Especial Salud
Cambio de rumbo: así transformó la formación de médicos la Universidad del Rosario
La Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad del Rosario cambió su estructura de formación bajo principios de integralidad, trabajo en equipo, ética, manejo de la incertidumbre y la investigación. Esta es la novedosa apuesta.*
Para brindar servicios esenciales de salud a la población se necesitan alrededor de 23 personas entre médicos, terapeutas y enfermeras por cada 10.000 habitantes, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). En los cinco continentes, de acuerdo con este organismo, este indicador, en 2022, fue de 17,2.
En Colombia está en 24,5, un valor superior a la media global y el punto más alto en el país desde 1990 cuando llegó a 8. El crecimiento de esta cifra se debe al trabajo que ha realizado la academia. Según Ascofame, la matrícula del primer curso en medicina pasó de 7.969 estudiantes en 2014 a 10.345 en 2022, equivalente a un crecimiento del 29,8 por ciento.
Desde 1653 con la creación del curso de Prima Medicina hasta la actualidad, la Universidad del Rosario es un epicentro relevante de la formación médica en el país. En 2009 dio un giro en su estructura académica y cambió de Facultad a Escuela de Medicina y Ciencias de la salud, en la que confluyen todos los programas académicos de distintas disciplinas en el área.
Según Juan Mauricio Pardo, decano de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud, este proceso significó un cambio de paradigma enfocado en principios como la integración entre los niveles de formación y entre las distintas áreas de la salud, trabajo en equipo, ética, investigación, el manejo de la incertidumbre, comunicación, altruismo, y la dimensión científica y de conocimiento.
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“Nos enfocamos en un modelo que prioriza los resultados de aprendizaje. Lo importante no es memorizar contenidos, sino que el profesional sepa, por ejemplo, tomar la tensión y enseñarle al paciente cuáles son sus factores de riesgo. Lo importante es saber cómo hacer una pregunta adecuada, cómo hacer un buen enfoque y ponerlo en el contexto del paciente”, explicó.
Para lograrlo, la institución ha hecho cambios relevantes como consolidar proyectos con presencialidad en los territorios. En diversos momentos de la carrera, los estudiantes pueden desplazarse a lugares como la Sierra Nevada de Santa Marta o el municipio de La Vega (Cundinamarca), entre otros de gran interés para la comunidad y el aprendizaje.
Aquí se conectan con las diferentes necesidades que tienen las comunidades, palpan de primera mano sus realidades, aprenden de las mismas y contribuyen a mejorar su calidad de vida. “El objetivo es que comprendan su realidad social y entiendan los diversos determinantes que existen en la salud”, explicó Pardo.
Un segundo paso en este proceso de cambio es que el camino formativo que tradicionalmente incluía “un currículo ya determinado” desde el pregrado hasta el posgrado, dio paso a una oferta académica flexible que a los estudiantes les permite formarse en otras áreas del conocimiento, cursar otras carreras diferentes pero complementarias a medicina y ciencias de la salud, además de un fuerte portafolio de internacionalización.
Es bueno recordar que la Escuela cuenta con una oferta académica compuesta por un premédico, 7 pregrados, 6 especializaciones no médicas y de funcionamiento humano, 32 especializaciones médico quirúrgicas, 7 maestrías y tres doctorados.
La investigación, un pilar fundamental
El decano también destacó la apuesta de la Escuela por la investigación, dimensión en la que es la más prolífica dentro de la universidad.
“Investigar aporta a las comunidades y a la ciencia, pero también le genera al estudiante unas nuevas competencias. Al estar investigando se actualiza constantemente en los conocimientos, tiene que entender dónde están las preguntas que debe hacerse y por tanto ser autónomo en la estructuración de su epistemia. Esto genera disciplina y habilidades para trabajar en equipo”, advirtió.
También remarcó que los estudiantes deben tener altas competencias de lectoescritura que les permita condensar y comunicar el conocimiento no solo en las revistas indexadas sino también en otros escenarios y en esencial a sus pacientes y al público en general.
En la práctica, actualmente el Rosario cuenta con 26 grupos de investigación registrados en el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, y 32 semilleros de investigación. En producción académica registra un total de 2.246 artículos científicos en los últimos 9 años. También cuenta con 6 patentes concedidas, 5 bajo examen de fondo y una bajo examen de forma.
De acuerdo con Alejandro Ondo, Vicedecano de Investigación y Consultoría de la Escuela, “la investigación está muy consolidada en los procesos de formación de nuestros estudiantes. Los semilleros de investigación están enfocados en temáticas diferentes bajo dos ecosistemas: translacional y en salud pública y de poblaciones”.
Tecnología para fortalecer la salud en Colombia
Un campo en el que la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud también ha puesto énfasis es en la Cuarta Revolución Industrial, con acciones como la reciente creación del Centro de Salud Digital, el primero de su tipo en Colombia. Su propósito es el manejo y la integración de toda la información relacionada con salud que se genere en el país.
En este proceso, un eje transversal es la inteligencia artificial, que está cambiando la forma de entender y acceder a la salud, dándole herramientas que facilitan el trabajo de los profesionales del área.
La salud mental es otro de los ejes cardinales en la formación de los estudiantes en este centro de estudios.
De acuerdo con Claudia Marcela Rozo, Vicedecana Académica, “es un tema muy importante y álgido, pero nosotros ya habíamos adelantado previamente un modelo pedagógico de gestión de emociones para apoyar a nuestros estudiantes de pre y posgrado”.
En un espacio de la Escuela, los estudiantes reciben elementos de prevención y al momento de detectar que han sufrido algún tipo de necesidad sobre su salud mental, se adelanta la atención requerida para restaurar sus estados adecuados y asegurar que así puedan reiniciar sus actividades académicas.
En un país que necesita seguir robusteciendo el indicador de densidad de médicos y personal de salud por cada 10.000 habitantes, la Universidad del Rosario ha transformado su estructura formativa en medicina y ciencias de la salud para aportar el mejor capital humano que requiere Colombia para la atención en salud de más de 51 millones de habitantes.
*Contenido elaborado con el apoyo de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud Universidad del Rosario.