Economía
Envejecimiento poblacional desalienta el crecimiento potencial
En la primera clase de teoría del productor de las universidades se enseña que la producción depende de dos factores: trabajo y capital. Si bien el capital era la principal preocupación de las industrias, en el futuro es probable que el obstáculo surja por el lado de los trabajadores.
La vejez golpea por dos lados a la economía. Por un lado, después de cierta edad las personas no son aptas para trabajar, por lo que dejan de formar parte en la fuerza laboral de un país y entonces, se reduce tanto la población económicamente activa como la tasa de participación del mercado laboral, es decir, habría menos personas que podrían trabajar. Por otro lado, como se mencionaba anteriormente, se registra una pérdida de productividad, lo que hace que ese trabajador no produzca tanto como antes y por ende no me genere los mismos beneficios.
Si sumamos a este problema la caída en la tasa de fecundidad de las mujeres, es decir, que cada vez ellas tienen mejor hijos, veríamos que a medida que pasa el tiempo no habrá la suficiente población para reemplazar a la que va saliendo. Entonces, ¿cómo debería encaminar la política macroeconómica para sopesar esta problemática?
La mejor alternativa que existe es volver más productiva la fuerza laboral de mediano y largo plazo con el objetivo de que no haya una caída en la producción y por el contrario se logren dinámicas positivas en el crecimiento. Se convierte en un factor clave el promover la inversión tanto en capital como en trabajo productivo, posiblemente mediante la incentivación de patentes, investigaciones, mejoras en la educación y promover el trabajo de personas que no han tenido una participación significativa en el mercado laboral.