GRUPO RÍO BOGOTÁ
Colores, conciencia y mamíferos: un libro que retrata a las especies de Bogotá
Dos biólogos de la Universidad Nacional le rindieron un homenaje a la biodiversidad de la capital. Se trata de un proyecto para generar conciencia y educación a través de peluches y un libro para colorear que, hasta el momento, ha vendido 1.000 copias. Esta es su historia.
* Este es un contenido periodístico de la Alianza Grupo Río Bogotá: un proyecto social y ambiental de la Fundación Coca-Cola, el Banco de Bogotá del Grupo Aval, el consorcio PTAR Salitre y la Fundación SEMANA para posicionar en la agenda nacional la importancia y potencial de la cuenca del río Bogotá y sensibilizar a los ciudadanos en torno a la recuperación y cuidado del río más importante de la sabana.
En la ciudad de Bogotá, entre buses destartalados y nubes pobladas, el abuelo de Rodrigo Mutis observaba con atención a los pequeños mamíferos, con cuellos alargados, cuerpos flexibles y ojos grandes, que se paseaban por los alrededores de la vivienda donde se hospedaba.
No sabía, en ese entonces, que se trataba de comadrejas. Posiblemente, parecía extraño ver a esos pequeños mamíferos pulular en las calles de la capital. Mutis, al escuchar este relato, tampoco sabía que volvería a acercarse a esta especie durante su carrera universitaria y tampoco sabía que la retrataría en un libro que homenajea a estos animales de la capital, pues desde muy pequeño soñaba con ser médico y no biólogo.
La historia es diferente para Sara Acosta, con quien Mutis realizó y se ingenió el libro. Desde muy pequeña, Sara sintió una fascinación por los animales. Su papá le traía libros para que conociera mucho más sobre ese reino. Sin embargo, no sólo saciaba este interés con las páginas entre solapas, sino también lo hacía con documentales. “Recuerdo uno mucho sobre orangutanes. También tengo muy presente un libro enorme que mi papá me dio sobre ballenas. Era más grande que yo”, recuerda Acosta.
Le recomendamos: Océanos calientes por el cambio climático desplazan a las especies marinas
Con el reino animal en mente y con referentes como el cazador de cocodrilos y los documentales de Animal Planet, Acosta decidió entrar a la Universidad Nacional a estudiar Biología. Allí su camino se cruzó con el de Rodrigo Mutis, quien había hecho algunos semestres de Medicina en los Andes hasta que se dio cuenta que su verdadera pasión era también la biología.
En primer semestre, en la clase de ecología, empezaron a hacer proyectos juntos y, a medida que transcurría el tiempo, empezaron a mezclar sus talentos para obtener buenos resultados. Sara es ilustradora y Rodrigo tiene habilidades en el diseño digital.
Viendo que funcionaban muy bien juntos, en diciembre del año pasado, decidieron llevar a cabo una idea que les venía rondando la cabeza: rendirle un homenaje a los mamíferos y ecosistemas de Bogotá con un libro para colorear.
Musarañas, zarigüeyas, venados, nutrias y osos son algunas de las especies que se encuentran en el libro. Foto: Nicolás Acevedo.
Cuando la pandemia llegó al país, hace nueve meses, por el encierro y el tiempo con el que disponían, empezaron a darle forma a esta iniciativa. “Sara comenzó a hacer las ilustraciones de los mamíferos y yo a diagramar. Nos rindió mucho. En dos meses ya teníamos el libro listo para publicar”, cuenta Mutis.
La investigación de las especies propias de la capital, no solo de las que ahora hacen parte de ella, sino también algunas del pasado y otras que se encuentran en vía de extinción, comenzó antes de la pandemia, un aspecto que Mutis celebra porque les facilitó avanzar con rapidez en el desarrollo del libro.
“En mi tesis de pregrado trabajé con animales de la sabana de Bogotá. También en el grupo que coordino de Zoología en la universidad hicimos un trabajo de investigación sobre roedores. Eso nos fue muy útil. Ya con Rodrigo nos repartimos la búsqueda bibliográfica. También nos basamos mucho en una página web que tienen en Ecuador sobre información de las especies animales. También del Libro Rojo de especies en Colombia”, narra Acosta.
Le sugerimos: Protección de los océanos: una deuda que urge pagar
Así, en algunas ocasiones asistieron a la biblioteca de la universidad para realizar su parte de la investigación. Sin embargo, esto terminó cuando se declaró la cuarentena obligatoria.
Zarigüeyas, venados, nutrias, osos y más empezaron a ser retratados en páginas que poco a poco fueron formando una pila hasta armar el libro “Mamíferos de Bogotá”.
De estas especies, cada uno tiene su favorita. La de Mutis es la Zarigüeya. “Es un animal muy importante para empezar a proteger. A veces las personas tienen mucha desinformación de ellas. Por ejemplo, hay quienes creen que son ratas sobrealimentadas. Queremos crear conciencia y que la gente conozca cómo son realmente y, claro, quiera protegerlas”, dice.
La de Acosta es la Sturnira bogotensis o el murciélago de hombros amarillos de Bogotá. “Este murciélago se alimenta de frutas, de plantas que son pioneras, que ayudan en el proceso de regeneración y restauración de los bosques. Injustamente, se le ha creado una mala imagen entre las personas, pero es muy beneficioso para los ecosistemas. Es muy bello que la gente pueda conocerlo y, en vez de rechazarlo, lo aprecie”, comenta al respecto.
Una vez listo el libro para imprimir, solo se necesitaban los recursos para hacerlo. Sin ver esto como un obstáculo, ambos decidieron crear una Vaki en la que su familia, amigos y profesores de la universidad les aportaron para hacer su sueño realidad. “Estamos agradecidos con todos ellos por apoyarnos, por ayudarle a nuestro libro a ver la luz”, manifiesta Mutis.
Gracias al dinero recaudado pudieron imprimir 2.000 copias del libro y, hasta el momento, han vendido la mitad. “Nosotros nos encargamos de la logística, de entregarlos a quienes lo compran por toda la ciudad en bicicleta”, cuenta Mutis.
Al respecto, Acosta describe que esa fue la parte más difícil de todo el proceso. “En nuestra vida jamás pensamos que debíamos conocer de cosas empresariales, de venta, de promoción de marketing, de logística. Hemos ido aprendido de a pocos”, cuenta.
Ellos se encargan de la publicidad y la logística para vender y entregar los ejemplares. Foto: Nicolás Acevedo.
Sin embargo, aunque el libro es un gran logro, es apenas una pequeña parte de lo que ambos planean hacer y que se define en dos palabras: “Zarigüeya lectora”.
Peluches para concientizar
Se trata de una marca, una tienda y una editorial. “Nosotros no solamente vendemos, sino que intentamos compartir un mensaje de conservación. Por ejemplo, vendemos peluches de animales nativos con el slogan: abrázalos en peluche, déjalos en su hábitat. Ellos también vienen con cierta información sobre sus aspectos biológicos y su estado de conservación. Es un proyecto de educación ambiental”, explica Acosta.
Lo más leído
El hormiguero gigante (Myrmecophaga tridactyla) posee una lengua muy larga y no tiene dientes 😯, su dieta es especializada en termitas y hormigas 🐜
— La Zarigüeya Lectora (@zarigueya_la) November 21, 2020
Se encuentra en categoría de amenaza: Vulnerable pic.twitter.com/mT3olqm0Lc
Los biólogos ofrecen peluches de búhos, puercoespines, armadillos, murciélagos, venados, ardillas, conejos, osos perezosos, zorrillos y nutrias. “Actualmente solo nos quedan búhos y perezosos, animales que van a salir en nuestros próximos libros. El armadillo, el perezoso y el puercoespín ya están en el libro publicado. Hemos vendido aproximadamente unos 200 de ellos”, explica Mutis.
El perezoso y el búho, de acuerdo con Acosta, son los favoritos de los bogotanos, pues es al que mejor le ha ido en ventas.
Foto: cortesía Sara Acosta y Rodrigo Mutis
Foto: cortesía.
Su editorial no se detiene, pues ya casi nace un nuevo libro. “Estamos trabajando en un libro de aves para colorear. Ya lo tenemos en un 70 por ciento. Queríamos sacarlo para este mes, pero no nos alcanzó el tiempo por las maestrías que estamos cursando. Entonces esperamos hacerlo en enero”, anuncia Mutis.
Para este, el proceso de investigación ha sido un poco diferente. De acuerdo con ambos biólogos, las aves están más estudiadas que los mamíferos, por lo que les ha sido un poco más fácil encontrar la información que necesitan. También han ido a observar aves y allí han dialogado con expertos y con las personas de la comunidad, quienes suelen conocer mucho de ellas.
Este es uno de los bocetos que Acosta realizó para el libro de aves que está proóximo a salir. En la imagen el Cachaquito Montañero (Dubusia Taeniata). Foto: cortesía Sara Acosta.
“Esperamos que le guste a mucha gente. Las aves son más divertidas de colorear. Como con el libro de mamíferos y en general con todo nuestro proyecto, queremos que quienes tendrán en el futuro la tarea de proteger el medioambiente, se aproximen con estas especies, que quieran preservarlos. Ellos naturalmente tienen ese aprecio por la vida, pero a medida que crecen lo van perdiendo. Queremos que mantengan este interés”, finaliza Acosta.
Si lo desea, aquí puede descargar el libro en pdf.