Innovación social
Acciones que inspiran: estas son algunas empresas que impulsan el desarrollo de los colombianos
El éxito de las compañías no solo se mide por su reconocimiento e ingresos. Sus esfuerzos por generar bienestar tienen un impacto incluso muchas veces mayor que el del negocio.
Después de 30 años cultivando caña de azúcar, el boyacense Édgar Carvajal decidió buscar otras oportunidades porque ya no podía vivir de esta labor. Probó como recolector de algodón en Sucre, operador de lancha en Bolívar y conductor en Chiquinquirá, pero no conseguía algo estable.
Por fin su rumbo cambió cuando encontró a Juan Choconat, una empresa colombiana que vende productos de chocolate, que hoy es liderada por Juan Arbeláez y Natalia Bulla y busca hacer protagonistas a los campesinos cultivadores de cacao. Hoy, Édgar vive en una finca junto con su familia, en la que cultiva este producto y trabaja con otros 400 campesinos de Ibagué, Tolima y Antioquia.
Esto fue posible no solo gracias a su tenacidad, sino al apoyo de Juan Choconat, que asume los gastos de transporte, les ofrece pagos mejores a los que suelen recibir los campesinos de la industria y visibiliza sus historias, que son las protagonistas de los empaques de los productos. Además, les da oportunidades para que se capaciten e incentivos a las mujeres de cada hogar.
Un esfuerzo similar es el del programa ‘500 mil agroempresarias’, liderado por la Corporación Colombia Internacional y al que se unió la Cámara de Comercio de Medellín. “Garantizamos la comercialización de los productos de varias mujeres en zonas rurales para que produzcan lo que necesitan sus consumidores y no al revés, así les ayudamos a que sean empresarias líderes”, explicó Adriana Senior, presidenta de la CCI. El nombre de esta iniciativa se debe a la meta que tienen para 2030 y que hoy no parece lejana. En 2022 esperaban reunir a 30.000 mujeres y finalmente contaron con la participación de 65.000.
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También hay esfuerzos en materia ambiental. Dislicores, por ejemplo, para reutilizar los residuos contaminantes de vidrio que produce hizo una alianza con la fundación Santa Marta Sostenible y sus recicladores se encargan de pulverizar el vidrio que luego se usa para sembrar corales. Además, les enseñan a los pescadores a trabajar sin usar anclas ni dinamita y les dan un reconocimiento monetario para que su sustento no se vea afectado.
Iniciativas como estas inspiran el desarrollo de proyectos sociales en las empresas. “Queremos convertirnos en un ejemplo creando iniciativas que sí tengan un trasfondo ambiental y humano, con metas que no solo busquen el beneficio del negocio”, aseguró Luz María González, directora legal y de relaciones de Dislicores.
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