LISTA CAPRICHOSA
Canciones escuchadas cuando una pandemia me encierra
La música, como la literatura, sirve para escapar del mundo y llevarnos a otros lados. A mí, que no soy especialmente musical, algunas canciones me llevan a un momento del pasado, una emoción intensa, una traga, una dicha, un pesar o un sabor irrecuperable como el de la Castalia. Mi lista está compuesta por canciones que me permiten salir de la cuarentena y visitar otros lugares, no importa si mejores o peores, si ciertos o deformados por la memoria, solo distintos de este encierro que ya se siente rancio.
1. “Be My Baby”
“Be my baby”, de The Ronettes, que está en la banda sonora de Dirty Dancing, una película sobre el deseo femenino. Tengo dieciséis y me tiemblan las piernas cuando veo bailar a los personajes, Baby and Johnny. De la banda sonora de Dirty Dancing (1987)
2. “Basket Case”
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“Basket Case”, de Green Day. Voy en mi escarabajo por la autopista Suroriental de Cali a todo lo que el carro da. Las ventanas están abiertas, el viento me despeina y canto a todo pulmón I am one those/Melodramatic fools/Neurotic to the bone/No doubt about it. Del álbum Dookie (1994)
3. “Creep”
“Creep”, de Radiohead. El barman de Martin’s nos sirve un cucaracho y le prende fuego. La Pajarito, una amiga de pelo crespo, y yo, de pelo crespo también, agarramos un pitillo cada una y nos lo tomamos juntas, hasta que no queda nada en la copa. Del álbum Pablo Honey (1993)
4. “Triste y vacía”
“Triste y vacía”, de Héctor Lavoe. Estoy en mi cama, en camiseta y calzones, enguayabada, escribiendo a mano en un cuaderno mi primera novela. Del álbum Vigilante (1983)
5. “Cielito lindo”
“Cielito lindo”, la canción tradicional mexicana. Llevo semanas caminando por los Himalayas. Estoy en Gorak Shep, el último puesto de montaña antes del campamento base del Everest. Los demás viajeros son europeos o australianos. Uno que no he visto antes me dice “Hola”. Le respondo en inglés porque me da jartera hablar español con alguien que en realidad no sabe hablar español. Suelta una frase larga en perfecto mexicano. Brindamos, nos abrazamos, en cinco minutos nos volvemos los mejores amigos del mundo y al otro día, en la caminata, cantamos todas las canciones que nos sabemos para espanto de los europeos y los australianos que, suponemos, querían el silencio de la montaña. Compuesta por Quirino Mendoza en 1882.
*Pilar Quintana es escritora, guionista, publicista. Recibió el Premio Biblioteca de Narrativa Colombiana en 2018 por su novela La perra. También ganó en 2010 el Premio La Mar de Letras por su libro Coleccionistas de polvos raros. Otros títulos de su autoría: Cosquillas en la lengua, Conspiración iguana y Violación. Las canciones que integran esta lista caprichosa suya resuenan también en los cuentos que integran la nueva edición aumentada de su libro Caperucita se comió al lobo, recién publicada.