Especial salud
El problema del sistema de salud en Colombia no es el modelo sino las malas prácticas: exsuperintendente nacional de Salud
Fabio Aristizábal lleva más de 25 años de ejercicio en el sector salud. Durante los últimos cuatro años fue el superintendente nacional de Salud y hoy ve con preocupación la propuesta de reforma que presentará el Gobierno el próximo año. En esta entrevista reflexiona sobre los aciertos y desafíos del sistema.
Usted conoce bien el sistema de salud colombiano, ¿cuál es su diagnóstico hoy?
FABIO ARISTIZÁBAL: Nuestro sistema es uno de los más sólidos, solidarios y garantistas. Diferentes organismos y revistas han reconocido sus avances y bondades. Hoy, el 99 por ciento de la población está cubierta, antes de la Ley 100 solo era el 15,7 por ciento. Además contamos con un amplio plan de beneficios en salud y con uno de los más bajos gastos de bolsillo de América Latina, por debajo del promedio de los países de la Ocde, es decir, los colombianos por un bajo costo están cubiertos ante cualquier evento y a diferencia de otros países, las familias no se endeudan para atender sus necesidades en salud.
¿Las cifras evidencian esa solidez?
F.A.: Tenemos un amplio esquema de vacunación gratuito reconocido en el mundo, clínicas y hospitales muy bien ranqueados en América Latina, 26 entre los mejores 63 de la región y 5 en el top 10. Y si hablamos de indicadores, hemos mejorado en las condiciones de salud de la población. La esperanza de vida aumentó cinco años en las dos últimas décadas, ubicándose por encima del promedio del continente. Se redujo la tasa de mortalidad infantil (menores de un año), la tasa de mortalidad de la niñez (menores de 5 años) y somos el quinto país con menor incidencia y el tercero con menor mortalidad de cáncer dentro de la Ocde.
El Gobierno propuso una reforma estructural al sistema eliminando las EPS. ¿Esto resolvería los problemas del sector?
F.A.: De nada serviría eliminar un actor del sistema, en este caso las EPS, que hoy tienen un buen desempeño, si persisten las mismas malas prácticas de los usuarios, prestadores públicos y privados, EPS, Secretarías de Salud, operadores logísticos y gestores farmacéuticos, veedores y jueces. Durante mi gestión en la Superintendencia documentamos más de 70 malas prácticas que desangran el sistema. Si algo tiene que cambiar no es el modelo de aseguramiento, sino las malas prácticas.
Uno de los argumentos para eliminar las EPS es el aumento de las peticiones, quejas y reclamos…
F.A.: Por supuesto que tienen que aumentar. Cuando usted hace visible una entidad y la acerca a los usuarios lo que logra es que las personas acudan. Durante los últimos cuatro años la Superintendencia aumentó el número de agentes telefónicos, se abrieron más puntos regionales de atención y se habilitaron el chat web, canales escritos y las cuentas de redes sociales. Hoy la ciudadanía sabe que tiene una entidad que además de defender su derecho a la salud, les resuelve dudas e inquietudes. Las reclamaciones corresponden a un 0,3 por ciento del total de atenciones en un año. Estamos hablando de 440 millones de atenciones versus 1.300.000 quejas y reclamos.
Se argumenta que parte de la crisis es por la deuda de más de 16 billones de pesos de las EPS con las IPS...
F.A.: De acuerdo con la información publicada por la Superintendencia Nacional de Salud en su página web, a junio de 2022 las EPS activas registraron cuentas por pagar de 10,4 billones con las IPS. A su vez, tienen cuentas por cobrar por anticipos no legalizados por 3 billones, lo que refleja una cartera neta de 7,1 billones. En cuanto a las IPS, registran un total de 16,3 billones, de los cuales no se habían radicado 3 billones, de manera que las cuentas por cobrar radicadas a esa fecha ascienden a 13 billones. Estas entidades tienen además cuentas por pagar por valor de 1,5 billones, lo cual se convierte en una deuda real de 1,5 billones de pesos por parte de los aseguradores con la red de prestación.