Indignante: cacería de aves migratorias en Cundinamarca

^{* Este es un contenido periodístico de la Alianza Grupo Río Bogotá: un proyecto social y ambiental de la Fundación Coca-Cola, el Banco de Bogotá del Grupo Aval, el consorcio PTAR Salitre y la Fundación SEMANA para posicionar en la agenda nacional la importancia y potencial de la cuenca del río Bogotá y  sensibilizar a los ciudadanos en torno a la recuperación y cuidado del río más importante de la sabana.}

Octubre es uno de los meses con mayor tráfico de aves migratorias en Colombia, animales que inician un viaje desde el norte del continente americano hacia los trópicos debido a los cambios de estaciones que anualmente se presentan en el planeta. 

El departamento de Cundinamarca es una parada obligatoria para varias de estas aves, en especial rapaces de diferentes especies. Sin embargo, algunas personas de las zonas rurales deciden armarse de armas y escopetas para cazarlas, un acto aberrante que tiene prendidas las alarmas de las autoridades.

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La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) tiene conocimiento que en varios municipios del departamento, como las partes altas de San Juan de Rioseco, Chiquinquirá, Beltrán y Pulí, los pobladores de las veredas han emprendido cacerías nocturnas para controlar la población de aves rapaces, que por estos días están en su ruta de migración.

_{Varios habitantes de Cundinamarca están cazando a las aves migratorias. Foto: CAR.}

Ante estos atentados, la entidad le hace un llamado a la comunidad para que no cace a las migratorias, ya que esta nefasta acción puede afectar gravemente los recorridos mundiales de las especies y los ciclos ecológicos que representan sus migraciones para los ecosistemas.

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“La importancia de conservar las aves migratorias se relaciona con los servicios ecosistémicos que le prestan al ser humano y a la vida del planeta, como la regeneración de los bosques por la dispersión de semillas y la regulación para la disponibilidad de agua”, dijo Paula Kecán, bióloga de la CAR.

_{Las aves migratorias hacen un viaje de más de 13.000 kilómetros hacia Colombia. Foto: CAR.} 

Adicionalmente, las aves migratorias tienen un efecto directo como controladores de poblaciones como ratones e insectos, “y no menos importante contribuyen con la polinización de las flores para la fructificación de plantas y árboles. El llamado es a dejarlas volar”, anotó la experta.

Kecán invitó a la comunidad a proteger las aves migratorias que visitan Cundinamarca por estos días, en especial las rapaces que son cazadas indiscriminadamente. “Ellas vienen volando grandes distancias para conseguir refugio y alimento y son fundamentales para el equilibrio de los ecosistemas”.

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Cuando en el norte del continente inicia el invierno, que cubre el territorio de un manto blanco de nieve, el alimento de las aves como los insectos, gusanos, semillas y el néctar de las flores, empieza a escasear. 

_{La entidad hace un llamado para dejar volar a las aves rapaces. Foto: CAR.}

“Las aves emprenden un viaje de más de 13.000 kilómetros hacia Colombia, donde Cundinamarca representa una alta oferta de hábitat en humedales, bosques, ríos y otros espacios naturales. Estas especies pasan por las rutas del pacífico, Caribe y Centro América, en busca de climas más amables, alimento y refugio”, dijo la experta. 

Según el Instituto Humboldt, Colombia es el país con mayor cantidad de aves en el mundo, con 1.999 registros en el Sistema de Información sobre Biodiversidad. De este total, 158 son aves migratorias y 82 endémicas o únicas del territorio nacional.