FUNERARIAS
Nueva humanización de los servicios funerarios tras la pandemia
La reinvención del sector exige una comunicación más cercana con la familia, diseñar de manera conjunta un ritual que se quede en el recuerdo. Hacer de cada funeral un servicio personalizado.
Aunque los rituales funerarios son, en esencia, uno de los actos más humanos que existen, la pandemia provocada por la COVID 19 retó al mundo a repensar nuevas formas para realizar este tipo de ceremonias, mucho más cercanas y simbólicas, que contemplen, además, las culturas e idiosincrasias de las familias que despiden a su ser querido, lo que le da un mayor sentido a ese último homenaje.
Para Guillermo Julio Chaves Ocaña, Socio Gerente General de La Ascensión S.A., empresa de previsión exequial, es importante tener en cuenta que, por ejemplo, dentro de las comunidades afro, como la de San Basilio de Palenque y el Chocó, sus rituales de despedida, conocidos como lumbalú, gualí y alabao, son muy distintos a los que realizan los indígenas Wayú. Así sucede con las demás culturas del país y del mundo.
“La reinvención de los servicios funerarios exige una comunicación más cercana con la familia, diseñar de manera conjunta un ritual que se quede en el recuerdo, hacer de cada funeral un servicio personalizado. Lo más importante es que los familiares puedan aceptar y sentir la pérdida de su ser querido, para dar inicio a un duelo ´normal´, menos traumático”, añadió el directivo.
Hay que tener en cuenta, también, que la pandemia provocó un acelerado crecimiento frente al uso de las herramientas tecnológicas, que se han convertido en la mejor opción para que las familias puedan acompañar al ser que ha partido, conectando a muchas personas a la vez rompiendo las barreras de la distancia.
Para La Ascensión S.A., estas herramientas se quedarán después de la pandemia y harán parte de la nueva normalidad del sector funerario. Por esta razón, las empresas de la industria deberán sacar el mayor provecho de la tecnología, involucrando su uso en toda su cadena de valor y en todas las áreas del servicio.
“La COVID 19 nos obligó a pensar más en un servicio al destino final, un ritual más cercano y creativo para la entrega de cenizas, que incluya ceremonias o detalles que afiancen el recuerdo y la memoria del fallecido, y en el que el uso de la tecnología permita humanizar, aún más, ese acto de despedida”, agregó Chaves.
Enseñanzas de la pandemia
Es innegable que el mundo no estaba preparado para una emergencia sanitaria de este tipo, sin embargo, uno de los sectores que mejor respondió, en tiempo récord, a las demandas que ha exigido la contingencia, ha sido el funerario, especialmente el colombiano, gracias a que la industria está agremiada y trabaja de manera colectiva.
“Es un sector que aprende de las buenas experiencias de sus líderes y replica ese conocimiento, esto nos permite trabajar en red con estándares de calidad y, lo más importante, con sentido de humanidad, lo que nos convierte en ejemplo para la región”, añadió el directivo.
Para Chaves, una de las principales lecciones que le ha dejado la pandemia al sector es que la competencia no se puede medir por el precio -en términos económicos- de la previsión exequial, considerando que competir con calidad en la atención del servicio es la misión de todas las empresas.
“Una lección positiva, desde todos los puntos de vista, es el trabajo colectivo, la solidaridad y el sentido de ser colegas que se ha afianzado durante esta coyuntura‘‘, manifestó.
El reto que tiene el sector, ahora, es ampliar la cobertura en formación y capacitación, para llegar a todos los funerarios del país con mensajes de calidad en el servicio, sin atentar contra los rituales y características particulares de cada región.
El futuro
La incertidumbre que trae consigo la pandemia no permite visualizar con claridad el futuro, ni hacer apreciaciones del sector a mediano y largo plazo.
Frente a este tema, Chaves señala que se vienen usando técnicas predictivas, decantando las cifras para proyectar las estrategias que desde ya está diseñando el sector para enfrentar este reto, que no solo atañe a la industria funeraria, ni de la previsión exequial, sino a todo el país.
“Se trata de la vida y la muerte de nuestros connacionales. En este momento podemos dar testimonio de un sector que se ha fortalecido como prestadores de servicios, en el momento de mayor dolor del ser humano: la partida de un ser querido”, concluyó el Gerente General de La Ascensión S.A.