Desarrollo rural

Así funciona la iniciativa que le devuelve el acceso a agua potable a las comunidades indígenas de La Guajira

Gracias al trabajo de aprendices e instructores del Sena, los molinos de viento instalados hace más de 70 años en el departamento para extraer agua de las profundidades están siendo recuperados. Hoy, más de 900 niños y 11 comunidades tienen acceso a agua potable.

30 de diciembre de 2024
Así se restauran los molinos de viento en La Guajira
Así funciona la iniciativa que le devuelve el acceso a agua potable a las comunidades indígenas de La Guajira | Foto: Semana

“Teníamos más de tres años sin tener agua, con las consecuencias que eso significa para nosotros… para los niños”. Estas palabras de Ligia Martínez, una indígena Wayuu de La Guajira, son una evidencia de la cruel realidad que enfrentan muchas de las personas que habitan en este territorio colombiano.

Por años, el agua ha sido un recurso que, aunque básico para la vida, ha sido esquivo para las comunidades. Hombres, mujeres y niños deben caminar horas para acceder a fuentes potables de este líquido, una realidad que los expone al consumo de agua no apta y, en consecuencia, a padecer enfermedades que pueden llegar a ser mortales, especialmente a los más pequeños.

Entonces, ¿cómo superar esta problemática? Por paradójico que parezca, la respuesta se halla en una infraestructura que ya tienen las comunidades: los molinos de viento que se instalaron hace más de 70 años para, justamente, extraer agua pura de pozos profundos.

Sin embargo, el paso del tiempo y la falta de mantenimiento convirtieron a los molinos en estructuras que no cumplían ninguna función. “La falta de uso y el tiempo hicieron que estos molinos dejaran de funcionar, y el problema es que como son tan antiguos no hay repuestos”, señaló Jorge Eduardo Londoño, director General del Sena, entidad que viene liderando una importante iniciativa con la que se recupera el propósito de estos molinos gracias al trabajo de instructores y aprendices.

Precisamente, un grupo de jóvenes de los centros de formación elaboran las piezas necesarias y las instalan, poniendo en marcha los molinos y con ellos la posibilidad de brindar agua potable a las personas.

El programa, denominado ‘Restauración de aerobombas mediante el diseño-fabricación de piezas mecánicas’, ya tiene resultados concretos. A diciembre, se habían restaurado 15 molinos en La Parcela, Ishakat, Grasamana, Urrachikath, La Paz, Kaura, Mi Ranchito, Maicaito, Alto Pino, Waimaral y Macoya, todas comunidades de Riohacha, Manaure y Maicao. En total, 907 niños se benefician directamente en seis colegios.

La meta para la primera fase es restaurar 20 molinos de viento y mejorar las condiciones de vida de más de 7.600 personas. Para 2025, se espera intervenir 100 de estas estructuras.

Noticias relacionadas