Energía
¿Está en peligro la energía en Colombia por la escasez de lluvias?
Las pocas lluvias y la baja capacidad de almacenamiento de algunos de los embalses del país podrían poner en peligro el suministro de energía. Desde EPM analizan el panorama actual.
Por cuenta de las lluvias, Colombia vive una situación particular. Por un lado, es el país con más precipitaciones anuales, 3.240 milímetros según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). Este fenómeno atmosférico es el mayor proveedor del Sistema Interconectado Nacional (SIN), cuya capacidad instalada en 2022 alcanzó los 18.626 megavatios según XM-PARATEC. El 67,1 por ciento del total corresponde a fuentes hídricas, el 30,4 por ciento a fuentes térmicas y el restante a fuentes solares y eólicas. Sin embargo, al depender de las lluvias, cuando estas son escasas debido a fenómenos como el de El Niño se generan riesgos para el suministro energético del país.
En este momento, el embalse agregado nacional está en el 72 por ciento de su capacidad, según el portal de XM.
Una realidad que puede ser bastante retadora, según Alberto Mejía Reyes, gerente de Mercado de Energía Mayorista de Generación en EPM, debido a la limitada capacidad de almacenamiento en los embalses a la hora de retener el agua.
“Colombia tiene embalses con una capacidad de almacenamiento muy importante como El Peñol, que puede llegar a bajar su nivel en un año, pero una gran cantidad de nuestras plantas de generación como Ituango, Porce II o Porce III bajan al mínimo nivel técnico en cuestión de una semana. Y así muchos embalses. Si calculamos en cuánto tiempo se baja el nivel de los embalses, atendiendo la demanda del sistema, nos da aproximadamente tres meses; la estación de verano en Colombia se prolonga por cinco meses (diciembre – abril), esto nos lleva a la necesidad de cuidar las reservas hidráulicas para evitar un racionamiento”, indicó.
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A partir de esta proyección, plantea que los embalses del país tienen baja capacidad de almacenamiento. Y agregó que, aunque las precipitaciones son continuas en el territorio nacional, apenas se puede almacenar una quinta parte del agua que llega a los embalses. “Es muy poco comparado con lo que llueve en un año. Por eso, tenemos una alta dependencia de El Niño y de La Niña, y eso afecta el comportamiento del precio en la bolsa”.
Los comercializadores que atienden a los usuarios se protegen de la volatilidad de la bolsa mediante contratos que firman con los generadores.
Sobre este aspecto, también remarcó que se ha generado “un mayor déficit de energía para contratos”, debido a la demora en la entrada de los proyectos de generación, principalmente eólicos y solares, debido a demoras en permisos ambientales, acuerdos con comunidades, entre otros. Esto afecta la demanda y genera que el precio de la bolsa llegue al usuario. “Tenemos una demanda de energía que, en promedio, debe estar en el orden de los 220 gigavatios/hora/día. Cuando estamos en condiciones normales, la hidráulica puede atender entre el 80 por ciento y 90 por ciento, y la térmica la restante. En épocas de El Niño, la térmica puede llegar al 40 o 45 por ciento, y por eso se despacha el parque térmico para soportar el déficit hidráulico”, indicó.
Finalmente, el directivo de EPM destacó el aporte de la Termoeléctrica La Sierra, una de las dos centrales térmicas de la compañía que se provisiona de combustible líquido y de esta forma participa en la exportación de energía de Colombia a Ecuador.
*Contenido elaborado con apoyo de EPM