El futuro de la oncología está en la inmunoterapia

Ser diagnosticado con cáncer hoy no es una sentencia de muerte. Es todo un desafío, claramente, pero si se descubre a tiempo, gracias a los avances biotecnológicos, es muy probable que se controlen e incluso eliminen las células cancerosas.

Sin embargo, las cifras son desesperanzadoras y las estimaciones no son optimistas. Según estudios de la Organización Mundial de la Salud (OMS) el cáncer es hoy la segunda causa de muerte alrededor del globo y produce anualmente más de ocho millones de muertes. Para 2030, la OMS estima que la incidencia del cáncer aumentará un 70 por ciento.

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Con más de 100 tumores diferentes registrados, la lucha contra el cáncer se ha convertido en uno de los flancos principales de la investigación científica. Por eso es tan importante innovar en su prevención, diagnóstico y tratamiento. Pero uno de los principales problemas que enfrentan los médicos y los investigadores en biotecnología es que la célula tumoral se parece mucho a las células normales, lo cual no solo dificulta su diagnóstico en algunos tipos de cáncer, sino sobre todo su eliminación.

El oncólogo brasileño y director del Centro Oncológico Beneficencia Portuguesa Antonio Buzaid sostuvo que el 90 por ciento de los casos de cáncer son causados por factores ambientales, entre los cuales estarían la alimentación, el medioambiente alterado, la contaminación y fumar.

¿Cómo combatirlo?

Hoy un paciente puede combatir el cáncer por medio de seis alternativas. La cirugía para retirar el tumor; la quimioterapia (sustancias químicas que atacan el cáncer); la radioterapia (rayos X o gamma); la hormonoterapia (bloqueo de la acción hormonal de los tumores); las terapias objetivo o personalizadas (adaptadas específicamente al paciente según el diagnóstico) y la inmunoterapia (tratamientos que buscan incentivar el funcionamiento del sistema inmune para combatir las células cancerosas).

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Las mayores innovaciones –y los mejores resultados- están sobre todo en las últimas dos. Para el doctor Buzaid en los próximos años “la cirugía va a bajar absurdamente, la radioterapia y la quimioterapia también, pero sin duda el futuro de la oncología está en la inmunoterapia”.

Los estudios han demostrado que este es el tratamiento más beneficioso para los pacientes, pues combate con mayor éxito las células cancerosas y de forma menos invasiva, pues las propias fuerzas del organismo, potenciadas con medicamentos que fortalecen inmunológicamente el cuerpo, atacan el tumor.

Pero la terapia no es suficiente. Luciana Holtz de Camargo Barros, especialista en psico-oncología y bioética y fundadora del Instituto Oncoguia, sostiene que, en la lucha contra el cáncer, el paciente debe ser el centro. No solo se trata de atacar el tumor con tratamientos, sino que también es necesario orientarlo de forma personalizada, darle información de calidad, acompañarlo psicológicamente e impulsarlo a hacer valer sus derechos frente al sistema de salud.

Esto, pues generalmente cuando atienden un paciente con cáncer, los psicólogos “ven llegar una persona muy impactada y desinformada”, que a veces es víctima de diagnósticos tardíos, de profesionales poco capacitados en apoyo psicológico, y de tratamientos desfasados, inaccesibles o faltos de enfoque en calidad de vida.

Este último aspecto es esencial para vencer exitosamente el cáncer, pues como dijo en el taller Ana Paula, una brasileña de 40 años que superó el cáncer colorrectal, para lograr que las terapias funcionen “la mente del paciente tiene que estar bien”.

¿Hacia dónde innovar?

Las innovaciones científicas requieren muchos recursos, y no solo materiales, sino también mucho tiempo para lograr que las pruebas biotecnológicas tengan resultados favorables. Como explicó Kerstin Crusius, gerente de comunicaciones de investigación y desarrollo, alianzas y salud de Bayer, las investigaciones comienzan con más de 10 mil combinaciones, y con el paso del tiempo se empiezan a probar aquellas que resulten más exitosas en la lucha contra las células tumorales.

Cuando por fin se elige aquel medicamente con mejores resultados, la inversión de las farmacéuticas supera el billón de euros, y menos del 10 por ciento de las drogas entran al mercado. Por eso es importante que la industria farmacéutica y la academia vayan de la mano, pues como afirma Crusius, la colaboración “es el elemento clave para crear soluciones innovadoras”. En el caso de Bayer, y como afirmó su vicepresidente de desarrollo clínico, Mark Rutstein, en solo cinco años la empresa pasó de un único producto contra el cáncer a tener tres medicamentos aprobados.

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Si otras farmacéuticas deciden recorrer el mismo camino y aliarse con grupos académicos de investigación científica, los avances oncológicos serían extraordinarios. Sin embargo, el principal obstáculo está en el acceso de los pacientes a esas alternativas de tratamiento.

Solucionar el problema de costos y de acceso a los diversos medicamentos y terapias lograría disminuir las muertes por cáncer, pues alrededor del 70 por ciento se producen en países en desarrollo con gran inequidad y enormes deficiencias en el sistema de salud.