INTERNACIONAL
Alianza China- Rusia ¿qué implicaciones tiene para Latinoamérica?
El fortalecimiento de las relaciones de estas potencias emergentes podría otorgarle a la región una oportunidad para posicionarse como un actor internacional.
El fortalecimiento de las relaciones entre China y Rusia ha llegado a unos niveles sin precedentes. La guerra comercial que el gigante asiático tiene con Estados Unidos le otorgó a Moscú una oportunidad para acercarse a su antiguo rival comunista de la Guerra Fría.
Desde 2014, Washington aisló al Kremlin por su anexión de Crimea y desde los últimos dos años ha venido incrementando las sanciones a Rusia por su injerencia en las elecciones de 2016.
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China, por su parte, se ha enfrentado al incremento en los aranceles de EEUU sobre sus productos, valorados por más de USD 200.000 millones. Esto sumado a las sanciones sobre Huawei, el gigante tecnológico chino, y de que el Fondo Monetario Internacional (FMI) rebajó las perspectivas de crecimiento de Pekín del 6,3% al 6,2% por los efectos de la guerra comercial.
De esta forma, las dos potencias aplicaron el viejo proverbio: "el enemigo de mi enemigo es mi amigo" y qué mejor oportunidad para fortalecer sus lazos de amistad, y, quizás, plantear un frente común contra EEUU, especialmente en el aniversario 70 del establecimiento de las relaciones entre Rusia y China, con la firma de varios acuerdos en materia de energía, defensa, aviación, agricultura, tecnología y comercio electrónico.
La semana pasada Yuri Ushakov, asesor presidencial en política exterior de Putin, señaló que "las posiciones de Rusia y China son muy cercanas o coinciden completamente en la mayoría de los asuntos internacionales, incluyendo el programa nuclear de Corea del Norte, el acuerdo nuclear con Irán y la crisis en Venezuela".
China y Rusia en Latinoamérica
Según datos de la Administración General de Aduanas (AGA) de China, el país asiático se ha consolidado como el segundo socio comercial de Latinoamérica alcanzando la cifra récord de USD 307.400 millones en comercio bilateral en 2018, un aumento del 18,9% con respecto al año anterior. De otro lado, la importancia de Rusia en el continente se da más por temas geopolíticos que económicos, aunque por supuesto también tiene sus inversiones.
Para nadie es un secreto que su apoyo en términos económicos, políticos y de cooperación militar con los países que no están bajo la órbita de Washington ha sido fundamental.
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Políticamente, Rusia y China parecen estar alineados, esto no solo se evidencia en sus votaciones en el Consejo de Seguridad de la ONU, donde son miembros permanentes, sino en la postura que han expresado respecto a Venezuela, donde son aliados cercanos al presidente Nicolás Maduro.
Tanto el presidente de China, Xi Jinping, como el presidente de Rusia, Vladimir Putin, se oponen a una posible interferencia militar en terreno venezolano, así como a lo que ellos llaman las “políticas dictatoriales y dominantes” de Estados Unidos en la región.
Para Juan Leiteritz Ralf, profesor de la Universidad del Rosario y experto en las relaciones entre China y América Latina, el gigante asiático y Rusia aprovecharon el vacío que ha venido dejando EEUU en América Latina para aumentar su presencia.
“En los últimos 15 ó 20 años EEUU cada vez mostró menos interés en América Latina y ese espacio, ese vacío que dejó EEUU, fue utilizado por China, especialmente, para incursionar comercialmente y también como fuente financiera en la región”.
Para Carmen Scocozza, Ph.D. en Teoría e Historia e investigadora asociada de Colciencias, la alianza China-Rusia puede representar una oportunidad para América Latina y el Caribe.
“América Latina se ha convertido en campo de juego de las potencias emergentes (China y Rusia) y sabemos que hay un interés que ha crecido en los últimos por parte de estas naciones. Para China a un nivel económico y para Rusia tanto económico como geopolítico... Esta asociación puede ser para América Latina la oportunidad de tomar una posición internacional porque sabemos que China y Rusia son representantes de una nueva visión de las relaciones internacionales, de un mundo multipolar, de una posición muy fuerte respecto a la no injerencia en los asuntos internos de otros países”.
Según Scocozza, el acercamiento de estas dos naciones a América Latina obviamente puede afectar a Estados Unidos. Pone a la nación norteamericana frente a sus problemas y sus debilidades en los últimos años en la región.
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El caso de Venezuela, nación con la que Rusia y China tienen fuertes vínculos, ha servido como plataforma para que ambas naciones defiendan su visión de las relaciones internacionales, según Scocozza.
“Es muy coherente esta posición con la postura que han tenido con otras crisis internacionales, que es respetar la soberanía de cada país, no intervenir en los asuntos internos. También porque obviamente defendiendo esto significa también defender la no injerencia en el futuro en sus propios territorios”, señala la analista, quien reitera que esto nunca significaría una intervención directa de Rusia y China para defender a Maduro.
“La política de ellos es muy pragmática, ya no es de la gran contraposición ideológica del pasado, en particular con Rusia. Los rusos no tienen ni la fuerza económica ni el apoyo interno para justificar una intervención en Venezuela. Otra cosa es un apoyo indirecto que obviamente ya están dando, que pude ser un apoyo económico”.
Tanto Ralf como Scocozza coinciden en que los intentos de Washington de “castigar” a China y Rusia han servido más como impulsos para que ambas naciones busquen nuevas alianzas y socios estratégicos, donde América Latina y el Caribe juegan un papel fundamental.
“La posición de Rusia hoy en día es una posición mucho más pragmática y muchos menos ideológica. Rusia se mueve allá donde encuentra un contexto favorable respecto a sus intereses nacionales. Seguramente acercarse a China puede representar una nueva oportunidad para ambos para fortalecer las relaciones con América Latina”, agrega Scocozza.
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Varios analistas políticos han señalado que el interés de China y Rusia en América Latina no va solo a lo económico, su presencia sirve para mostrarle a Washington que ellos también pueden tener injerencia en las naciones que “EEUU considera como su patio trasero”, esto en respuesta a las acciones del Gobierno estadounidense sobre Crimea y Siria, en las que difiere con Rusia, y la disputa sobre Mar de la China Meridional, en las que difiera con el gigante asiático.
Lo cierto es que en estas últimas semanas todo parece indicar que uno de los peores escenarios geopolíticos para EEUU, "la pesadilla de Brezinski", podría hacerse realidad: una gran alianza ruso-china basada en agravios complementarios y no en la ideología, según explicaba en 2017 el ex consejero de Seguridad Nacional Zbigniew Brezinski.
* Con información de ANADOLU.