CLIMA

Cambio climático: ¿Por qué hay cada vez más fenómenos naturales?

Iota es el huracán más potente de 2020 en el Atlántico. Sin embargo, no es la única catástrofe natural del año, pues cada vez son más frecuentes y devastadoras. Entre 2000 y 2019 se registraron más de 7.000 de estas, que cobraron 1,2 millones de vidas. ¿Qué está pasando?

17 de noviembre de 2020
Los huracanes registrados en los últimos años han dejado graves afectaciones en muchos países del mundo. Foto. Getty Images

El paso del huracán Iota ha causado graves daños en la región. Aunque 2020 batió récords en número de huracanes en el Atlántico con 30 tormentas hasta el momento, este es el más potente del año.

Las consecuencias en el archipiélago de San Andrés y Providencia pueden dar cuenta de ello, ya que la llegada de esta tormenta afectó el 99 por ciento de la infraestructura de Providencia. A su vez, el coletazo del huracán causó inundaciones en el 70 por ciento de Cartagena y dejó más de 150.000 damnificados en esta ciudad.

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Diez municipios de Chocó también resultaron damnificados por cuenta de las inundaciones y deslizamientos, así como Antioquia, en donde las fuertes lluvias provocadas por Iota dejaron a más de 10 personas desaparecidas y tres muertas.

 

Imagen satelital del huracán Iota. Foto: Ideam

En la costa norte de Nicaragua, aunque lograron evacuar antes de tiempo a unas 40.000 personas, los vientos de más de 250 kilómetros por hora dejaron graves daños. Esto, a solo dos semanas de haber recibido al huracán Eta que dejó 200 personas muertas y cosechas enteras devastadas.

¿Qué pasa? Además de la pandemia, las catástrofes naturales han estado a la orden del día en 2020. No es algo nuevo, sin embargo, cada vez estos eventos son más frecuentes y devastadores. 

En enero, el año empezó con los fatídicos incendios de Australia que arrasaron con cerca de 12 millones de hectáreas, afectaron a más de 3.000 millones de animales y dejaron a su paso 33 personas muertas. 

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Más adelante, tanto en la Amazonia brasilera como en California, Estados Unidos, los incendios forestales volvieron a ser protagonistas pues, por cuenta de la sequía, los fuertes vientos y las altas temperaturas, apagarlos era casi imposible. En el caso de Brasil, las llamas arrasaron con más de dos millones de hectáres del Pantanal, el humedal más grande de Suramérica, mientras que en el caso de la costa este estadounidense, las conflagraciones arrasaron con 1,6 millones de hectáreas y obligaron a evacuar a unas 90.000 personas. 

Las tormentas tropicales, huracanes y ciclones, tampoco han dado tregua. Las lluvias y vientos cada vez son más fuertes, dejando a su paso inundaciones, deslizamientos y daños muchas veces irreparables para los habitantes de las regiones afectadas.

El gran responsable

El cambio climático es el principal responsable de que se hayan duplicado las catástrofes naturales en el mundo en los primeros veinte años de este siglo, según un reciente informe de la Organización de Naciones Unidas.

De acuerdo con el organismo multilateral, estos desastres naturales acabaron con la vida de más de 1,2 millones de personas desde 2000. Los datos del informe indican que entre el año 2000 y el 2019 se registraron 7.348 desastres naturales, que cobraron 1,23 millones de vidas, afectando a 4.200 millones de personas, lo que supuso un costo aproximado de pérdidas económicas mundiales de 2,97 billones de dólares.

El estudio de la Oficina de Naciones Unidas para la Reducción de Riesgos de Desastres (UNDRR), indica que las naciones ricas han hecho poco para hacer frente a las emisiones contaminantes que están ligadas a las amenazas climáticas que constituyen la mayor parte de los desastres climáticos de hoy en día.

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"La covid-19 sensibilizó realmente a los gobiernos y a la opinión pública en general sobre los riesgos que nos rodean. Pueden ver que si la covid-19 también es terrible, la emergencia climática puede ser aún peor", declaró la secretaria general de la UNDRR, Mami Mizutori, en conferencia de prensa. "Si una reactivación ecológica, solo acrecentaremos la emergencia climática", insistió.

El informe, que no incluye los riesgos epidemiológicos como el coronavirus, muestra que la progresión de los desastres naturales está vinculada sobre todo al aumento de las catástrofes climáticas, que pasaron de 3.656 (1980-1999) a 6.681 (2000-2019).

Impacto humano

"Somos deliberadamente destructores. Es la única conclusión a la que se puede llegar cuando revisamos las catástrofes que han ocurrido a lo largo de los últimos veinte años", condenó Mizutori.

Las inundaciones se han duplicado y las tormentas fueron los desastres más frecuentes durante las dos últimas décadas. Según el informe, las inundaciones supusieron un 40 por ciento del total de las catástrofes afectando a 1.650 millones de personas, seguidas por las tormentas con un 28 por ciento; los terremotos, 8 por ciento y las temperaturas extremas un 6 por ciento.

Las inundaciones dejan millones de personas afectadas cada añoy se convirtieron en uno de los desastres más frecuentes de las últimas década, según la ONU 

Pese a las promesas de la comunidad internacional de reducir el aumento de la temperatura mundial a 1,5 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales, Mizutori calificó de "desconcertante" el hecho de que las naciones sigan "sembrando conscientemente las semillas de nuestra propia destrucción, a pesar de las evidencias y las pruebas de que estamos convirtiendo nuestro único hogar en un infierno inhabitable para millones de personas".

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Para la funcionaria, pese a que los fenómenos meteorológicos extremos se han convertido en sucesos habituales en los últimos veinte años, solamente 93 países han aplicado estrategias de riesgo de desastres a nivel nacional.

"La gestión del riesgo de desastres depende sobre todo del liderazgo político y del cumplimiento de las promesas hechas cuando se aprobaron el acuerdo de París y el Marco de Sendai para la reducción del riesgo de desastres", dijo.

Olas de calor, un grave problema

Para los próximos diez años, la organización de Naciones Unidas estima que el problema más grave serán las olas de calor. En general, el número de muertos  aumentó, pasando de 1,19 millones entre 1980-1999 a 1,23 millones entre 2000-2019, aunque los afectadas por estos desastres naturales se disparó, pasando de 3.250 millones de personas a 4.000 millones.

"Se salvan más vidas pero más personas se ven afectadas por la creciente emergencia climática. El riesgo de catástrofe se está volviendo sistémico", señaló Mizutori, exhortando al mundo a seguir las recomendaciones de los científicos y a invertir en los programas de prevención y de adaptación al cambio climático.

Los incendios en California esta año fueron más fuertes que en oportunidades anteriores. Foto: AP

Asia, donde se sitúan ocho de los diez primeros países que registran el mayor número de catástrofes, es la región más golpeada, seguida por el continente americano y África.

China y Estados Unidos son los países que señalaron el mayor número de desastres, seguidos de India, Filipinas e Indonesia. Estos países cuentan con una densidad de población relativamente elevada en las zonas de riesgo, indica el informe.

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Los años 2004, 2008 y 2010 fueron devastadores, con más de 200.000 muertos cada uno. El tsunami de 2004 en el océano Índico causó más de 220.000 víctimas, el más mortífero.

El segundo mayor siniestro se dio en 2010 en Haití, cuando un sismo de magnitud 7 en la escala de Richter mató a 200.000 personas e hirió a 300.000.  En 2008, el ciclón Nargis se llevó la vida de 138.000 personas a su paso por Birmania.

El informe destaca igualmente que el promedio de fallecimientos en el mundo entre 2000 y 2019 se elevó a unos 60.000 al año, y que desde 2010 no ha habido ninguna "megacatástrofe", considerando como tal los desastres donde hay más de 100.000 muertos. 

*Con información de AFP y ONU Noticias