Señores Arcadia
Cartas de los lectores, ARCADIA 169
“Hace un tiempo sueño con leerme a mí mismo en uno de estos pequeños párrafos que comienzan con “Señores Arcadia”, (me gustaría más que fuera señora Arcadia)”.
Ernesto Moreno López
Hace un tiempo sueño con leerme a mí mismo en uno de estos pequeños párrafos que comienzan con “Señores Arcadia”, (me gustaría más que fuera señora Arcadia). Tal vez será uno más de los sueños frustrados que tengo casi a diario. Estamos llenos de ellos: frustraciones, esperas, incumplimientos. Pero elijo soñarlos, como si elegir fuera una libertad real. Uno de esos sueños míos es verme escrito, sentirme observado por muchos ojos lectores que me leen como si fuera un retrato en palabras. Eso siento que hace esta revista, traducir una imagen en una sutileza de palabras. Quiero también estar en palabras que no se tumban por un ojo estático, sino que se caminan de principio a fin en la danza de traducirme a otro lenguaje. Quiero estar escrito.
Carlos Avellaneda Escudero (fragmento)
Lejos del rendimiento y el trabajo en la ciudad (luego de un periodo demoledor como docente universitario), internándome en el tiempo y en las labores del campo, procuro leer su revista, que casi siempre me lleva a profundizar o conocer muchos temas. De un tiempo para acá me he visto cada vez más reconocido en las reflexiones de la autora Andrea Mejía. Me parece que muchas de sus columnas contienen deliberaciones muy oportunas dentro de un mundo que se aleja cada vez más del asombro, el “aroma del tiempo” y el análisis socioespiritual o filosófico. Mucho antes de que escribiera su último artículo sobre el filósofo Byung-Chul Han, quería escribirle algo con respecto a este autor, pues encontraba que una de sus columnas, “No hay dos briznas de hierba iguales”, estaba relacionada con un pasaje de la obra de este filósofo (que a la vez se refiere a Walter Benjamin), y que aparece en sus libros Caras de la muerte y se repite en Loa a la tierra (este último, que leí con gusto, es todo un canto de admiración al poder de vida y belleza de la naturaleza y a la pasividad y la práctica contemplativa). ARCADIA es la mejor revista en circulación del país, y su edición número 168 lo confirma. Siguen destapando ojos y vendas a muchos que las llevábamos antes.
Luis Carballo
En tiempos en que el periodismo está tan desprestigiado por su liviandad y superficialidad, el artículo sobre los Hermanos Hernández de Jaime Andrés Monsalve es realmente una reivindicación. Suena inverosímil que una agrupación de esa talla y trayectoria haya sido relegada al olvido. Qué bueno es desempolvar esas reliquias que tiene el país, tan opacadas por la “relevancia” de otros muchos sucesos de la historia. Muchas gracias al autor y a la revista por dedicar una edición, la 167, a la música colombiana (más allá de si es o no del agrado de los lectores).