LA CONTROVERSIA
¿Reflejará el monumento con las armas de las Farc lo pactado en el Acuerdo?
El anuncio presidencial en el que se confirmó que Doris Salcedo será la encargada de ejecutar el monumento pactado en el acuerdo de paz, y que este se ubicará en Bogotá, despertó algunas preguntas entre expertos como la investigadora Yolanda Sierra, que esperan que la obra consiga lo pactado: la reparación simbólica de las víctimas.
El 27 de abril, el gobierno confirmó quiénes harán los tres monumentos con las armas que entregaron las Farc. La escultora bogotana Doris Salcedo estará a cargo del de Colombia. La obra se llamará Fragmentos y estaría lista en agosto. Salcedo ya avanza en la ejecución del monumento, que se alzará en el barrio La Candelaria de Bogotá.
Antes de esos anuncios, en septiembre de 2017, Yolanda Sierra (investigadora de Derecho Constitucional de la Universidad Externado y experta en temas de arte y justicia transicional) había organizado un coloquio, “El monumento con las Armas Fundidas de las FARC-EP. ¿Quién/cómo/dónde debería ser/hacer o estar el monumento?”, en el que participaron víctimas, artistas, juristas y académicos, y del cual resultó un documento público con 29 recomendaciones para su elaboración. El documento fue entregado a Rodrigo Rivera, alto comisionado para la paz, y a Victoria Sandino, de la Subcomisión de Género y Paz de las Farc. Las partes revisaron el documento y contemplaron las recomendaciones. La selección, afirmó el ministerio, se hizo a través de una convocatoria en la que participaron 28 proyectos, cuyos jurados fueron la artista Clemencia Echeverri, el curador José Roca y el director Lisandro Duque. En cualquier caso, la difusión y comunicación sobre ese proceso ha sido parca.
Sin embargo, Sierra teme que la obra de Salcedo no refleje lo pactado en el acuerdo: “Más allá de la autonomía de la artista, en este caso hay un marco jurídico; este es un monumento pactado entre el gobierno nacional y las Farc, y por consiguiente debe incorporar los puntos del acuerdo”. Una de sus inquietudes se basa en algo que ella llama “Autoría suprapersonal”: “Estamos hablando de ocho millones de víctimas: ese símbolo no debería tener el nombre de una persona, ni de un artista, ni de un líder. El problema no es Salcedo, sería igual si fuera un artista del Putumayo. El problema es que el nombre de alguien le resta la suprapersonalidad que garantizaría que a todas las víctimas se les trate por igual”. Por último, Sierra afirma que es importante que en la consecución del monumento participen activamente las víctimas y la sociedad. Esto hace pensar en la necesidad de que haya un debate más profundo sobre la concepción y construcción del monumento.
Lea el artículo completo en el siguiente enlace: El monumento con las armas de las Farc: 10 criterios para su elaboración