La movilidad eléctrica aumenta cada vez más en Colombia. Este es el panorama

Entre enero y septiembre de 2022 se vendieron 2.551 vehículos eléctricos en Colombia, una cifra baja para un mercado que supera las 250.000 unidades vendidas anualmente, pero importante en las metas de electrificación del parque automotor.

Un reciente estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) revela que en América Latina y el Caribe el transporte genera más del 20 por ciento de las emisiones de CO2, lo cual está motivando a los gobiernos a generar incentivos para promover la compra de este tipo vehículos, cuyo funcionamiento no genera ningún tipo de ruido ni emisión contaminante o de gases de efecto invernadero.

Sin embargo, los precios de estos modelos aún son altos, lo que limita su masificación. Expertos en el tema consideran que el valor en el mercado colombiano podría bajar en la medida en que se reduzca el costo de las baterías, que representan un porcentaje significativo del valor total de los eléctricos. En 2017, una batería costaba hasta 300 dólares por KWh (kilovatio por hora), y se proyecta que para 2025 ronde los 100 dólares por KWh, con lo cual existe la posibilidad de una estabilización de los precios y por ende mayor facilidad de comercialización.

Otro factor de gran incidencia es la infraestructura de carga. Colombia tiene actualmente 216 puntos de recarga y 506 conectores distribuidos por las principales ciudades del país, las cuales aún resultan insuficientes para las metas de comercialización que se tienen previstas para los próximos cuatro años.

Según proyecciones de Statista, una empresa especializada en análisis de mercados, se estima que para 2026 se venderán en el país 7.000 autos eléctricos, cifra que ubica a Colombia entre los países con mayor penetración de este tipo de vehículos en la región, superado solo por México y Brasil. En este sentido, algunas de las marcas que han lanzado sus modelos eléctricos en el país están instalando estaciones de recarga propias y las han puesto al servicio de los propietarios de modelos eléctricos.

Oliverio Enrique García Basurto, presidente de Andemos, dice que el país va por buen camino. “El 2021 fue el año de consolidación de la movilidad eléctrica en el país. El acelerado aumento de vehículos híbridos en América Latina es una señal de que esta tecnología es la estrategia adecuada en las aspiraciones por alcanzar un sector de transporte con cero emisiones, toda vez que es más probable que un consumidor de un vehículo híbrido escale a uno eléctrico en su próxima compra”.

Los vehículos híbridos matriculados en Colombia sumaron 16.406 unidades registrando en el 2021 un crecimiento de 250 por ciento frente al 2020 y entre enero y septiembre de 2022 fueron comercializadas 19.028 unidades. Sin embargo, mientras en México y Brasil se matriculan más de 40 vehículos híbridos por cada vehículo eléctrico, en Colombia esta relación es cuatro veces menor, lo que deja en evidencia la necesidad de promover aún más las tecnologías híbridas.

Hay avances

Gracias a la política pública de incentivos que reciben los vehículos híbridos tanto a nivel nacional como distrital, se sigue avanzando en la meta. Hoy, el 42 por ciento de los híbridos matriculados en el 2021 cumplen con el estándar de emisión Euro 6, el más alto de emisiones de la norma europea, y en el primer bimestre del 2022 la participación de vehículos híbridos Euro 6 aumentó al 56 por ciento.

La oferta de motores híbridos Euro 6 en el mercado es una gran noticia para el programa de transición energética del país, pues son tecnologías más eficientes en consumo de combustible fósil y emisiones contaminantes. Esto implica mayores ahorros en varios ámbitos: para los colombianos, en el gasto de gasolina; para el Gobierno, en el fondo de estabilización del precio de combustible; y para el gasto público, por la reducción de emisiones contaminantes.

Dado lo anterior, la industria viene haciendo un llamado al Gobierno Nacional para que incremente los cupos de importación de vehículos electrificados (híbridos y eléctricos) y de esta manera se logre una mayor masificación de estos modelos en el país. En Colombia, la transición energética ha sido uno de los ejes centrales de la política pública, donde el sector de transporte juega un rol muy importante ya que que es el mayor consumidor final de energía del país, con un 43 por ciento, seguido por el sector residencial (27 por ciento) y el industrial (23 por ciento).

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