LA CONTROVERSIA
El libro de Néstor Humberto Martínez (y otros políticos) y la pregunta ética por su publicación
¿Sirve el formato del libro para limpiar o dignificar la propia imagen?
Hace unos meses la periodista española Matilde Asensi dijo: “No le recomendaría ningún libro a un político, ellos no saben ni leer”. Sin embargo, los políticos han usado los libros para dar a conocer su vida y su gestión; para defenderse de ataques, acusaciones e incluso procesos judiciales; y para limpiar su imagen. Es como si creyeran que ese formato enaltece o reivindica a quien lo escribe.
Irónicamente, en Colombia florece ese tipo de literatura. Ernesto Samper publicó Aquí estoy y aquí me quedo: testimonio de un gobierno para dar “su versión” del Proceso 8000. Ya como expresidente, Juan Manuel Santos escribió recientemente seiscientas páginas para defender el proceso de paz. Y también Andrés Pastrana, Fabio Valencia Cossio, Roy Barreras, Francisco Santos y Angelino Garzón se han dejado seducir por el formato. Incluso Ernesto Macías ha dicho, no se sabe si en broma o en serio, que va a sacar un libro que titulará Memorias de un bachiller.
Ahora el exfiscal Néstor Humberto Martínez prepara su propia publicación con Planeta, una de las más grandes y prestigiosas casas editoriales del país. Esto revive las preguntas que han suscitado siempre este tipo de libros: ¿por qué publicarlos, a sabiendas de que muchas veces ni siquiera los escriben ellos, y de que tienen un valor literario e histórico cuestionable? ¿Sirve el libro para limpiar o dignificar la propia imagen? ¿O resulta solo un buen negocio para los autores y las editoriales? Aunque esto último es comprensible –no para esos autores, sí para las editoriales–, ¿no deberían directores editoriales y editores hacerse una pregunta por la ética de publicar un libro de un funcionario que ha salido de su cargo con múltiples cuestionamientos?