Especial diversidad e inclusión, Cámara de la diversidad.
Felipe Cárdenas, presidente de la Cámara de la Diversidad. | Foto: Esteban Vega

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“Discriminar es el peor negocio”: presidente de la Cámara de la Diversidad

Felipe Cárdenas González, expuso los avances y desafíos en la implementación de políticas de diversidad, equidad e inclusión (DEI) en las empresas colombianas.

Redacción Semana
29 de junio de 2024

Hace un año eran 250 las empresas afiliadas a la Cámara de la Diversidad, de las cuales 118 ya tenían el sello Friendly Biz. ¿En cuánto ha crecido esa cifra?

FELIPE CÁRDENAS GONZÁLEZ (F.C.G.): Estamos orgullosos de anunciar que al cierre de junio de 2024, la Cámara cuenta con más de 385 empresas afiliadas, incluyendo más de 170 grandes empresas y más de 210 pymes en todo el país. Hemos incrementado el número de empresas certificadas con el sello Friendly Biz de alrededor de 118 a más de 150 hasta el 30 de junio. Este crecimiento, de 2023 a 2024, refleja cómo la economía colombiana está avanzando hacia una economía libre de discriminación.

¿Qué ha impulsado a las empresas a tomar esta decisión?

F.C.G.: Hay tres fuentes motivadoras. La primera es el enfoque técnico y metodológico que brindamos en temas de diversidad sexual, alejando la conversación de lo ideológico. Con datos, testimonios y buenas prácticas, se ha impulsado a las empresas a abordar el tema sin timidez ni incomodidad. La segunda es la mayor visibilidad del talento diverso en las organizaciones, con más personas sintiéndose cómodas de expresar su identidad en el entorno laboral. La tercera es que Colombia tiene el segundo marco regulatorio de derechos LGBT más robusto de América Latina, después de Uruguay, lo que fomenta el cumplimiento legal y normativo. Estos tres pilares impulsan las políticas y acciones de diversidad e inclusión en las empresas.

¿En cuál área de las que ustedes atienden se ha avanzado más y cuáles muestran mayor rezago?

F.C.G.: En 2024, los temas de diversidad sexual, discapacidad y razas/etnias son prioritarios en las empresas colombianas, equiparándose casi a la equidad de género. Además, la integración intergeneracional en los equipos de trabajo y la inclusión laboral de personas mayores de 50 años vienen siendo grandes prioridades. Existe una necesidad urgente de superar la segregación en los procesos de selección de talento y reconocer que la edad no determina la capacidad laboral ni el valor de una persona.

También se está incrementando la sensibilidad y apertura a las segundas oportunidades para individuos previamente privados de libertad, una tendencia en crecimiento y apoyo en la sociedad. Es importante que toda la sociedad colombiana entienda que discriminar es el peor negocio de todos.

Hay países donde ya se logró trascender de las políticas a un cambio cultural real…

F.C.G.: Hay dos ejemplos importantes. Primero, Canadá, un país que nos inspira por su enfoque en inclusión económica a través del empleo formal y el emprendimiento, lo que ha facilitado una mayor apertura en temas de diversidad sexual tanto en el sector privado como en el gobierno. Segundo, Uruguay, líder en legislación de derechos LGBT en América Latina, donde las empresas integran la diversidad sexual en toda su cadena de valor, desde el talento hasta el abastecimiento, promoviendo una economía libre de discriminación. Además, países como México, Brasil y España también son referentes, especialmente España, que ha avanzado en la educación y aceptación de la diversidad sexual dentro de las familias. En Colombia, la educación en sexualidad y diversidad sexual ha sido un tema espinoso. El llamado del Gobierno y de la sociedad es a que las familias sean menos tímidas al abordar estos temas.

¿Cuál es el mayor desafío para que Colombia siga avanzando en esta dirección?

F.C.G.: Primero, la ‘desbogotanización’ de estas iniciativas. Aunque Colombia ha avanzado en el sector empresarial, estos esfuerzos siguen concentrados en Bogotá. Desde 2022, la Cámara trabaja para que lleguen a todas las regiones, con el apoyo del Gobierno nacional, alcaldías y gobernaciones, para incluir a las pymes de todo el país. Segundo, necesitamos más acciones afirmativas y concretas para la inclusión laboral de personas trans. Aunque la diversidad sexual en general ha mejorado en el entorno laboral, aún hay una deuda significativa en aumentar las tasas de empleo para hombres y mujeres trans en todo el país.

¿En qué regiones es más notable la disposición al cambio?

F.C.G.: Antioquia, el Eje Cafetero y el suroccidente se han abierto mucho a estas temáticas. Sin embargo, enfrentamos complejidades en el oriente colombiano, especialmente en los Santanderes, y en algunas zonas del Caribe. En oriente, la diversidad sexual se cruza con la migración, y en el Caribe, con razas y etnias. Aunque hay avances, estas regiones aún presentan desafíos significativos para integrar estas temáticas en su entorno sociocultural.

¿Y en cuanto a sectores económicos?

F.C.G.: Cuando hablamos de sectores, el financiero, el turismo y la industria de alimentos y bebidas han sido muy proactivos. Sin embargo, sigue siendo difícil en infraestructura, construcción y vivienda, donde las acciones son aún incipientes. El sector automotor y de autopartes, históricamente masculinizado, también presenta alta complejidad para tratar la diversidad sexual. Un desafío mayor es el sector agrícola; en la Colombia rural, hablar de diversidad sexual requiere mucha paciencia y aún llevará años lograr avances significativos.

Ustedes consolidan más de 100 buenas prácticas corporativas en materia de diversidad, equidad e inclusión en el país, ¿cuál ha sido la más retadora para las empresas colombianas?

F.C.G.: Hay tres desafíos importantes que afectan a las empresas hoy. Primero, establecer una ruta clara de empleabilidad para hombres y mujeres trans, un desafío significativo con algunos ejemplos destacados como el caso de Sodexo. Segundo, avanzar en una agenda de inclusión laboral para personas con discapacidad o necesidades especiales que vaya más allá de la accesibilidad física en infraestructura. Muchas empresas han descubierto que la verdadera inclusión va mucho más allá de las rampas. Tercero, el mayor desafío futuro para los próximos cinco años en Colombia es cómo abordar la interseccionalidad en el entorno laboral. Esto implica entender y gestionar la diversidad de características que pueden coexistir en una sola persona, como mujeres afrovenezolanas lesbianas, lo cual presenta una complejidad considerable para las empresas.

Según la ‘Encuesta Nacional de Equidad, Diversidad e Inclusión 2024′, el 60 por ciento de las empresas ya implementan una estrategia de DEI. ¿La población LGBT está bien representada?

F.C.G.: Sí, la Cámara de la Diversidad ha observado que los temas de diversidad sexual se han profesionalizado en las empresas. Actualmente, más de 100 compañías en Colombia han formalizado la diversidad sexual en sus estrategias de DEI. Aunque la equidad de género es el tema principal, seguido por la discapacidad y la diversidad racial o étnica, la diversidad sexual es, sin duda, el segundo tema más importante en las estrategias de DEI.

  • Contenido elaborado con apoyo de la Cámara de la Diversidad.