FAUNA
Avistan caimanes aguja en dos ríos de Norte de Santander
Pescadores de Sardinata y Puerto Santander han reportado la presencia de estos reptiles, una especie insignia de la cuenca del Catatumbo en peligro de extinción. Autoridad ambiental sensibiliza a la comunidad para que no ataque a los caimanes.
Hace pocos días, habitantes del municipio de Sardinata avistaron a un caimán aguja (Crocodylus acutus) en el sector conocido como Puente la Virgen, hecho que luego de prender las alarmas entre la población, fue reportado a la oficina de gestión del riesgo de desastres.
Al conocer el reporte, expertos de la Corporación Autónoma Regional de la Frontera Nororiental (Corponor) se desplazaron al sitio para realizar la caracterización del lugar, buscar registros del caimán y capacitar a la comunidad sobre la importancia de la especie y las medidas que deben tomar para evitar situaciones de riesgo.
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“Durante la inspección, realizada sobre la margen izquierda del río Sardinata, no fue posible observar directamente al caimán. Sin embargo, logramos evidenciar diversas huellas y materia fecal de diferentes especies de animales, lo que indica la presencia del reptil y un alto grado de conservación de la fuente hídrica”, dijo Corponor.
El caimán aguja es una especie en peligro de extinción en Colombia. Foto: Corponor.
La autoridad ambiental de Norte de Santander seguirá monitoreando la zona para sensibilizar a las comunidades de pescadores que recorren el río Sardinata para que no frecuenten los espacios donde habita el caimán y eviten la pesca y actividades recreativas en esos sectores.
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“Los caimanes aguja son animales muy sigilosos que se encuentran normalmente en ambientes terrestres y acuáticos, permaneciendo alerta a lo que ocurre en su entorno natural. Históricamente, esta especie ha permanecido en el río Sardinata, teniendo registros de presencia hasta el sector de San Roque”, mencionó la corporación.
Según la entidad, la presencia del reptil es un indicador del buen estado de conservación del hábitat, ya que su alimentación se relaciona con la oferta del medio. “Es una especie que contribuye con la funcionalidad natural de los ecosistemas, por lo cual la comunidad debe promover su cuidado y protección”.
La cuenca del Catatumbo es uno de los hogares del caimán aguja. Foto: Corponor.
Confundido con un pez
Varios pescadores del municipio de Puerto Santander quedaron sorprendidos al ver que en una de las atarrayas que echaron al río Zulia, no quedó atrapado un pez de gran tamaño sino un caimán aguja.
“Al comienzo pensaron que se trataba de un pez de gran porte. Al sacar al caimán del agua lo neutralizaron y se comunicaron con la corporación para que lo rescataran. El hallazgo se presentó en el sector Gallinero”, afirmó Corponor.
Pescadores del río Zulia se encontraron con un caimán aguja de gran porte. Foto: Corponor.
El caimán de 2,06 metros de largo y 40 kilos de peso fue trasladado al centro de fauna de Corponor, un hogar de paso a donde ingresan los animales víctimas del tráfico de fauna. “El reptil será valorado para luego regresarlo a su hábitat natural”.
Huellas del pasado
Según Corponor, los caimanes aguja habitan en el río Sardinata y en la cuenca del Catatumbo desde hace mucho antes que se colonizara esta región de Norte de Santander. “En el sector de Villa del Carmen hay varios petroglifos o dibujos en rocas que dan cuenta de la presencia de estos reptiles en la zona desde la antigüedad”.
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Es una especie que habita desde la Florida en Estados Unidos hasta el norte de Venezuela y Perú. En Colombia es residente de los cuerpos hídricos del Caribe, los santanderes, el Magdalena Medio y el Pacífico.
Según el Instituto Humboldt, es una de las especies de cocodrílidos de mayor talla, alcanzando generalmente los 5 metros de largo. Es considerado el segundo cocodrilo más grande de América, superado sólo por el caimán del Orinoco o llanero.
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La caza es la mayor amenaza para el caimán aguja. Foto: Corponor.
En Colombia, el caimán aguja está en peligro de extinción, una categoría que tiene su raíz es amenazas como la pesca y caza. “En algunas zonas los caimanes son objeto de caza de retaliación bajo el argumento de que se alimentan del ganado de las comunidades. En el Magdalena Medio se han observado grupos de pescadores que realizan faenas de caza porque los consideran una amenaza”, dice el Libro Rojo de los reptiles del Humboldt.
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Según el documento, la caza y recolección ocasional de huevos y carne para el consumo también lo agobian. “Algunos subproductos como la grasa y los huesos, son utilizados en la medicina tradicional. La piel es de alto valor comercial en la industria peletera debido al bajo número de osteodermos dorsales y la irregularidad de su escamaje. En Colombia, el aprovechamiento de su piel es permitido solamente en zoocriaderos autorizados”.
El Humboldt indica que el caimán aguja antes estaba listado como una especie en peligro crítico de extinción, pero debido a algunas medidas de conservación y al descubrimiento de nuevas poblaciones, bajó a en peligro. “No obstante, las poblaciones siguen estando reducidas y fragmentadas con una reducción de su hábitat mayor a 50 por ciento. Estas amenazas junto con la caza no han cesado o mitigado, ni está proyectado que esto ocurra”.