CORONAVIRUS

Limitar el incremento de las desigualdades, desafío mundial tras la pandemia

La crisis provocada por la pandemia de covid-19 agrava las desigualdades ya existentes en el mundo y en los países desarrollados, y reducirlas será uno de los grandes desafíos del futuro, alertan economistas, dirigentes políticos y empresarios.

5 de julio de 2020
Para la dirigente de ING Bank Francia, Karien Van Gennip, hay que mirar más allá del aspecto económico y "renovar el contrato social". | Foto: Getty Images

"Las epidemias tienden a hacer que el mundo caiga del lado inclinado. Son de alguna manera una especie de acelerador y un revelador de debilidades", señaló el economista Pierre Dockes, profesor emérito en la universidad de Lyon 2, durante los Encuentros Económicos de Aix-en-Seine en París, que se celebraban este fin de semana.

Desde el inicio de la pandemia, médicos y epidemiólogos constataron que el coronavirus afectaba de manera más aguda a las personas víctimas de enfermedades crónicas (obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares), proporcionalmente más presentes entre la población pobre de los países desarrollados.

Lea también: El virus, protestas y el duro tono de Trump ensombrecen el 4 de julio

Y, sobre todo, las personas con empleos poco cualificados tuvieron que seguir trabajando para hacer funcionar los comercios alimentarios, los depósitos de los gigantes del comercio electrónico o los servicios de salud.

"Todas estas personas que continuaron trabajando pese a los riesgos (...) son gente de clases inferiores finalmente", subrayó Mark Stabile, investigador en la escuela de negocios Insead, especialista en desigualdades.

En los países desarrollados, las políticas de austeridad después de la crisis de 2008 "redujeron la calidad de los servicios públicos, en el sector de la salud por ejemplo, y el apoyo a gente necesitada, sin empleo", haciendo que hoy sea más vulnerable, precisó.

"Está claro que habrá un aumento de las desigualdades" por esta crisis, alertó la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde.

El Premio Nobel de la Paz egipcio, Mohamed el Baradei recordó "el número de personas pobres que (...) mueren simplemente porque no tienen acceso al sistema sanitario", "porque no pueden guardar la distancia física, porque los lugares donde viven están demasiado poblados, y [porque] deben volver a trabajar para sobrevivir", en especial en los países emergentes.

Para Pierre Dockes, países como India o Brasil podrían observar un parón en el avance del nivel de vida de sus clases medias con respecto a las de los países occidentales.

Carga para los jóvenes

Pero otra desigualdad generada por la covid-19 es la que se da entre generaciones y habrá que tener cuidado, estimó la economista italiana Elsa Fornero, exminsitra de Trabajo en su país entre 2011 y 2013.

Si bien "las generaciones mayores pagaron el precio más alto en términos de vidas humanas, (...) las consecuencias económicas, las medidas de confinamiento -por ejemplo con el cierre de las escuelas (...)- han dejado a los niños, adolescentes, fuera del sistema educativo", lo que "puede tener consecuencias a largo plazo (...) sobre su incorporación a la economía", precisó.

Estudios realizados tras la crisis de 2008 mostraron que las generaciones que tuvieron dificultades para entrar en el mercado de trabajo durante la crisis nunca recuperaron su retraso en términos de carrera.

Para los expertos, además de la reactivación económica para impulsar el crecimiento, hay que crear soluciones al incremento de estas desigualdades.

Algunos economistas, como Gabriel Zucman, abogan por un sistema fiscal excepcional para los más ricos, en base al modelo de la experiencia alemana después de 1945.

Alemania "eligió imponer retenciones temporales y muy progresivas a las grandes fortunas", al contrario que Francia y Reino Unido que prefirieron dejar correr la inflación para reducir la deuda, explicó.

Por su parte, la italiana Elsa Fornero estima que el endeudamiento masivo de los Estados para apoyar la recuperación económica "podría crear otra carga para estas jóvenes generaciones", y por lo tanto deberá servir también para "ayudar a los jóvenes a invertir en su capital humano".

Las inversiones para luchar contra el cambio climático deberán dirigirse a los más desfavorecidos pues "son siempre los más frágiles los que tendrán dificultades para soportar el impacto", abundó Kevin Sneadre, de la consultora McKinsey.

Para la dirigente de ING Bank Francia, Karien Van Gennip, hay que mirar más allá del aspecto económico y "renovar el contrato social". "Es el momento para hacerlo, es lo que hay que hacer en tiempos de crisis", recalcó.

AFP