Especial Abogados
¿Qué competencias necesita el abogado moderno para enfrentar la nueva era digital?
Más allá de implementar soluciones tecnológicas, el mercado actual requiere abogados con mentalidad flexible que se adapten rápidamente a los cambios y estén dispuestos a ‘desaprender’ para hacer las cosas por fuera de lo tradicional.
Este año, desde Cuatrecasas hemos decidido ofrecer una perspectiva fresca y auténtica: la voz de nuestros propios asociados. Les pedimos que compartieran en un artículo sus experiencias diarias, los desafíos que enfrentan y la maravilla intrínseca de ser abogados en un mundo en constante cambio tecnológico. La convocatoria fue un llamado a la creatividad y al coraje, y estamos entusiasmados de presentarles un artículo que no solo destaca la relevancia de nuestra profesión, sino que también celebra el espíritu innovador que impulsa nuestra Firma.
Reinventarse o morir en el intento
En el fútbol existe una creencia popular de que “el equipo que gana no se toca”. Si una formación “ganadora” produce los resultados esperados, ¿qué necesidad hay de cambiarla? Pues bien, muchas veces la historia nos ha demostrado que aquello que genera resultados positivos hoy, no necesariamente nos garantiza el éxito de mañana.
La Cuarta Revolución Industrial ha llegado para transformar todos los sectores de la sociedad, incluyendo la industria legal. Lo que antes ha servido para garantizar el éxito de un abogado corporativo ya no basta para sobrevivir a un contexto cada vez más retador, globalizado y competitivo.
Todos conocemos las razones: el acelerado desarrollo de la inteligencia artificial para la automatización de procesos; la pisada fuerte de nuevos jugadores en el mercado, como los alternative legal services providers, y las expectativas de los clientes de un servicio cada vez más rápido, transparente y costo-eficiente.
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Ante la inminente necesidad de un cambio, dentro de poco la industria legal se separará en dos grupos: aquellos que vieron las señales desde lejos y tuvieron el coraje de reinventarse, y aquellos que murieron en el intento.
Más allá de hablar sobre los numerosos cambios que ha tenido la profesión legal en los últimos años, creo que vale la pena reflexionar sobre lo siguiente: ¿qué competencias necesita el abogado moderno para garantizar un futuro exitoso en su profesión?
La primera, y tal vez la más evidente, consiste en desarrollar nuevas habilidades blandas para un entorno cada vez más tecnológico y globalizado. Resistirse al cambio es una batalla perdida. Por eso, integrar el uso de la inteligencia artificial en nuestras actividades diarias, mejorar nuestra capacidad de comunicarnos eficazmente en un entorno virtual y colaborar con equipos interdisciplinarios e internacionales -en lugar de resistirnos a estas realidades-, nos permitirá posicionarnos en la vanguardia del tradicional mundo legal.
Esto, sin embargo, va más allá de aprender a usar nuevas herramientas tecnológicas. Implica también reconocer que el desarrollo de estas habilidades blandas no es opcional, sino el puente que comunica el conocimiento legal con las nuevas (y exigentes) demandas del mercado.
Y la segunda, en mi opinión la más importante, radica en construir una mentalidad cada vez más flexible, pues esto significa anticiparse y reaccionar con facilidad, no sólo ante cambios legislativos o nuevas necesidades económicas, sino también reaccionar a nuevas dinámicas de trabajo que no existían hasta hace apenas unos años.
Tener una mentalidad flexible implica convertirnos en “abogados líquidos”, como lo describió Carlos de la Pedraja García-Cosío: “profesionales capaces de adaptarnos a cualquier recipiente, a nuevos contextos digitales e incluso de navegar distintas ramas del conocimiento y distintos sectores económicos con más competencia que nunca”.
En resumen, el éxito del abogado moderno radicará en su capacidad de adaptación. Esta nueva era legal no sólo exigirá que los abogados tengan la curiosidad suficiente de aprender sobre nuevas herramientas tecnológicas y metodologías para facilitar su trabajo, sino también el coraje suficiente para desaprender y desapegarse de la forma tradicional de ejercer su profesión. O dicho de otra forma, el futuro de la industria legal estará determinado por su capacidad de reinventarse o de morir en el intento.
* Asociado en Cuatrecasas
*Contenido elaborado con apoyo de Cuatrecasas