FLORA
El Jardín Botánico de Bogotá se vistió de blanco con un borrachero y un balso
Este lugar despidió al 2020 con el florecimiento de dos plantas. La noticia es muy significativa, además, porque estas flores son de las más grandes de la ciudad con 20 y 15 centímetros de diámetro, respectivamente. Conozca algunas de sus características.
El Jardín Botánico de Bogotá es, sin duda alguna, una joya de la biodiversidad en medio del caos de la capital. Este lugar, ubicado en la localidad de Engativá, alberga más de 55.000 ejemplares de plantas, pertenecientes a 304 familias y 469 géneros. Principalmente de bosque altoandino y páramo.
A lo largo de sus 20 hectáreas, el Jardín Botánico evidencia la biodiversidad del país pues tiene cerca de 900 especies registradas de las cuales 78 por ciento son nativas y 14 endémicas, es decir, que solo existen en el territorio nacional.
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Una muestra de ello es el florecimiento de dos plantas para este fin de año. Una de ellas es el borrachero Brugmansia, de tierra caliente, pues llegó al jardín desde el corregimiento Bitaco, en el Valle del Cauca. Esto lo hace aún más novedoso porque, pese a que habitan en diferentes climas entre los 3.000 y 1.000 metros, esta especie normalmente crece y florece en climas fríos.
El borrachero es usado por indígenas del Putumayo para mezclarlo con yagé y hacer bebídas sagradas usadas en medicina tradicional. Foto: Jardín Botánico de Bogotá
Además, las flores del borrachero son muy apetecidas para decoración pues varía en sus colores. Pueden ser blancas, amarillas, rosadas y rojas. Su gran tamaño también las hace llamativas pues miden cerca de 20 centímetros de diámetro.
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Su nombre -borrachero- se debe al efecto narcótico que tiene, ya que si una persona permanece mucho tiempo cerca a sus flores, pueden llegar a dilatar las pupilas. Además, generan diferentes sensaciones como cuando se está bajo los efectos del alcohol. Las semillas, por su lado, son tóxicas y comer más de una de ellas puede llevar a la muerte.
El borrachero es un árbol que puede llegar a medir nueve metros de alto. Foto: Jardín Botánico de Bogotá
Para los indígenas como aquellos que viven en el Putumayo, estos son árboles mágicos o religiosos que usan para hacer sus rituales. Algunos mezclan el yagé o ayahuasca con diferentes borracheros para preparar bebidas sagradas usadas en la medicina tradicional.
De otro lado, está el florecimiento del balso Ochroma pyramidale, una especie que que habita entre los 0 y 1.800 metros de altitud. Es el único que existe en el Jardín, específicamente en el Tropicario, y mide unos seis metros de alto.
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Como ocurre en su ambiente natural, esta especie floreció a sus dos años de vida y la flor mide 15 centímetros de diámetro. No es común que en el país existan plantaciones de balso, a diferencia del Ecuador, donde es usual encontrar plantíos de esta especie. En lugares como el valle del Magdalena, existen árboles que crecen de forma silvestre.
El árbol de balso es muy poco conocido, pese a que es muy usado para maquetas de arquitectura. Foto: Jardín Botánico de Bogotá
El balso es un maderable muy usado para fabricar embarcaciones rápidas. De hecho, para los estudiantes de arquitectura este es la materia prima en la construcción de maquetas. Pese a ser famoso por esto, son pocas las personas que conocen el árbol.
Luego del florecimiento aparece el fruto, una especie de cápsula que tiene semillas envueltas en lana en su interior. Antes esa lana la usaban para hacer almohadas.