OPINIÓN

Lionel Messi, un huérfano del mundial

Para el periodista Adolfo Zableh Messi es una especie de Borges del fútbol: el mejor jugador de todos los tiempos sin el trofeo más importante.

Adolfo Zableh Durán*
1 de enero de 2018
Lionel Messi, jugador argentino. | Foto: AFP / Pablo Porciúncula

Sí, es el torneo por excelencia y ganarlo te mete en los libros, pero para ser el más destacado en cualquier oficio lo único que necesitas es hacerlo mejor que los demás, y eso ha hecho el argentino Lionel Messi desde comienzos de siglo.

Quienes le exigen que gane el mundial me parecen intransigentes porque, aunque le sumaría otro título a su hoja de vida, no lo haría mejor o peor futbolista. Un tipo que es capaz de meter 50 goles por temporada una y otra vez, de romper todos los récords, de tener todos los trofeos (menos el de la Copa del Mundo) y de jugar al fútbol de esa manera, está por encima de esos detalles. Si solo te obsesionas con las estadísticas, con los trofeos, no serás capaz de gozar ni del más bello de los triunfos. Sería mejor fijarse en la estética, que ahí está el goce. Por eso resulta inaudito que muchos repitan que sin mundial Messi no vale.

Siempre juega bien, y cuando no brilla, pone al menos un puñado de pelotas claras de gol. Los hinchas de sofá y de teclado, los fanáticos de los videos recopilatorios, piensan que a Messi le falta graduarse en una copa del mundo; quien haya pisado una cancha de fútbol entiende que nadie ha hecho lo mismo que él y con eso basta.

Lo he dicho antes en un par de columnas. La primera de ellas publicada en 2010, después de que Alemania goleara a Argentina en cuartos de final. En ese mundial Messi no anotó goles y muchos dicen que jugó mal, pero nuevamente son las voces de los que ven fútbol pero no lo miran. En ese torneo cada jugada de peligro de su equipo, casi cada gol, pasó por sus pies. Y entre un mundial y otro, siempre se ha desparramado con el Barcelona. Quizá sea jugador de club y no de selección. ¿Y qué?

En la discusión están Pelé, un fuera de serie con números de miedo; también Maradona. Messi no es Maradona, y eso tampoco es grave. Diego era un líder y lo que hizo en el 86 no tiene comparación. Messi parece un autista, inspira no por su temperamento sino por su forma de jugar, y a falta de un mes brillante lleva una carrera brillante. Eso solo lo entenderemos cuando se retire y pasen años, décadas, sin que surja alguien similar.

Messi quiere ganar el mundial, lo ha dicho varias veces. Ojalá cumpla su sueño, aunque sería más bello si eso no pasa. El mejor jugador de todos los tiempos sin el trofeo más importante, una especie de Borges del fútbol. Sería una bonita forma de reivindicar a otros grandes que nunca alzaron la copa. Pienso en Platini, relegado a un segundo plano por cuenta de Zidane; pero sobre todo en Cruyff, abuelo futbolístico de Messi y padre de Guardiola. Tres cracks que le cambiaron la cara al fútbol, tres huérfanos de mundial. Algo así como una familia maldita.

*Periodista.