un remix con Yeison Jiménez, uno de los grandes exponentes de la música popular.
Justamente, en SEMANA Zion adelantó que ya tiene lista “una segunda canción”, que le gusta más que la primera. “Hay otras canciones que ya están en camino. Y quiero seguir aprendiendo, investigar, estudiar para ser el mejor de los cantantes”, relata Zion.
Reviva la entrevista con este influencer y artista coreano
SEMANA: ¿Cómo terminó un coreano viviendo en Colombia?
Zion Hwang: Cuando era niño, mi papá creía que China iba a tener un gran desarrollo y me mandó para aprender inglés y mandarín. En esa época jugaba baloncesto, pero me fracturé un día que fui a visitar a mi abuela y hasta ahí me llegó el deporte. Eso me dio una gran depresión, y me encerré. Al verme así, mi papá me propuso que me viniera a Colombia porque un amigo suyo, que es pastor, estaba viviendo acá. Llegué a Engativá, a un sector que se llama La Faena. Tenía 19 años.
SEMANA: ¿Y cómo lo recibió el país?
Z.H.: Apenas llegué, me llevé una gran sorpresa. En Corea las tiendas abren 24 horas. Creí que acá sería igual. Llegué como a las 10:30 p. m. a Bogotá. Y salí a esa hora a buscar comida. Llevaba una maletica con dólares, mi celular, mi pasaporte y unas chanclas Gucci chiviadas. Entonces, me pusieron un chuchillo en el cuello. Y yo le dije lo único que sabía en español: “Hola”. Y sentí cómo me empezó a escurrir sangre por el cuello; fue cuando entendí que me podía morir. Le entregué mis cosas. Pero luego me pregunté qué iba a hacer sin mis papeles y sin dinero. Y salí corriendo detrás del ladrón, lo alcancé y lo tumbé. Y recuperé lo mío. Luego me lo encontré en el mismo colegio público a donde llegué a estudiar, pero nunca me habló. Él se graduó primero que yo.
SEMANA: ¿Esa bienvenida lo hizo replantear la idea de seguir en el país?
Z.H.: Cualquier parte es peligrosa. Me gustó la gente, es muy amable. Aprendí a comer empanadas con ají donde una señora que siempre me regalaba una de más y me enseñó a hablar educado, a decir “gracias”. Y no me quiero ir de Colombia.
SEMANA: ¿Y en ese camino, cómo conoció la música popular?
Z.H.: Después de tres años de vivir aquí. Me fui a una discoteca. Y me senté en una mesa, solo. No sabía bailar, pero me movía. Y nadie se me acercaba. Después, pedí una botella de trago. Y nada. Y me fui decepcionado. Me pregunté por qué la gente no se acercaba. Supuse que pensaban que no hablaba español. Después de eso, empecé a escribir letras de canciones en un cuaderno. Primero de reguetón y luego de despecho, como Aventurera y Dulce pecado. Cuando volví a las discotecas, cantaba y la gente se dio cuenta de que sí hablaba español y se acercaban. Al comienzo creían que era chino, yo les aclaraba que era coreano.
SEMANA: ¿Siempre ha cantado o solo se le despertó ese talento en Colombia?
Z.H.: Era de los que cantaba en la ducha. Pero, según mi mamá, cantaba horrible. No me considero un cantante increíble. Debo estudiar mucho para mejorar. Hoy tengo tres profesores de canto.
SEMANA: La música le sirvió para aprender español…
Z.H.: Lo malo fue que aprendí primero reguetón. Y muchas groserías, como ‘gonolea’. Al comienzo no sabía que era grosería, sino un conector, porque todo el mundo lo decía. Luego me explicaron el significado: una enfermedad de transmisión sexual. En Colombia he estado en Medellín, y muchos de mis amigos colombianos viven allá. Y también en Bogotá, donde tengo mi restaurante; de todos he aprendido el idioma.
SEMANA: ¿Y cómo se inició en el mundo de las redes sociales?
Z.H.: Por mis amigos, que me enseñaron cómo grabar videos. Mi familia no lo creía: me decían “eres feo y no eres gracioso”. Pero mis amigos me obligaron, Yefferson y Cintia Cossio. A mí me daba pena hablar frente a una cámara. El primer video que hice fue sobre la changua. Y me gustó. Yo tengo orgullo ‘lolo’, me gusta la changua. Ahora me quito el guayabo con eso.
SEMANA: Hablemos de Culpa de quién, su canción, que se convirtió en éxito en las redes sociales…
Z.H.: Como aprendí a escuchar música popular y a tomar aguardiente, me iba a escuchar mariachis antes de grabar mi canción. Un día en mis redes me grabé cantando Guaro y la canción pegó. ¿Será ese el camino que me tiene Dios?, me pregunté. Y eso me animó a sacar mi canción. Me fui a buscar al productor de Yeison Jiménez, Joan Úsuga. Le dije que quería grabar una canción y ser el artista de música popular más famoso de Colombia, él me sentó con unos compositores. Y así salió Culpa de quién. Yo no quería efectos, sino que la gente me escuchara como en realidad canto. Y los cantantes de música popular me han felicitado.
SEMANA: ¿Qué viene ahora para su carrera musical después de este éxito?
Z.H.: Ya tengo lista una segunda canción, que me gusta más que la primera. Otras canciones que ya están en camino. Y viene un remix de esta primera canción con uno de los artistas de música popular más importantes. Y quiero seguir aprendiendo, investigar, estudiar para ser el mejor.
SEMANA: Pero tiene una forma de estudiar muy particular, porque aprende con mariachis y aguardiente…
Z.H.: Aprendí a tomar eso porque es lo que más toman mis amigos. Y el trago lo conocí fue en Colombia, porque acá llegué sanito. Acá fue que aprendí a vivir bueno. Me gusta la changua, el sancocho, la bandeja paisa, me gusta la comida de acá. Aunque siempre le echo ají, porque en Corea comemos muy picante. Mis amigos no se han acostumbrado porque les pica allá, abajo. Y yo les digo que lo que entra picante, pues también sale picante.
SEMANA: En Colombia le tocó afrontar la pandemia. ¿Cómo sobrevivió?
Z.H.: Fue duro. Yo ya había montado un restaurante y me tocaba seguir respondiendo por el arriendo. Me había gastado todos mis ahorros en ese negocio. Entonces, al tener que cerrar, dicté clases de coreano. En una época tuve más de 260 estudiantes. Al comienzo fue duro, me criticaban porque creían que era chino. Y como el covid nació allá, me insultaban y tiraban cosas. Me decían que yo había traído el covid a Colombia. Pero después de que comencé con las redes, la gente me conoció mejor.
SEMANA: ¿Cómo le ha ido a un coreano con las mujeres en Colombia?
Z.H.: Mujeres de Colombia, mamacitas. Tengo una novia, Stephany. Es modelo internacional. Llevamos tres años juntos.
SEMANA: ¿Y cómo la conquistó?
Z.H.: Yo no sabía cómo coquetear con una latina. Me tocó buscar en Google. Yo a Stephany la vi en mi restaurante y me pareció muy bonita. Me enamoré. Y apliqué lo que aprendí en Internet. Me le acerqué y le dije: “¿Te dolió?” Ella me miró raro… “Cuando te caíste del cielo”, le expliqué. Y otra vez miró raro. Y, al final, cuando pidió la cuenta, le dije que el dueño del lugar la había invitado y que el dueño era yo. Y le dije que mejor me anotara su número en el celular para cuando quisiera reservar. Y así empezó todo.
SEMANA: Usted es un defensor de Colombia… ¿qué le dicen cuando cuenta que vive en nuestro país?
Z.H.: Muchos de mis amigos quieren venir a Latinoamérica. Pero dicen que les da miedo y que es peligroso. Yo les digo que Colombia es una chimba. Mis primos han venido y les ha gustado el café, la gente, que es muy amable, y que hay mucha naturaleza. No les gusta el tráfico, que se demoren tanto tiempo en pocos kilómetros. Yo nunca pensé en quedarme del todo en Colombia, pensé que sería solo cosa de un año. Pero me la paso entre Bogotá, Medellín y Cali. Hace como nueve años no voy a Corea.
SEMANA: ¿Y ha vuelto a La Faena, en Engativá?
Z.H.: Sí, porque allá vive un tío mío. Hace poco fui porque uno de mis amigos me habló de un ‘Messi’, un niño que juega muy bien al fútbol, pero no tiene muchos recursos. Fui y nos pusimos a jugar y de verdad lo hace muy bien. Le regalé unos guayos; es que me gusta ayudarle a la gente de esa manera. Ellos en el barrio me ayudaron mucho cuando llegué a Colombia, entonces vivo muy agradecido por eso.