MULTILATERALES
Exigencias del FMI a países en crisis lo tienen en el ojo del huracán
Por estos días preceden a la asamblea del FMI protestas en varios países contra las medidas de austeridad que les exigen y el anuncio de nuevos nubarrones en la economía.
No ha sido fácil el aterrizaje de la nueva directora del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva. Solo semanas después de posesionarse en el cargo ya tuvo que anunciar que 90% de las economías en el mundo se están desacelerando y que habrá que recortar de nuevo las proyecciones de crecimiento global. Por si fuera poco, enfrenta una nueva andanada de críticas por el papel que ha desempeñado el FMI en las crisis de Ecuador y Argentina.
Y, además, este fin de semana la ejecutiva pasará al tablero en Washington durante la asamblea del FMI y del Banco Mundial.
En la asamblea participarán líderes económicos, ministros de Hacienda y presidentes de bancos centrales de los 189 países miembros de las dos entidades multilaterales. La reunión comienza el viernes 18 y deliberará hasta el domingo 20, con una serie de conferencias y encuentros que abordarán temas como las perspectivas de la economía, la desigualdad económica y la automatización laboral. Pero esta vez las reuniones tendrán un tinte más dramático por cuenta de la incertidumbre frente a una anunciada recesión de la economía mundial pronosticada para el próximo año, en momentos en que crecen los cuestionamientos al FMI por sus políticas de austeridad, que no han rendido los frutos esperados.
En el frente económico, las economías mantienen bajas las tasas de interés, pero el crecimiento sigue siendo el gran problema. Esto se ha convertido en caldo de cultivo para protestas y reclamos sociales.
Hace unos días Georgieva dijo que “la economía mundial se encontraba hace dos años en un periodo de auge sincronizado. En términos de PIB, casi 75% del mundo estaba en fase de aceleración. Hoy es aún mayor la proporción del mundo sincronizada, pero lamentablemente esta vez el crecimiento se está desacelerando”, según reportó el diario argentino Ámbito.
Al cierre de esta edición, el FMI volvió a recortar sus cifras de crecimiento. De 3,2% que tenía para este año, la dejó en 3%. Y para 2020, cuando había pronosticado 3,5%, ahora lo considera en 3,4%.
Dolores vecinos
Pero no solo la desaceleración de la economía le genera dolores de cabeza a la nueva directora del FMI. También enfrentará duras críticas a las políticas de austeridad, que han provocado alzamientos y protestas sociales en varias latitudes.
El aumento en los precios de los combustibles en Ecuador encendió la protesta social contra medidas recomendadas por el FMI.
Ecuador y Argentina registran episodios de rechazo a las recomendaciones que les ha hecho el FMI a sus gobiernos como contraprestación a los créditos otorgados para auxiliar sus endeudadas economías.
En Ecuador, el presidente Lenin Moreno tuvo que echar para atrás un decreto exigido por el FMI para asegurar un desembolso de US$4.200 millones. La norma generó una enardecida protesta, pues planteó recortar en 20% los salarios de los contratos temporales del sector público, disminuir las vacaciones de los funcionarios de 30 a 15 días, subir impuestos a empresas con ingresos superiores a US$10 millones y eliminar los subsidios a los combustibles. Esta última medida, que le habría ahorrado al gobierno US$1.400 millones anuales, implicó un aumento de 123% en el precio de los combutibles.
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La protesta social se ha agudizado contra las medidas que implican menores subsidios y pérdidas de beneficios para la población más vulnerable.
Esto provocó una violenta reacción en las calles que puso contra las cuerdas a Moreno, dejó 7 personas muertas, más de 1.340 heridos y 1.152 detenidos. Al cabo de 12 días el mandatario tuvo que ceder, negociar con los líderes indígenas y derogar el decreto.
La situación de Ecuador es grave, pues su deuda externa ya llega a US$37.000 millones. Y con una economía dolarizada hace 19 años, tiene poco margen de maniobra para superar sus problemas económicos.
Igual ocurre en Argentina, donde el FMI aprobó el año pasado un crédito por US$57.000 millones –el más grande en la historia de la entidad–, que acompañó de recomendaciones para recortar el gasto y profundizar la austeridad. Esto ha terminado por agudizar la crisis del país y tiene al presidente Mauricio Macri a punto de perder su reelección.
En Argentina las críticas a las políticas de austeridad y recortes del FMI han sido frecuentes y tienen al presidente Mauricio Macri contra las cuerdas y a punto de perder su reelección.
México podría correr una suerte similar. Esta semana el FMI le propuso 16% al IVA para los productos de la canasta básica. De acatarlo, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador podría enfrentarse también al descontento social.
Esta vez la asamblea del FMI tendrá que evaluar con sumo cuidado el complejo escenario social, político y económico que enfrenta el mundo. Y medir con mayor tino sus recomendaciones, para evitar que estas primeras señales de descontento terminen por generar una bola de nieve que afecte aún más el desempeño de la economía global.