La estrategia de esta importante empresa de energía para generar valor compartido en América Latina

En 1999 S&P Dow Jones y RobecoSAM unieron esfuerzos para crear la primera métrica corporativa global en sostenibilidad que se enfocó en las compañías listadas en la Bolsa de Valores de Nueva York. Desde entonces, el Índice de Sostenibilidad Dow Jones evalúa el desempeño de compañías de los cinco continentes. En la más reciente medición, de las 3.562 empresas analizadas, la colombiana ISA recibió un puntaje de 84 sobre 100 y se ubicó en el 10 por ciento de las más sostenibles del mundo en el sector de servicios públicos de energía.

Este reconocimiento valora su trabajo social y ambiental, junto con la exitosa operación comercial en varios países de América. Desde hace más de 20 años, ISA ha generado mejores condiciones de vida en las comunidades de su zona de influencia y protección al medioambiente. Según María Adelaida Correa, directora de Sostenibilidad, “la estrategia organizacional de ISA declara que nuestro objetivo a 2030 es la creación de valor sostenible”.

En cuanto a lo social, la compañía busca cumplir ese propósito por medio de Conexión Desarrollo, una guía que establece lineamientos en las relaciones con las comunidades. “Es la forma de trabajar en los territorios buscando fortalecer las capacidades en todos los ecosistemas comunitarios donde la compañía tiene presencia y contribuir al desarrollo con una visión de largo plazo, donde las propias comunidades se empoderan y coconstruyen los proyectos”, precisó.

En 2022, la inversión social de la compañía fue de 40.035 millones de pesos, sin embargo, “el indicador de retorno social de la inversión (SROI en inglés) nos permite determinar por cada peso invertido en la gestión social eso cuánto implica en el desarrollo en las comunidades. Ese año nos dio un SROI de 2,46, eso quiere decir que el impacto de nuestro aporte superó los 100.000 millones de pesos”, explicó.

Otro proyecto destacado es la línea de formación y educación que crea ciclos de mejoramiento de la calidad educativa con base en los lineamientos del ministerio. Los resultados superan las expectativas porque las mediciones de impacto oscilan entre 15 y 20 por ciento cuando proyectos referentes no superan el 4 por ciento. En Chile, por ejemplo, los proyectos Coquimbo y Pitrufquén han mejorado la calidad de la educación media técnica y benefician a una ciudad entera. Santiago Echeverri, especialista en sostenibilidad de la compañía, enfatizó en que “enmarcados en nuestra estrategia a 2030 buscamos generar una contribución positiva a la sociedad, y a través de Conexión Desarrollo seguiremos encontrando las formas más adecuadas de hacerlo y, por supuesto, de medir el impacto que generamos”.

De esta forma, ISA sigue apostándoles al desarrollo y progreso de las comunidades en sus áreas de influencia, mientras contribuye a reverdecer los territorios y proteger la biodiversidad de Colombia y América.

*Contenido elaborado con el apoyo de ISA.

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