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| Foto: Martín Vidal Empresario de peluquerías

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Así montó su imperio de peluquerías en Colombia Martín Vidal

Todos los emprendedores tienen una historia que contar y Martín Vidal no es la excepción. Así empezó el empresario de peluquerías más importante del país, que aún atiende personalmente.

5 de julio de 2018

Esta es la historia de Martín Vidal, el que podría llamarse el empresario de peluquerías más importante en el país, pues él y su Grupo Martín Vidal cuentan con 28 salones de belleza propios, más de 600 empleados a su cargo e innumerables cursos –dictados por ellos mismos– para futuros emprendedores que buscan dedicarse al mundo de la belleza y la estética.

El sueño de este profesional empezó gracias al ejemplo de sus padres, quienes luego de pasar dificultades en su juventud, se dedicaron a esta industria. Por un lado, la mamá de Martín Vidal se enfocó hacia el lado de la cosmetología y, por el otro, su padre a la peluquería, profesión a la que se dedicó inicialmente de manera empírica.

Este empresario, quien en realidad se llama Martín David Rodríguez Moreno, decidió cambiar su nombre por Martín Vidal, no solo porque ya muchas personas lo conocían a él y a su familia como ‘Los Vidal’, sino para rendirle un homenaje a su padre, Vidal Rodríguez, que falleció hace ya 12 años y que recuerda con amor y nostalgia.

Él y sus cuatro hermanos empezaron a trabajar desde muy niños. “Mi papá nos llevaba todos los sábados al salón de belleza, pero nos motivaba pagándonos muy bien. Él nos decía: el que no trabaja lleva fruta de onces, pero el que tiene plata se puede comprar lo que quiera. Entonces podíamos comprar pizza, sándwich y otras cosas. Así fue como nos empezó a enamorar”, comenta.

Vidal, junto a sus hermanos, optó por la peluquería como vida profesional, rechazando estudiar medicina y yendo en contra, incluso, de los anhelos de su mamá que “ya no quería más peluqueros en la casa”.

Luego de prestar servicio militar, a la edad de 19 años comenzó su travesía en el mundo de las peluquerías. Actualmente tiene 52 años de los cuales 32 han sido dedicados a esta carrera.

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La formación

La educación siempre le llamó la atención a Vidal, al igual que a sus hermanos. “Con mis hermanas empezamos muy fuerte en el tema de la educación y la capacitación y ya hemos dictado varios seminarios”, asegura. Además, confesó que inició la carrera de Administración de Empresas, en la Universidad Javeriana, y que la dejó en sexto semestre. No obstante, asegura que se arrepiente de no haberla terminado para poner en práctica todo su conocimiento en el negocio.

Cuando empezó a dar sus primeros pasos y estaba enfocado en lo que quería hacer, a pesar de que sus padres le enseñaron a amar la profesión, no dejaba de sentir vergüenza. En ese entonces sus contemporáneos le hacían matoneo, no solo por ser hijo de peluqueros, sino porque él también lo era. “Todo por el tema de ser gay o no. Pero mi papá siempre fue muy tranquilo y nunca le paró bolas a eso”, expresa.

Gracias al apoyo de uno de sus mejores amigos y de una novia que tuvo en ese entonces, Martín Vidal logró dejar las etiquetas atrás y ejercer su profesión con todas las de la ley. “Mi amigo me decía: Haz lo que amas. Tú me hablas de peluquería todo el tiempo, se te ve que te gusta. Haz lo que amas porque si llegas a hacer lo que dice tu mamá vas a fracasar. Todo por una pena estúpida", recuerda.

Y agrega que esas palabras de su amigo le dieron la fortaleza que necesitaba. “Mi primera novia, quien fue algo increíble en mi vida, también me apoyó y me sirvió hasta de modelo para que yo ensayara. De hecho, sigue siendo cliente mía”, señala.

Construyendo sueños

Luego de comenzar en serio con la peluquería con uno de sus hermanos le compraron el primer negocio a su padre, quien con la madre de Vidal empezaron este grupo de peluqueros. “No fue fácil que él entendiera esa parte, pero lo hicimos. Siempre nos movimos entre retos”, apunta.

Hoy, casado y con hijos, es empresario, instructor y conferencista. Ha dictado charlas y seminarios desde México hasta Bolivia y El Caribe. “Ahí le he enseñado a los peluqueros dos cosas: la parte técnica y la empresarial”.

El mundo de la belleza, la estética, los cortes y los colores es gran parte la esencia y vida de Martín Vidal. Por tal razón, explica que vive preocupado por la informalidad del sector y la falta de educación en las personas que se dedican a esta industria. Al respecto, está buscando alternativas con varias universidades del país para que empiecen a considerar la peluquería como una carrera y darle mayor peso al que tiene en el momento. El proceso más avanzado es con la Corporación Unificada Nacional de Educación Superior (CUN).

“Sigo siendo un creyente en que podemos formar empresas grandes y hacer cosas lindas, no solo por nosotros mismos, sino por el sector”, apunta.

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Por otro lado, el padre de este empresario fue quien le enseñó a asociarse con otros peluqueros porque –según Martín Vidal– él veía que los buenos trabajadores siempre se iban. “Él decía: ¿por qué no lo ayudas a crecer si al fin de cuentas tú vas a envejecer?”, subraya.

A medida que este emprendedor buscó más peluqueros y personas que le aportaran a la empresa fue cuando empezó a ver crecer el negocio. “Hoy nuestra política es dos peluqueros socios por cada punto de venta. Antes éramos dueños de 100% del negocio y hoy tenemos 20% o 30% de cada uno”, enfatiza.

La desaceleración económica no discriminó a ningún sector, lo que llevó a Vidal a cerrar dos de sus puntos de venta. Sin embargo, cuenta que hay una ventaja en sus puntos y es que uno no depende del otro, lo que les ha permitido resistir las crisis. “Llegamos a tener 32 locales y ya hemos tenido que cerrar cuatro”, lamenta.

Este peluquero espera que en dos o tres años su sector tenga más fuerza que ahora, de la mano de las nuevas tendencias y del uso de más tecnología. Recalca que si la industria no hace un esfuerzo por reinventarse no podrá sobrevivir al auge tecnológico, a la informalidad y a las tendencias económicas.