DEFORESTACIÓN

El coronavirus aceleró la destrucción de la selva amazónica en Brasil

The New York Times revela que entre enero y abril de este año, la Amazonia brasileña perdió 464 millas cuadradas de selva, 55 por ciento más que en el mismo periodo de 2019. El diario culpa a Jair Bolsonaro por permitir la destrucción selvática durante la pandemia.

9 de junio de 2020
El bosque amazónico no ha descansado durante la cuarentena. Foto: Reuters. | Foto: REUTERS vía BBC.

Los bosques húmedos tropicales de la Amazonia, el mayor hervidero de biodiversidad en el planeta, no han descansado de recibir certeros impactos durante la pandemia del coronavirus. Todo lo contrario, el accionar de la motosierra ha cogido más fuerza desde mediados de marzo, cuando el planeta decidió confinar a los humanos para contener los contagios.

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Hace pocos días, la Fundación para el Desarrollo Sostenible (FCDS) informó que durante los primeros cuatro años de este año, la Amazonia colombiana perdió más de 75.000 hectáreas de bosque, la mayoría en los días del confinamiento obligatorio. Esta cifra es más de la mitad de toda la pérdida boscosa registrada en la región en 2018.

La situación en Brasil, país con mayor proporción de selva amazónica, es mucho más crítica. Un informe periodístico de The New York Times prende las alarmas por el disparo de la deforestación mientras la pandemia sigue cobrando más víctimas, al asegurar que los incendios actuales son aún más destructivos que los presentados el año pasado, cuando todo el mundo rezó por la Amazonia bajo el hashtag #PrayforAmazonas.

Tumba de bosque e incendios en Brasil están acelerados por la pandemia. Fotos: Víctor Moriyama (Greenpeace).

“Desde que asumió su cargo como presidente de Brasil, Jair Bolsonaro ha permitido aumentar la destrucción de la selva amazónica, algo que con el coronavirus se ha acelerado. Los madereros ilegales, mineros y acaparadores de tierras han limpiado vastas áreas en los últimos meses aprovechando que la pandemia ha obstaculizado los esfuerzos de aplicación de la ley”, dice el diario norteamericano.

The New York Times afirma que las consecuencias de la pandemia han exacerbado la degradación ecológica, todo por la puesta en marcha de las políticas gubernamentales de Bolsonaro, “quien favorece la expansión del desarrollo comercial en la Amazonia y considera que las regulaciones ambientales son un obstáculo para el crecimiento económico”.

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Entre enero y abril, según el diario, se redujeron 464 millas cuadradas de la cubierta de árboles en la Amazonia brasileña, un aumento de 55 por ciento respecto al mismo período del año pasado. 

El coronavirus ha matado a más de 34.000 personas en Brasil, que ahora registra el mayor número diario de muertes en el mundo. También ha alimentado la polarización y debates políticos en los últimos meses, eclipsando el mayor daño a la selva tropical”, cita el diario.

El año pasado el planeta rezó por los bosques de la Amazonia. Este año, el panorama de devastación está más crítico. Foto: Víctor Moriyama (Greenpeace). 

El informe de los periodistas Ernesto Londoño, Manuela Andreoni y Leticia Casado indica que el ministro de Medioambiente de Brasil, Ricardo Salles, apoya el relajamiento de la regulación ambiental. “A finales de abril dijo que veía la pandemia como una oportunidad para reducir las restricciones, mientras que la atención se centraba en otros lugares". 

Un documento del Instituto Brasileño de Recursos Naturales Ambientales y Renovables, que obtuvo The New York Times, informa que las acciones de cumplimiento ambiental cayeron drásticamente durante 2019, primer año de Bolsonaro. “En 2019 el instituto reportó 128 casos de delitos ambientales, 55 por ciento menos respecto al año anterior. La cantidad de madera talada ilegalmente incautada se redujo casi 64 por ciento entre 2018 y 2019”.

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Tres altos funcionarios de este instituto que lideraron una operación contra mineros ilegales en el estado de Pará, fueron despedidos por Bolsonaro, dice el diario. “En mayo, el gobierno transfirió la supervisión de las reservas naturales del Ministerio del Medioambiente al Ministerio de Agricultura, un camino para el desarrollo comercial en áreas protegidas”.

Ipam Amazonia, organización de investigación ambiental, le dijo a The New York Times que cerca de 50 por ciento de selva deforestada este año fue en tierras públicas, “personas que esperan ser reconocidas como propietarios legítimos de la tierra. Las ventas de excavadoras se duplicaron en Brasil entre enero y abril en comparación con el mismo período del año pasado, según datos de un grupo de la industria”.