Agosto será un mes para quedarse en Bogotá

Notas de la editora de la revista

Agua fresca de pepino, tendencias, Alimentarte, Food and Wine Festival, agenda académica y más para hacer en agosto, son los temas con los que Liliana López nos sorprende este mes. Léalos y póngase al corriente de cómo va Bogotá en temas gastronómicos.

Liliana López
23 de julio de 2014








AGUA FRESCA DE PEPINO
Soy una amante de la comida mexicana y de la Ciudad de México. Hace poco, en una fiesta infantil, me dieron agua de pepino y quedé inmediatamente fascinada con su sabor y sensación de frescura. La suelen servir en los restaurantes, y es tan común como el agua de Jamaica y tan popular como las limonadas colombianas. Le pregunté al mesero sobre su preparación y aquí se las doy tal cual me la describió: ponga en la licuadora 1 pepino cohombro y 2 vasos de agua. Licúe y cuele. A cada vaso se le agrega el jugo de ½ limón, hielo y se endulza con azúcar, miel, miel de agave o el endulzante de su predilección.
 
A PREPARAR LOS ESTÓMAGOS
Agosto será un mes para quedarse en Bogotá y para alistar cuchillo, tenedor y apetito. Del 19 al 22 de agosto, Alimentarte llega con un nuevo concepto. Además del conocido evento que se realiza en el parque El Virrey, crearon el Restaurant Week. Durante estos días, chefs internacionales como Carlos García, de Alto (Caracas); Virgilio Martínez, de Central (Lima); Gastón Acurio, de Astrid y Gastón; Mitsuharu Tsumura de Maido (Lima); Fernanco Trocca, de Sucre (Buenos Aires) y el español Koldo Miranda, entre otros, cocinarán a dos manos con chefs colombianos en distintos restaurantes para los comensales durante una noche.

Además de esto, el 20 de agosto tendrán una agenda académica en el hotel JW Marriott, donde muchos de los chefs invitados participarán. Esta es una iniciativa de la Fundación Corazón Verde con el apoyo de Proexport, Invest in Bogotá y el Instituto Distrital de Turismo de Bogotá.

Por otra parte, justo después, del 24 al 31 de agosto, se realizará la cuarta edición de Bogotá Food and Wine Festival, con una planilla de cocineros invitados muy destacados. Entre ellos está Carlo Mirarchi, de Roberta’s y Blanca (Nueva York); Michael White, de Marea (Nueva York) y ganador del premio James Beard como mejor cocinero de 2014; Enrique Olvera, de Pujol (México D.F.), y Rodrigo Oliveira, de Mocotó (São Paulo), entre otros.

Los dos eventos demuestran que en Bogotá se está desarrollando una cultura gastronómica más rica e interesante. Además, es una oportunidad para que la industria realice alianzas, de que jóvenes cocineros hagan pasantías en distintos restaurantes en el mundo y de que estos invitados internacionales repliquen las experiencias que tuvieron en Colombia.

NUEVAS APERTURAS
Amigos y conocidos me consultan constantemente para saber cuál ha sido la última apertura en Bogotá. Me atrevería a decir que 2014 es, hasta el momento, el año más interesante en cuanto a nuevos restaurantes se refiere. En el primer trimestre lanzaron Cacio e Pepe, Primi, Canoa, Rural y Madam Tusan. Este mes abrieron dos interesantes propuestas. Por una parte, el chef español Paco Roncero –que ostenta dos estrellas Michelin con su restaurante La Terraza del Casino, en Madrid– llegó a Bogotá con VO (Versión Original), restaurante ubicado en la Zona G.

Así mismo, el grupo español En Compañía de Lobos inauguró el restaurante que, a mi parecer, tiene el mejor diseño y decoración en Colombia: Juana la Loca, que ofrece comida mediterránea y tapas españolas. Dos grandes brasileros piensan instalarse antes de que acabe el año para el placer de los carnívoros: la popular churrasquería Fogo de Chao y Rubaiyat; mientras que el célebre restaurante parisino donde solo se sirve un plato, L’ Entrecôte, abrirá una franquicia en Bogotá.

Por su parte, el grupo Takami inaugurará muy pronto dos propuestas distintas: Ugly American y Black Bear. Dos de los grandes grupos de restauranteros se tienen varios ases bajo la manga que aún no puedo revelar pero que pronto se conocerán. Fantástica toda la acción, la oferta y la variedad. Igual no puedo dejar de preguntarme: ¿habrá cama para tanta gente?