INDÍGENAS
Gobierno promete que la basura ya no será el alimento de los indígenas Amorúa
Autoridades se comprometen a brindar seguridad alimentaria a los indígenas de las comunidades Sikuani y Amorúa, para evitar que se sigan alimentando de los desechos que son arrojados por los camiones de basura en el relleno sanitario de Puerto Carreño, en Vichada.
Ante las denuncias realizadas el pasado 22 de julio por la Defensoría del Pueblo, en las que se alerta sobre las lamentables condiciones por las que atraviesan los miembros de las comunidades indígenas Sikuani y Amorúa, quienes se alimentan de las basuras que botan los camiones, este martes un comité oficial llegó a la ciudad de Puerto Carreño con el fin de hacerle seguimiento a un plan definido entre varias autoridades gubernamentales con el propósito de encontrar salidas a esta problemática.
Juliana Pungiluppi, directora del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, dijo que junto con el Ministerio del Interior, el Ministerio de Vivienda y la Consejera Presidencial para la Niñez buscan soluciones a las dificultades que padecen estas comunidades. Una vez terminada la visita, en la cuenta de twitter de la entidad, se informó que la protección de los niños Amorúa es prioridad y que acompañarán a la Alcaldía de Puerto Carreño con un Equipo Móvil de Protección Integral (Empi), para que estos menores no estén en el relleno sanitario ni en labores de reciclaje. La funcionaria afirmó que la seguridad alimentaria de los resguardos es la prioridad.
De igual forma, se informó que ampliarán en 150 cupos el programa "1.000 días para cambiar el mundo", para llegar a 6 cabildos indígenas y que el Gobierno fortalecerá la orferta de seguridad alimentaria con el fin de que las familias Amorúa retornen a sus comunidades y se asienten allí.
La funcionaria dio a conocer a través de la cuenta de twitter de la entidad que el Gobierno nacional seguirá brindando apoyo a la Alcaldía de esta ciudad en el manejo de esta situación del pueblo Amorúa.
Por su parte, desde el Ministerio de Vivienda informaron que han realizado un acompañamiento a la empresa de servicios públicos con el fin de que inicie la normalización de la operación del relleno e incluya unas cercas que eviten el ingreso de personal no autorizado incluyendo a las comunidades indígenas. El objetivo también es poder brindarles oportunidades a las personas que ejercen de manera informal el reciclaje para que se puedan incluir en la cadena de aprovechamiento y darles un espacio para el desarrollo de esta actividad de manera formal.
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La situación no es fácil. Tanto niños como adultos de estos resguardos indígenas esperan a que el carro de la basura bote los desechos para tratar de encontrar algún alimento que les permita saciar el hambre.
Frente al tema, el defensor del Pueblo, Carlos Alfonso Negret, que había denunciado la situación desde hace más de dos meses, dijo que el llamado es a que se lleve a cabo un plan de acción rápidamente, porque esta es una situación que no pueden seguir viviendo las comunidades indígenas.
La Alcaldía de Puerto Carreño informó que entre el 2018 y 2019 han hecho un trabajo de retornar a sus comunidades a 55 familias pertenecientes a los resguardos Caño Mesetas Dagua, Caño Bachaco, Roncador y Kalinitojo; además de miembros de comunidades indígenas venezolanos.
De acuerdo con el informe presentado por la Alcaldía a las autoridades, han venido trabajando en la ejecución de proyectos productivos para los indígenas reubicados, a la vez que han establecido rutas para la atención integral del pueblo Amorúa.
Una cruda realidad
Según la Defensoría del Pueblo a diario más de 20 indígenas persiguen los camiones de basura en busca de alimentos y ropa, una situación que se presenta desde hace unos tres años y a la cual las autoridades no han logrado darle una atención integral, de acuerdo con un informe publicado por Semana.
Mujeres, hombres y algunos niños esperan encontrar un alimento o alguna prenda de vestir para sus familias. Se trata de indígenas Amorúa que llegan al relleno sanitario de Puerto Carreño, por lo menos dos veces a la semana, para buscar víveres de primera necesidad. La escena fue captada por la Defensoría del Pueblo durante una visita, que hizo el pasado 18 de julio, para verificar la condición de vulnerabilidad de esta comunidad.
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Según Semana, durante el recorrido por la zona, un equipo especializado en grupos étnicos de la Defensoría y un delegado de la Procuraduría constataron que gran parte de los indígenas Amorúa, asentados en Puerto Carreño, persiguen los camiones de basura en busca de alimentos o material reciclado para subsistir.
Aura Upegui, defensora del pueblo en la regional Vichada, le dijo a SEMANA que son 170 indígenas Amorúa los que anualmente fluctúan en el municipio, pero que es común ver grupos de veinte o treinta, al día, escarbandando en la basura ante la falta de asistencia social. “Son familias completas. Hay mujeres, mujeres en embarazo, niños de todas las edades, adultos mayores y discapacitados”, comentó.
Upegui dijo que desde hace tres años la Defensoría ha presentado informes que dan cuenta de la presencia del pueblo Amorúa en el basurero y es la hora que las autoridades locales y nacionales no han logrado dar la atención necesaria.
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“Se han construido planes de acción desde 2016, casi todos destinados a reubicar a la población en los resguardos; pero cuando la población va a los resguardos no existen las condiciones de habitabilidad necesarias para permanecer. No hay proyectos productivos, ni alojamientos dignos”, dice Upegui.
Esta es la difícil realidad a la que se enfrentan estas poblaciones que esperan encontrar salidas adecuadas a su problemática y tener que dejar de depender del relleno sanitario para sobrevivir.