Construcción
Sector de la construcción pide consenso al Gobierno para recuperar senda de crecimiento
La construcción colombiana mantiene indicadores en rojo, sobre todo en materia de empleo y venta de unidades nuevas. Desde Barranquilla, sus principales protagonistas analizan alternativas. En las regiones y los programas de subsidio está la esperanza.
Por tercer año consecutivo, Barranquilla es la sede del Congreso Colombiano de la Construcción, organizado por Camacol, un gremio que ha experimentado retos y dificultades desde el 2022, sobre todo en materia de vivienda, sin que las políticas oficiales hayan logrado, en lo corrido de este 2024, contrarrestar el deterioro en los niveles de comercialización, de inicio de obras y, especialmente, de empleo.
“Hace un año tuvimos aquí, en Barranquilla, unos anuncios muy importantes por parte Gobierno, en cabeza del Ministerio de Vivienda, temas que iban desde la operación del programa de vivienda nueva –como Mi casa ya–, apalancamiento de créditos con la banca pública, mejoramiento de vivienda, habilitación de suelo, reglamentación del Plan de Desarrollo. La verdad es que después de todo este tiempo muchas de esas propuestas no se hicieron realidad”, señaló Guillermo Herrera, presidente de Camacol.
Desde los sectores oficial y privado hay una gran apuesta por la reactivación sectorial, pero, a pesar de los múltiples anuncios hechos desde la administración Petro el gremio considera que aún no hay un plan de reactivación claro. “Lo que queremos conocer en este Congreso es la voz del Gobierno, saber cuál va a ser el futuro de un sector que llegó a acumular 25 meses de caídas continuas en los procesos de comercialización y que lidera la pérdida nacional de empleos”, señaló Herrera.
Solo en agosto pasado se perdieron 84.000 empleos en el sector, de los cuales 79.000 estaban destinados a la construcción de edificaciones. De estos, 46.000 corresponden a obreros y oficiales de construcción.
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Recuperación del sector
El directivo añadió que se necesita de un consenso con el Gobierno nacional para recuperar los niveles de actividad de un renglón económico con capacidad de generar un millón y medio de empleos directos en en Colombia, pero que adicionalmente cumple una función social muy importante para muchos hogares de menores ingresos, que tienen en la vivienda una capacidad de ahorro, de superar la pobreza y de tener una mejor calidad de vida.
Herrera señaló que, justamente, una de las soluciones propuestas por el Gobierno ha sido el Pacto por el crédito, pero que este solo funciona bajo tres supuestos: que se mantengan bajas las tasas de interés (están alrededor del 11 por ciento), reglamentar el LTI (Long Trade Income), que permite a los hogares destinar hasta el 40 por ciento de sus recursos en la compra de vivienda no VIS –proyecto de ley impulsado por Camacol y Asobancaria– y mantener la cuota de asignar 50.000 subsidios de Mi casa ya.
Jorge Segebre, presidente de la Junta Directiva de Camacol, destacó que desde ese año el sector pasa por un momento crítico “que tienen en vilo el sueño de tener vivienda propia para muchos colombianos” y que en la región Caribe concentra una oferta habitacional en VIS del 51 y 13 por ciento, “por lo que se hacen necesarias acciones contundente para frenar los números en rojo y empezar a recorrer una senda de recuperación real”.
Se destacó también el énfasis de la actual administración en las políticas de mejoramiento, pero que tienen todavía una baja ejecución. De 400.000 unidades que se habían prometido para el actual cuatrienio, a septiembre de 2024 se han entregado unas 10.600 que se suman a las 3.000 previstas para entregar en marzo de 2025.
“Reconozco –dijo Herrera– el gran esfuerzo que está haciendo la ministra de Vivienda, Helga María Rivas, por buscar formas para resolver esta limitación presupuestal, que no es ajena solamente a este sector, sino a los demás de la economía, pero que sí nos pone un problema muy grande frente a las proyecciones de entregas y desembolsos de viviendas que se vienen lanzando, incluso en proyectos desde el año 2020″.
Para Camacol, la cuestión es cómo lograr este Pacto por el Crédito con un recorte tan grande a los recursos para la asignación de subsidios Mi casa Ya de vivienda nueva, y, por el otro lado, apoyar al Gobierno en los mecanismos de mejoramiento que permitan, con los recursos disponibles, impulsar los índices de comercialización y de empleo del sector.
Apuesta sostenible
A pesar del complejo panorama, el sector de la construcción hoy mantiene 29 millones de metros cuadrados de obras de construcción con 170.000 unidades en oferta en todo el país, 105.000 viviendas de interés social, 900.000 empleos directos en la construcción de edificaciones y más de 40 billones de pesos comercializados en el último año.
Adicionalmente, Colombia hoy tiene 17 millones de metros cuadrados certificados por Edge, un reconocimiento otorgado por una filial del Banco Mundial a construcciones que cumplen criterios de sostenibilidad, y que permiten que el país tenga una de las mayores áreas certificadas del mundo.
“Como gremio hemos apostado por la sostenibilidad y nuestra gran apuesta a 2030 es que por lo menos el 50 por ciento de las viviendas que se entreguen cada año tengan un sello de sostenibilidad y eso es lo que nos ha permitido que Camacol se vista de verde”, advirtió Herrera.
Durante el Congreso, se plantearon nuevos horizontes de inversión inmobiliaria por fuera del contexto residencial teniendo en cuenta que el país tiene capacidad y escala de producción para buscar nuevos desarrollos y segmentos de mercado. Por ejemplo, en el renglón de oficinas, logística e infraestructura que pueden aprovechar las bondades del nearshoring para Colombia.
También se están explorando otras necesidades que se han evidenciado en el mercado nacional, donde el 48 por ciento de los hogares urbanos viven arrendamiento y, de acuerdo con cifras de ColCapital, hay cerca de 38 billones de pesos en inversión de los fondos inmobiliarios privados y más de 28 millones de los fondos de pensiones. Así mismo, el 10 por ciento de los ingresos por remesas (12.000 millones de dólares se esperan que ingresen al país en 2024) se destinan a la compra de activos como vivienda.
Para Camacol el otro lado de la moneda es la informalidad. Entre 2005 y 2018 se formaron cerca de 4,6 millones de hogares en Colombia y se construyeron cerca de 4,5 millones de viviendas. De estas, 2,9 millones fueron formales y 1,6 millones de viviendas se construyeron de manera informal.
“Hay una tarea grande del Gobierno nacional y que tenemos todos: la apuesta por la formalidad y cómo se integra esto con la sostenibilidad, más allá de la reactivación que hoy pedimos. La reflexión que tenemos que hacer es qué queremos a futuro”, advirtió el presidente de Camacol.
Inversión regional
De acuerdo con Camacol, por lo menos seis departamentos y 15 municipios del país hacen una apuesta grande por la financiación de vivienda, como una alternativa de reactivación en sus regiones. Son cerca de 100.000 subsidios planteados como meta en los Planes de Desarrollo y para estos cuatro años se espera una inversión que supere los 1,7 billones de pesos.
“Ojalá tuviéramos más plata para hacer más casas. Nosotros podríamos hacer viviendas nuevas, que evidentemente sí se necesitan muchas. Pero nos dimos cuenta que había un mercado, es muy grande desde el punto de vista de la gente que tiene barrios de invasión, donde hay casas totalmente miserables, sin piso, sin buenos techos, sin baño, sin cocina”, señaló el gobernador del Atlántico, Eduardo Verano.
El mandatario detalló que el hecho de solo poner pisos suprime varias enfermedades infectocontagiosas que traen consigo los pisos de barro y que tener una cocina también mejora las enfermedades respiratorias dado que ya no se emplea leña en la cocción de los alimentos y no se aspira las cenizas que trae consigo el humo.
“Ahora la gente quiere también internet y paneles solares –manifestó Verano–. Cada uno de los diferentes ministerios que nos visitan nos han venido diciendo que sí es posible trabajar en llave y poder tener cada vez más. Estábamos hablando de 10.000 viviendas pero creo que podemos mejorar hasta 40.000 viviendas en estos cuatro años de gobierno. Le cambiaríamos la vida a mucha gente, máxime si en cada una de esas casas viven hasta ocho personas”, concluyó.
*Contenido elaborado con el apoyo de Camacol.