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Avianca, la conexión de Colombia con el mundo: 105 años de historia y nuevas oportunidades
No es casualidad que en Colombia haya nacido la segunda aerolínea más antigua del mundo y la más longeva de América. El nuestro es, históricamente, un país aeronáutico.
Su ubicación geográfica privilegiada, su facilidad de conectar el norte con el sur, su geografía diversa y retadora, el tener varias ciudades de gran tamaño y también regiones de difícil acceso en todo el territorio, hacen que Colombia sea un país naturalmente aeronáutico, en el que la aviación cumple un rol fundamental.
Este 2024 se cumplen 105 años desde que Avianca alzó vuelo por primera vez para transportar una carga de correo con 1.000 cartas que viajaban desde Barranquilla hasta Puerto Berrío. Hoy, más de un siglo después, Colombia, ‘El país de la belleza’, ya se acerca a los 50 millones de pasajeros movilizados.
Avianca, la aerolínea colombiana que vuela orgullosamente por más de 75 destinos en 25 países del mundo, transporta a nivel global más de 32 millones de pasajeros, opera más de 140 rutas nacionales e internacionales, tiene una flota de más de 140 aviones y suma un equipo de más de 14.000 personas. Solo en Colombia, Avianca conecta a más de 26 millones de pasajeros, vuela más de 90 rutas, 40 nacionales y 50 internacionales –que conectan de norte a sur desde San Andrés hasta Leticia y de oriente a occidente, desde Ipiales hasta Valledupar–, tiene más de 100 aviones con la bandera de Colombia, y un equipo al servicio del país de más de 10.000 personas. Además, próximamente, Avianca aterrizará por primera vez en Arauca y Quibdó, reafirmando su compromiso de servir más y mejor a las regiones.
Hoy los aviones de Avianca son elementos transformadores. Cada vez que un avión aterriza en un territorio, se convierte en conectividad, desarrollo, bienestar, oportunidades y empleo, buscando cuidar de su entorno, de los territorios a donde llega y de las comunidades que los habitan.
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Esta titánica misión se enriquece y complementa con la expertise de más de 20 aliados sociales y ambientales que hacen parte de la red de alianzas para el desarrollo con las que hoy Avianca hace posible que las brigadas médicas se movilicen por toda Colombia, que los sueños de los niños y las niñas se cumplan, que se puedan construir viviendas en poblaciones vulnerables o que decenas de órganos de trasplante sean transportados para dar segundas oportunidades de vida. También, junto con sus aliados, los aviones de Avianca se han convertido en vehículos para ayudar a prevenir delitos como la trata de personas o evitar y detectar el tráfico de especies. En total, hoy, son más de 20.000 personas beneficiadas por Avianca y sus aliados para el desarrollo.
Así mismo, los productos de los emprendedores colombianos, a través de su programa ‘Tesoros al Cielo’, vuelan por el mundo en los aviones de Avianca gracias a su servicio de venta a bordo, que se ha convertido en una plataforma para mostrar diferentes creaciones locales. De hecho, estos mismos aviones también cuentan hoy en su cabina Business Class con diseños elaborados por la marca Mola Sassa en colaboración con la comunidad Gunadule, que incluyen productos de Loto del Sur.
También, junto a Avianca, el Comité Olímpico Colombiano representó a nuestro país ante el mundo en los Juegos Olímpicos de París. Igualmente, todas las selecciones Colombia, de la mano de Avianca, siguen haciendo vibrar los corazones de millones de colombianos a nivel global con cada nuevo triunfo.
Pero, además, la aerolínea que nació en Barranquilla hace 105 años, sigue celebrando todo aquello que nos une y nos hace únicos. Por eso, ha estado presente en el Carnaval de Barranquilla para disfrutar de La Guacherna, en la Feria de las Flores para celebrar a los silleteros y vivir el desfile de carrozas, en el Festival Francisco El Hombre para que millones de visitantes puedan disfrutar de los atardeceres de La Guajira, y en el Festival de la Leyenda Vallenata, para cantar en Valledupar los clásicos vallenatos.
Todo lo anterior ocurre al mismo tiempo que la aerolínea cuenta con una operación cada vez más sostenible que cuida de su entorno, reduciendo hasta 26 por ciento las emisiones por pasajero transportado y 20 por ciento las emisiones del total de su operación versus el año 2019, gracias a diferentes programas de eficiencia internos y proyectos como la transformación de las cabinas de sus aviones, que además permiten que cada vez más colombianos tengan la posibilidad de volar en avión.
Trabajo en equipo para recibir a 12 millones de turistas
Hoy, 105 años después, todos como país coincidimos en que Colombia debe ser la puerta de entrada y el eje de conectividad de América Latina. Pero, además, también puede y debe ser una potencia del turismo en la región: potenciando la conectividad internacional y los destinos emergentes. La meta es ambiciosa: 12 millones de visitantes no residentes para 2026, en el escenario ideal, y 7,5 millones, en el escenario más moderado.
Para lograr ese objetivo común, aprovechando las ventajas competitivas que hoy hacen de Colombia un referente en conectividad, es clave resolver al menos tres grandes retos que necesitan que todos los actores del sector trabajen juntos para buscar soluciones: aerolíneas, Gobierno, autoridades, concesionarios de aeropuertos, fuerzas vivas en las regiones, entidades de promoción y, prácticamente, toda la cadena que está relacionada con el turismo.
El primero es reducir los impuestos y las tasas aeroportuarias para que los precios de los tiquetes sean aún más asequibles. A pesar de la disminución del precio de 9 por ciento que reportó el Dane para 2023, según la Iata hoy los impuestos y las tasas representan un 28 por ciento del valor del pasaje doméstico y en vuelos internacionales los impuestos (que se cobran en el país de origen y el de destino) y las tasas pueden representar hasta el 50 por ciento del precio del tiquete.
El segundo, más inversión en infraestructura. La infraestructura del país no fue diseñada para los volúmenes de pasajeros de hoy. Se requiere un plan de inversiones en terminales de pasajeros, terminales de carga, pistas y plataformas, sistemas de navegación de última generación. Estas inversiones son esenciales para mantener un buen servicio y soportar el crecimiento futuro.
Por último, y este es el gran reto de hoy, lograr una aviación comercial sostenible, con un menor impacto ambiental, pero sin que eso se traduzca en menor acceso, tiquetes más caros o limitaciones para el pasajero, especialmente en una región, un país y un sector que necesitan de la conectividad aérea.
Si se avanza en equipo será posible llevar “El país de la belleza” al siguiente nivel.
*Contenido elaborado con el apoyo de Avianca.