MUNDO
Forest Green Rovers: el primer club de fútbol vegano
La pequeña localidad de Nailsworth (Inglaterra) y sus ‘Rovers’ tratan de transmitir su mensaje a través del fútbol: otro mundo es posible.
Bienvenidos al Forest Green Rovers, el club donde las patatas fritas son ‘bio’ al tratarse de primer club de fútbol profesional ecologista y vegano, después de 128 años de historia y de un presidente nómada reconvertido en empresario.
Desde Nailsworth, una pequeña localidad de 6.000 habitantes en el valle de las Costwolds (oeste de Inglaterra), Dale Vince y sus ‘Rovers’ tratan de transmitir su mensaje a través del fútbol: otro mundo es posible.
Como en cualquier rincón de Inglaterra, en el New Lawn, el pequeño estadio del Forest Green, recién ascendido a la cuarta división, se pueden encontrar patatas fritas, pastelitos y cerveza, pero no ‘hotdogs’, porque la carne está prohibida.
Los pastelitos, los típicos ‘pies’ son veganos, el agua para regar es reciclada, la pintura tiene un origen natural y la energía procede de los paneles solares ubicados en el techo de las tribunas.
También existen enchufes para recargar las baterías de los coches eléctricos y las camisetas del equipo lucen el logo de la ONG Sea Shepherd, que trabaja en la protección de los océanos.
Más sano para las abejas
Pese a su nombre, Forest Green (Bosque Verde), el club no adoptó esta política hasta 2010, con la llegada de Dale Vince, cuando la entidad fundada en 1889 no lejos de la fuente del Támesis, estaba hundida en un abismo financiero.
“Nos servimos del club para dirigirnos a un público al que se le habla poco de los problemas ambientales: los aficionados al fútbol. No sermoneamos a los convencidos”, explica el fundador de Ecotricity, “un híbrido entre una ONG y una empresa” especializada en las energías renovables.
“No me veo como un empresario; soy un ‘medioambientalista’”, asegura este antiguo viajero de 53 años, que construyó su primer aerogenerador en 1990, cuando vivía en su camioneta “como un hippie” sobre una colina justo detrás del estadio.
Mensaje y éxito deportivo son “indivisibles”. "El mensaje tiene más peso si tenemos éxito en la cancha. Tenemos un césped biológico, pero esto no sirve de nada si no es excelente. Sería incluso “negativo”, añade Vince, que sueña con llevar al modesto club al Championship (2ª división) y trasladarse “en tres o cuatro años” al primer estadio completamente construido en madera, ya diseñado por el gabinete de Zaha Hadid, y que dará cobijo a un ecoparque con una incubadora de ‘start-ups’ verdes.
“No nos tenemos que contentar con ser ‘bio’, tenemos que ser veganos. No utilizamos derivados animales”, precisa el jardinero Adam Witchell, mostrando las algas que utiliza para fertilizar el césped, “llenas de nutrientes” y que proceden de las Islas Hébridas (Escocia). “Retiro las malas hierbas con la mano. Es más sano para mí, para los jugadores y para las abejas”.
Lo que vale para la hierba, perfecta tras el paso de un robot cortacésped, vale para la comida servida a los jugadores y a los espectadores.
Como Agüero
“Yo era muy era muy entusiasta, con el desafío de convertir la comida vegana en accesible a todos”, asegura la jefa de cocina Em Franklin. “Vengan y prueben: es bueno, es sano para su cuerpo y... ¡para el medioambiente! (...) Me han dicho que las ventas crecieron. La confianza se construye”.
“No es difícil aportar a los atletas los nutrientes que necesitan y especialmente las proteínas”, asegura la chef, tras preparar el plato del partido: un curry con guisantes.
Y en el terreno, todo funciona bien.
“Los jugadores están muy en forma, se ha visto en la prórroga”, dice el entrenador Mark Cooper, tras su derrota contra el Milton Keynes (un tercera división) en la Copa de la Liga (1-0) el miércoles. “Sergio Agüero dice que durante la temporada, es solo vegano. Si esto funciona con uno de los mejores jugadores del mundo, también debería servir para nosotros”.
“Me convertí en vegetariano hace seis meses. No pensaba en esto antes y realmente me gustaba mi bocadillo de bacón del domingo por la mañana”, bromea el rudo técnico. “Pero aquí, esto comienza a impregnarte (...) De hecho, tengo un mensaje para el ayuntamiento: ¡Hagan los cubos de la basura más grandes y la gente reciclará más!”.
¿Y los hinchas qué dicen de todo esto? En el bar-restaurante, a Paul no le ha gustado su hamburguesa vegetal. “Es cartón con salsa picante. No me opongo, pero me gustaría que pudiera elegir”.
A su lado, Martin, mecánico, interviene: “A mí me ha gustado lo que he tomado. No es lo que más me gusta, pero si tiene buena pinta, lo pruebo”.
Los comensales echan en falta el popular ‘fish and chips’ y coinciden en una cosa: “Con la leche de soja, el té es asqueroso. Estamos obligados a beber cerveza”.