Matrimonios
Hasta que la muerte...
Cada vez más colombianos deciden proteger su patrimonio ante un divorcio, pero también crece la separación de capitales, sin necesidad de romper el matrimonio. Así funcionan las capitulaciones.
Contrario a lo que podría pensarse, este contrato –que se pacta antes del matrimonio– no es exclusivo de los ricos y famosos. El número de personas del común que acuden a él crece día a día, como un plan B para sentirse más tranquilos a la hora de unir su vida y su patrimonio.
De hecho, para firmar capitulaciones no es un requisito casarse, ya que se pueden pactar en las uniones maritales de hecho. No en vano la cantante Shakira tiene hoy problemas con su expareja, Antonio de la Rúa, porque le está exigiendo 18% de sus ganancias –lo que equivaldría a unos 200 millones de euros–, por los años que vivieron juntos, según la prensa rosa.
En el país no existen cifras sobre cuántas capitulaciones se firman, no obstante, Álvaro Rojas Charry, presidente de la Unión Colegiada del Notariado Colombiano, calcula que de los 200.000 matrimonios que se celebran cada año, 75% tiene capitulaciones. “Antes existía una limitante social y emotiva, porque se asumía que el objetivo era proteger a un esposo del otro. Era un tema de desconfianza que se ha venido desmontando”, agrega Rojas Charry.?Su práctica le ha servido para comprobar que hoy son más mujeres que hombres las que piden las capitulaciones, bien sea porque ellas son las adineradas o porque quieren que su pareja sepa que no se casan por interés.
Otra razón que se atribuye al crecimiento de las capitulaciones es el bajo nivel de tolerancia de las parejas ante los problemas maritales, lo que hace que sean más proclives a los divorcios (en 2010 en el país se separaron 37 matrimonios al día), al tiempo que las personas se están casando más tarde (mujeres entre 25 y 27 años y hombres a los 30 años) y, en ese momento, ya han acumulado un patrimonio que quieren proteger.
“Hace 10 o 15 años, cuando la gente se casaba, no se pensaba tanto en el tema económico. Hoy son más maduros cuando llegan al altar, muchos de ellos profesionales, que tienen claro que además del vínculo afectivo, en el matrimonio hay un tema patrimonial que buscan cuidar”, dice Eduardo Durán, notario 38 de Bogotá.
Como muchos colombianos se casan y ya tienen un apartamento, carro o algunos pequeños ahorros, no los quieren incluir en su futura sociedad conyugal y capitulan. Incluso, se dan casos de personas que protegen electrodomésticos como televisores LED o mascotas. Eso ha servido para que este contrato baje de estrato; además, es una estrategia de defensa, pues muchos divorcios son emotivos y una de las partes quiere dejar a la otra “hasta sin televisor”.
El sueldo, excluido
Los abogados de PrietoCarrizosa aclaran, sin embargo, que los bienes adquiridos antes del matrimonio, por Ley, están excluidos de la sociedad conyugal, pero con la capitulación queda más claro qué es lo de cada uno. En ese contrato se puede incluir cualquier tipo de bien, menos los ingresos que se reciban por concepto laboral.
A diferencia del derecho anglosajón en donde los contrayentes incluyen cláusulas de infidelidad, pagos por mantenerse casados o compromisos románticos (ver recuadro) en Colombia no es una práctica común, pues, si bien se trata de proteger el patrimonio, también se busca que los vínculos matrimoniales sean estables y constituyan la base de la familia.
Aunque en las notarías hay formatos para hacer la capitulación, se recomienda a los contrayentes hacerlo con un abogado para que tengan más claridad del tipo de contrato que quieren firmar. Además del costo de la asesoría legal, en la notaría se paga el 3 por mil del avalúo de los bienes que se capitulan.
Una vez firmado el contrato y luego de dar el sí, no hay marcha atrás. Sin embargo, también está creciendo una opción para aquellos que no capitularon, pero que después de casados quieren dejar en claro el patrimonio de cada uno. Se llama liquidación o disolución de la sociedad patrimonial, bajo la cual se firma un documento en una notaría, que separa los bienes de cada cónyuge, sin necesidad de que se divorcien, pues mantienen su vínculo marital.
Este tipo de disolución es útil para aquellos que tienen un ingreso extra sorpresivo, como una herencia o, incluso, el Baloto.?Los detractores de las capitulaciones aseguran que son un contrato que de entrada siembra desconfianza y mata todo el ideal de construir en pareja; sus defensores, por el contrario, insisten en que el hecho de firmarlas no es una antesala para el divorcio, pues lo que se busca es evitar problemas futuros. Independiente de quién tenga la razón, lo cierto es que las capitulaciones están de moda y la frase que se impone es la de lo tuyo es tuyo y lo mío es mío.