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¿Cómo el cacao mejora el futuro de las mujeres en el Urabá Antioqueño?
Con su programa de sostenibilidad, Chocolate Cordillera viene trabajando con cacaocultoras de la subregión antioqueña en habilidades que les permitan ser más productivas y tener mayor calidad de vida.
El cacao se ha convertido en uno de los cultivos que más ha crecido en los últimos años en Colombia. Pasó de 30.000 toneladas hace dos décadas a más de 59.000 en el último año. Este producto le ha permitido a más de 65.000 familias de todo el país encontrar un sustento económico. Hoy venden un grano de la mayor calidad que permiten la elaboración de chocolates tanto para el mercado interno como para el internacional.
Aunque tradicionalmente muchos sectores de la agricultura han sido liderados por hombres, pero también muchas de las familias productoras de cacao están conformadas por madres cabeza de hogar, quienes han encontrado en Chocolate Cordillera, marca de Nacional de Chocolates (una empresa con más de 100 años de tradición), un aliado para construir sus sueños, Cordillera es una marca que llega a diferentes países como: como Estados Unidos, México, y Arabia Saudita.
A través del programa Atenea, Mujeres que Trascienden, la empresa apoya el trabajo de las agricultoras que viven de esta actividad y reconoce el potencial de las cacaocultoras para inspirar a otras a que trabajen en sus capacidades y en alcanzar sueños que aporten desarrollo al país.
“Esta iniciativa tiene como objetivo generar transformación a largo plazo en las mujeres cacaocultoras, permitiendo una cadena de valor más próspera, diversa e incluyente”, explicó Lorena Herrán, coordinadora de Compras y Fomento Agrícola de Nacional de Chocolates, quien agregó que la primera cohorte está dirigida a 115 mujeres de la zona rural del Urabá Antioqueño, debido al protagonismo de la región en la producción de cacao del país.
Las mujeres rurales juegan un papel decisivo para el desarrollo rural, pero a menudo enfrentan desafíos y barreras como el acceso a la educación, a ingreso digno, a oportunidades para su desarrollo personal, familiar y profesional.
Las beneficiarias del programa reciben capacitaciones para mejorar sus capacidades en diferentes aspectos, que les permitan ser más competitivas, productivas y tener una mejor calidad de vida.
La formación educativa está compuesta por tres módulos, en los cuales se trabajan temas relacionados con emprendimiento en el procesamiento de chocolate, educación financiera para mujeres rurales y empoderamiento femenino, con lo cual además de beneficiar a estas agriculturas se busca impactar positivamente cinco Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU.
“En este programa he aprendido que nosotras las mujeres tenemos potenciales que no conocíamos, que somos fuertes, que podemos salir adelante y ser empoderadas”, afirmó Yudis Torres, beneficiaria del programa Atenea, quien destacó, además, el impacto que ha tenido el cacao en su vida y cómo beneficia a su comunidad.
*Contenido elaborado con apoyo de Chocolate Cordillera.