Especial Líderes Empresariales

Amarilo transforma la construcción en Colombia con proyectos en armonía con la biodiversidad. ¿De qué se trata?

Roberto Moreno, presidente de Amarilo, aseguró que su aspiración es que los futuros empresarios y emprendedores del país vean la sostenibilidad no como un desafío sino como una poderosa herramienta de innovación.

Redacción Semana
14 de diciembre de 2024
Roberto Moreno Mejía, presidente de Amarilo.
Roberto Moreno Mejía, presidente de Amarilo. | Foto: JUAN CARLOS SIERRA PARDO-SEMANA

Amarilo, una de las empresas líderes del sector constructor en Colombia, ha consolidado la sostenibilidad como un pilar fundamental de su modelo de negocio. Este compromiso está integrado en su promesa de valor, que se apoya en la innovación, la responsabilidad social y el uso de tecnologías. La compañía apuesta por prácticas que buscan minimizar el impacto ambiental en los ecosistemas donde opera, promoviendo un desarrollo urbano equilibrado y en armonía con el entorno. Este enfoque refuerza su visión de construir ciudades sostenibles que respondan a las necesidades actuales sin comprometer el bienestar de las generaciones futuras.

¿Cómo se define el liderazgo empresarial sostenible en el sector de la construcción?

ROBERTO MORENO: Es una responsabilidad que implica demostrar que el desarrollo urbano puede coexistir con la sostenibilidad, sobre todo con la preservación ambiental. Se trata, además, de influir positivamente en la industria y en la sociedad, integrando prácticas responsables que beneficien tanto a las comunidades como al entorno.

¿Qué significa para Amarilo trabajar el tema de biodiversidad en un país tan biodiverso como Colombia?

R.M.: Es fundamental, ya que reconocemos que dependemos de la biodiversidad para seguir operando, es por esto que buscamos promover los desarrollos que armonicen el entorno y favorezcan la convivencia entre los nuevos habitantes y el ecosistema que los rodea. Un claro ejemplo de esto es el proyecto Lagos de Torca, donde nos comprometemos a recuperar los elementos naturales de la zona, incluyendo la conservación de las nueve quebradas que provienen del cerro y el humedal Torca-Guaymaral, que en algún momento tuvo 80 hectáreas. Este enfoque no solo preserva, sino que potencia lo que ya existe, como en el caso de Hacienda El Otoño, donde anteriormente había un autódromo y unos cultivos de flores. Allí buscamos restaurar el ecosistema original, favoreciendo la fauna, el tránsito de aves y el ciclo del agua.

¿Qué iniciativas concretas ha implementado Amarilo para promover la sostenibilidad en sus proyectos?

R.M.: Hemos integrado prácticas de economía circular, como la reutilización de materiales en nuestras construcciones, y fortalecemos el acompañamiento a las comunidades que habitan nuestros proyectos. Además, estamos comprometidos con la oferta de viviendas sostenibles, lo cual se refleja en 14 proyectos certificados y 32 en proceso de certificación. También marcamos un hito en el sector al desarrollar la primera Política de Biodiversidad en la industria de la construcción, una iniciativa que refuerza nuestro compromiso con la conservación de ecosistemas estratégicos y promueve un modelo constructivo más respetuoso con el medioambiente.

¿Cómo surgió la idea de desarrollar esta política y qué impacto esperan alcanzar?

R.M.: Surgió como respuesta a la necesidad de pasar de la planeación a la acción, buscando generar un impacto positivo y duradero en la naturaleza. Planeamos integrar nuestras compensaciones ambientales obligatorias con inversiones y aportes voluntarios, a la vez que involucramos a las comunidades en el cuidado y protección de la biodiversidad.

La sostenibilidad siempre ha estado en la agenda de Amarilo, a tal punto que hoy son un referente del sector. ¿Qué logros asociados a este compromiso lo enorgullecen?

R.M.: Son muchos, pero me gustaría resaltar la adquisición de 2.000 créditos de biodiversidad en el Banco de Hábitat Aguadulce-Río Sumapaz, ubicado en la cuenca alta del río Magdalena; la Certificación LEED Platinum para el Edificio Corporativo, o la rehabilitación de 62 hectáreas de Bosque Seco Tropical en Piojó (Atlántico). Además, hemos reutilizado más de 10.000 metros cúbicos de agua en nuestros procesos de construcción. En nuestra historia, hemos ayudado a 133.000 familias a cumplir su sueño de tener vivienda propia. Este 2024, beneficiamos a más de 67.000 personas en 38 conjuntos residenciales, a través del programas de acompañamiento social (PAS).

¿Qué factores considera clave para liderar con éxito en un sector como el de la construcción, con un enfoque sostenible y de largo plazo?

R.M.: Los retos son diversos y exigen un compromiso continuo con la innovación. Es fundamental, pensar las ciudades a largo plazo, en cómo integrarlas con otros municipios en aspectos como el medioambiente, la movilidad y el empleo, y planear el territorio de manera adecuada. A menudo, la visión se limita a los plazos políticos de cuatro años, sin considerar el desarrollo sostenible a largo plazo. El sector demanda reglas de juego claras que atraigan la inversión e incentiven el cuidado del medioambiente, para lograr desarrollo formal, porque el informal conlleva grandes costos sociales.

¿Cuál es el rol de las alianzas público-privadas en el impulso de sus proyectos sostenibles?

R.M.: Es inviable materializar grandes proyectos sin una alianza entre lo público y lo privado, ya que somos los encargados de atraer la inversión y ejecutar las obras. Sin el acompañamiento y trabajo colaborativo con el sector público, no se puede avanzar. Un ejemplo de los resultados favorables de esta armonía es lo que hemos hecho en Barranquilla, Soacha y Villavicencio, donde trabajamos con transparencia por el bienestar de todos.

¿Qué legado le gustaría dejar en términos de liderazgo sostenible a jóvenes empresarios?

R.M.: El de una empresa que transformó la industria de la construcción en Colombia, integrando a la sostenibilidad en cada una de sus operaciones. Queremos inspirar a las nuevas generaciones a ver la sostenibilidad no como un desafío, sino como una poderosa herramienta de innovación y una fuente de valor agregado tanto para las empresas como para las comunidades.