ESPECIAL
Balance energético
Con tantas voces proclamando cuáles alimentos son buenos y cuáles no, a veces es fácil olvidar que el cuerpo requiere un balance energético para tener un rendimiento óptimo y una vida saludable y activa.
Las calorías que proporcionan los alimentos son la energía necesaria para la vida diaria. Esta energía se utiliza en todas las actividades humanas, desde el trabajo, la producción de calor y el almacenamiento de energía para momentos de escasez. Entre más trabajo realice una persona, incluyendo el ejercicio físico, más energía requiere. El consumo de más o menos calorías de las necesarias afecta el cuerpo en todo sentido, desde el metabolismo, el peso, el balance hormonal e incluso el ánimo.
Una vida saludable se obtiene al incluir diariamente actividad física rutinaria, hidratación, tiempo de descanso y relajación, y una alimentación balanceada.
Una alimentación adecuada debe ser suficiente, variada, moderada y equilibrada. Debe incluir todos los grupos de alimentos en proporciones correctas con el fin de darle suficiente energía al cuerpo para realizar las actividades diarias. “Al planear las comidas diarias, es importante para mantener el balance, tener en cuenta cuáles alimentos incluir y en qué cantidad de cada uno se debería consumir. Se deben distribuir a lo largo de las comidas del día y en proporciones adecuadas alimentos de todos los grupos: cereales preferiblemente integrales, vegetales, frutas, lácteos y alimentos que contengan proteína y sean bajos en grasa. Así, además de obtener todos los nutrientes que el cuerpo necesita, también se consigue un plato variado y lleno de colores, sabores y texturas diferentes”, dice Claudia Cortés, nutricionista de Nestlé.
Es importante no seguir una alimentación basada en absolutos. Ningún alimento es milagroso o completamente negativo. Los azucares y las grasas y aceites, por ejemplo, se han relacionado con efectos negativos para la salud, pero en realidad cumplen funciones vitales para el organismo. “Los azucares son una fuente de energía de fácil y rápida asimilación muy importante para el sistema nervioso y los músculos, además de ser el principal alimento del cerebro”, aseguró Isabel Cristina Pulagrín, especialista en Nutrición del Grupo Nutresa
El balance no está en negarse de ciertos productos o consumir exclusivamente algunos, sino en la moderación. El consumo de antojos, o productos que se desean por su sabor más que por su valor nutritivo no es malo siempre y cuando sea moderado y se combine con una adecuada rutina de ejercicio. “Este consumo responsable se ha relacionado con el sentido de bienestar en el ser humano, en sensaciones y experiencias que se vinculan con felicidad y disfrute”, comenta Lina Valencia, asesora en temas de nutrición y bienestar de Colombina.
Cada cuerpo es diferente, las personas reaccionamos de formas diversas ante la actividad física, el deporte y los distintos alimentos. Hay alimentos o ejercicios frente a los cuales ciertos organismos no reaccionan bien pero que son ideales para otros. Esto tiene que ver con metabolismos y etapas de la vida, pero también con valores y prácticas culturales. Puede haber incluso personas que no disfrutan de consumir un alimento o hacer una forma específica de ejercicio en cierto horario. Un placer para algunos puede ser un tormento para otros.
El reto está, entonces, en que cada persona encuentre la fórmula equilibrada para sí misma de acuerdo con su organismo: qué alimentos se consumen a qué horas, en combinación con qué actividad física diaria y qué rutina de ejercicios. Cada día trae sus retos: los días de sedentarismo obligado pueden acompañarse de alimentación más moderada, mientras que aquellos de mucha actividad pueden requerir de comidas más grandes o calóricas.
Lácteos
La leche y sus derivados son la mejor fuente de calcio que existe. Ningún otro producto los puede reemplazar completamente y son fundamentales en la alimentación diaria, sobre todo en la de personas en crecimiento, quienes necesitan especialmente la absorción de este mineral. La leche es un producto que se debe consumir a diario. Como cada cuerpo es diferente, se han desarrollado variedades de leche respondiendo a la necesidad de cada persona, desde baja en grasa o deslactosada y fortificada. Hay una para cada tipo de organismo.
Snacks de origen natural
Cada día es más fácil conseguir productos saludables que no requieren preparación. Las nueces y semillas se han convertido en una alternativa atractiva, y existen opciones en el mercado que traen una selección de estas listas para consumir. Hay bolsitas de plátano, plátano maduro, yuca y tortillas de arroz, materia prima natural y de agricultores colombianos. Otras posibilidades son los snacks horneados con un bajo aporte de grasa saturada y los elaborados a partir de granos enteros como la avena o cereales integrales. Estos productos proveen la fibra necesaria para una buena digestión.
Azúcar
En moderación es una fuente efectiva y eficaz de energía que puede acompañar una alimentación balanceada. De hecho, de acuerdo con la Universidad de Texas, consumir azúcar después de hacer ejercicio puede contribuir a desarrollar masa muscular, aunque la recomendación de la Organización Mundial de la Salud es no exceder los 50 gramos al día. El cuerpo tiene una capacidad limitada para almacenar la glucosa que viene con el azúcar, pero dentro de ese rango este hace bien.
Pastas
Las pastas son una fuente importante de carbohidratos que, consumidas con moderación, constituyen una de las principales fuentes de energía para las células que conforman tejidos como el músculo y el sistema nervioso. Además, aportan fibra y otros nutrientes claves para el adecuado funcionamiento del organismo.
Café y chocolate
El café puede llegar a ser una de las principales fuentes den la dieta humana de un tipo de antioxidantes, los ácidos clorogénicos. Su consumo moderado puede ser eficaz en la reducción de enfermedades cardiovasculares. La recomendación de la Organización Panamericana de la Salud es consumir entre 3 y 4 tazas de café al día.