Agroindustria
Buena Onda: el programa para que los agricultores colombianos le apuesten a la producción limpia y sostenible
La iniciativa, liderada por Nutresa, contribuye a que a través de la asociatividad los agricultores puedan incrementar sus ingresos y, a su vez, generar alternativas para que los jóvenes se motiven a quedarse en el campo.
A sus 22 años, Juliette Quiroz tiene claro que se identifica como campesina; no imagina otro lugar que los bellos paisajes de Chivatá, Boyacá, el municipio que la vio nacer, para construir su proyecto de vida y ser todo lo que ella sueña a futuro.
Ella hace parte de un grupo de jóvenes que son todo un ejemplo para las futuras generaciones de campesinos, porque tienen la decidida convicción de que seguirán trabajando por la tierra y participando en proyectos productivos agrícolas. Para Juliette, la meta es que el campo continúe siendo la despensa de alimentos para su región.
“Actualmente, la edad promedio del trabajador del campo es de 50 a 60 años, y por eso nos preocupa quién va a trabajarlo más adelante. Nosotros, la generación que viene, debemos estar preparados para hacerlo, y para eso hay que buscar fórmulas que no nos dejen sin campesinos, y debemos enfrentar la migración de los jóvenes desde nuestros territorios hacia la ciudad”, aseguró la joven.
Su preocupación se sustenta en las cifras. Según el Dane, en Colombia la población campesina supera las 10 millones de personas, y el grupo etario predominante es el de 65 años en adelante. Por eso, Juliette insiste en que capacitarse, aprender y generar proyectos que beneficien e involucren a otros jóvenes de su comunidad es fundamental.
Hoy, estudia Administración de Empresas en jornada nocturna en Tunja, un compromiso que combina con su actividad diaria como emprendedora en Agrotex, un proyecto en el que participan otras cinco jóvenes que, al igual que ella, buscan seguir fortaleciendo el tejido del campo y mejorar sus prácticas.
La iniciativa hace parte del programa ‘Buena Onda, Negocios que Transforman’ de Nutresa, que involucra a jóvenes emprendedores como ellas, pero también a otros cientos de hombres y mujeres que durante su vida han creído en el campo como propulsor del futuro del país.
Alianzas de valor
Nutresa, en alianza con la Universidad EAN, busca fortalecer las capacidades en organizaciones de base comunitaria a través de la consolidación de modelos de negocios inclusivos con alto impacto social, económico y ambiental; todo desde la promoción del desarrollo de la proveeduría local, el aumento de la competitividad y la contribución al abastecimiento responsable y productivo.
Buena Onda propicia un entorno en el que los productores del campo se benefician con el fortalecimiento de la cadena de valor y el aumento en la eficiencia en las operaciones productivas con un enfoque inclusivo y de abastecimiento local. Así mismo, tienen la oportunidad de generar ingresos para las familias rurales, asegurando un pago estable y justo.
Este programa también incorpora la innovación como base para la construcción de soluciones creativas, que atienden a la realidad propia del territorio y la integración de prácticas que contribuyen al cumplimiento de metas y desafíos globales como los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
“Además, se trabaja a través de capacitaciones, cuyos ejes temáticos giran en torno a la innovación sostenible en modelos de negocio, resiliencia al cambio climático, conservación de la biodiversidad, fortalecimiento de capacidades sociales y culturales, desarrollo organizacional y de producción sostenible”, explicó Daniel Felipe Mayorga Galeano, especialista en Cadena de Valor Sostenible de Nutresa.
Otro de los beneficiarios de este programa es Pedro Cruz, quien lleva 30 años sembrando papa, trigo, maíz y cebada en la vereda Ricaya, en Chivatá. Su amplia sonrisa se hace más grande cuando piensa en la vida en el campo. No se imagina estar en otro lugar. “En el campo lo pasamos bien”, aseguró.
A Pedro, la vinculación al programa no solo le ha permitido optimizar sus cultivos, sino también ser parte activa en la solución de problemas como la deforestación y el cambio climático. Y sus conocimientos no se los guarda solo para él. También ha compartido la información recibida con sus vecinos y amigos, para que los beneficios de las mejores prácticas sean para toda la comunidad.
Una historia similar es la de Blanca López, una chivatense de mirada profunda y acogedora que no se deja intimidar por el peso de los costales de papa que recoge en su cultivo. A pulso, con sus propias manos, ha mejorado prácticas que vienen de tres o cuatros generaciones atrás.
Como presidenta de Agrochivatá, una asociación de productores agropecuarios de la región, aprovecha las herramientas del programa de Nutresa para que ella y los asociados no solo vivan de la tierra, sino que puedan incluir en sus tradiciones acciones que promueven la protección del medio ambiente, la conservación de los suelos y la biodiversidad.
El alcance de Buena Onda es amplio. Hoy, la iniciativa involucra 16 organizaciones de pequeños agricultores en los municipios de Boyacá y de los departamentos de Bolívar, Antioquia, Cundinamarca, Cauca, Nariño y Caldas.
“El campo es un lugar fantástico, hay que quedarse”, dijo con seguridad Juliette, quien cree que con programas de este tipo definitivamente se podrá “conquistar el deseo del campesinado de seguir trabajándolo y haciendo crecer desde la tierra a Colombia”.