MEDIOAMBIENTE
Bambú, una construcción ilegal en los cerros orientales bogotanos, llegó a su fin
Finalmente fue demolida la obra ilegal ubicada dentro de la reserva forestal protectora Bosque Oriental de Bogotá. Los 1.533 metros cúbicos de residuos de la obra serán utilizados para rellenar una antigua cantera en el sur de la capital del país.
Bambú, una edificación estrato seis de 3.590 metros cuadrados ubicada en los cerros orientales de la localidad de Chapinero en Bogotá, desapareció de la zona. La infraestructura, conformada por tres pisos con amplios balcones y que estaba siendo construida por la empresa Kaisser CK SAS, fue demolida por causar afectaciones ambientales en más de 11.000 metros cuadrados y cambiar el cauce de una quebrada.
La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) gestionó la destrucción de la obra ilegal, una orden dada a la constructora Kaisser desde diciembre de 2016 y la cual no acató. Por esto, la autoridad ambiental tomó medidas y destinó recursos de su presupuesto para asumir el retiro de esta la mole de cemento en medio de este pulmón verde de los cerros orientales.
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Hace tres meses, la CAR contrató a la empresa Abecol Demoliciones y Construcciones S.A.S. para la destrucción de la infraestructura del predio, ubicado en una zona conocida como Bagazal. La edificación ya está demolida en un 99 por ciento y queda pendiente el desmonte del adoquín de la vía de acceso, una labor que será realizada cuando el propietario retire todos los materiales aprovechables que están almacenados en el predio, todos producto de la demolición.
Así lucía la construcción ilegal Bambú en 2016, año en que la CAR ordenó demoler la insfraestructura. Foto: CAR.
Para este contrato de demolición, la CAR destinó más de 575 millones de pesos, monto que la constructora Kaisser deberá asumir posteriormente por ser responsable de adelantar dicha obra ilegal en suelo protegido. “La demolición del predio no presentó ningún tipo de incidente. Todas las posibles afectaciones a los vecinos del sector y a las especies de fauna y flora de la zona fueron minimizadas”, anotó el director, Néstor Franco.
Los 1.533 metros cúbicos de residuos de construcción generados por la demolición fueron transportados a la escombrera San Antonio, ubicada en el sur de Bogotá, un sitio de disposición final que cuenta con la respectiva licencia y permiso. El material fue llevado en 219 viajes por cuatro volquetas y posteriormente será utilizado para rellenar una cantera que funcionó allí en años anteriores.
99 por ciento de la obra ilegal en los cerros orientales de Chapinero ya fue demolido. Foto: CAR.
“Entre estos residuos están concreto, mampostería y pañetes, además de residuos aprovechables como tuberías, madera acopiada, perfiles metálicos y varillas. Estos últimos se le han entregado parcialmente a la empresa Kaisser por tratarse de materiales reciclables de su propiedad, y cuyo plazo máximo de retiro es el 28 de noviembre”, anotó la CAR.
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Franco informó que esta es la primera demolición de tal magnitud en un área protegida en el país. También le hizo un llamado a los constructores ilegales que afectan los recursos naturales de Cundinamarca. “Vamos a seguir ejerciendo autoridad ambiental sobre todas las zonas protegidas del departamento y adelantando actividades para evitar el control del crecimiento de construcciones en estas áreas. Este es un llamado para las personas que insisten en construir en los cerros orientales”.
El director del la CAR anotó que Kaisser deberá realizar la restauración ecológica del predio, orden que si no es cumplida será asumida por la CAR. “Luego le trasladaremos los costos de esta actividad a la constructora”.
Director de la CAR inspeccionó el avance de la demolición de Bambú, obra construída de forma ilegal en los cerros orientales. Foto: CAR.
Según una sentencia de segunda instancia del Consejo de Estado en de 2013, los propietarios, poseedores y tenedores de predios ubicados en la reserva forestal protectora Bosque Oriental de Bogotá y en la franja de adecuación, deben abstenerse de realizar conductas que perjudiquen el área protegida.
“También ordena a los curadores urbanos de Bogotá observar en forma estricta la normatividad ambiental y abstenerse de conceder nuevas licencias, autorizaciones o permisos que faciliten el desarrollo urbanístico o de construcción en el área de la reserva forestal protectora”, concluyó Franco.
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Todo el material de construcción de la obra ilegal será utilizado para rellenar una cantera en el sur de Bogotá. Foto: CAR.