INVERSIONES
¿Qué analizar a la hora de invertir en un mercado poscovid?
Juan Sebastián Caicedo, portfolio manager de Seeyond (filial de Natixis Investment Managers), habló con Dinero sobre el panorama del mercado ante la situación actual y el enfoque que deben darle los inversionistas latinoamericanos.
Ahora que los mercados alrededor del mundo comenzaron a recuperarse luego de la crisis ocasionada por la expansión de la covid-19, las medidas de aislamiento en diferentes países y la caída de los precios del petróleo, muchos se preguntan ¿Es momento de invertir?
Juan Sebastián Caicedo, portfolio manager de Seeyond (filial de Natixis Investment Managers), habló con Dinero sobre el panorama del mercado ante la situación actual y el enfoque que deben darle los inversionistas latinoamericanos.
Dinero: ¿Cómo ve el mercado global a raíz de la crisis de la covid-19?
Juan Sebastián Caicedo: Después de una caída histórica, por su velocidad y amplitud, en febrero y marzo, los mercados entraron en una fase de consolidación igualmente vertiginosa en abril, apoyados por la respuesta, también histórica, de la mayoría de las economías en el mundo.
Hoy, el estado del mercado es indudablemente mejor con respecto a hace dos meses, debido en gran parte a la rapidez de la doble intervención monetaria y fiscal que justamente faltó durante la crisis financiera del 2008.
Sin embargo, si bien se ha logrado dar una pausa necesaria a la espiral en cascada causada por la interrupción súbita de gran parte de la actividad mundial, la visibilidad tanto sanitaria como económica sigue siendo muy escasa. A esto se agrega la incógnita inmediata de las elecciones en Estados Unidos y el papel que éstas puedan tener en la agravación de las relaciones comerciales y políticas con China.
D: ¿Cuál es el mayor riesgo al que se exponen los inversionistas actualmente?
JSC: Sin duda alguna un recrudecimiento de la epidemia y una caída estructural de la actividad representan el mayor riesgo a corto y mediano plazo. Aunque las medidas adoptadas a nivel mundial han sido extraordinarias, su eficacia disminuye con el tiempo ya que son difíciles de mantener y no pueden suplir un paro prolongado de la producción y, luego, del empleo y de la demanda.
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D: ¿Cuáles serían tres recomendaciones que le daría a los inversionistas en este momento?
JSC: Primero, es crucial que cada inversionista defina cuál es su horizonte de inversión y en función de este estructure sus carteras. La toma de decisiones es hoy, desafortunadamente, más cortoplacista, y esto ha llevado en muchos casos a aumentar las discrepancias entre los objetivos buscados y los vehículos utilizados.
Segundo, considero que uno de los conceptos traídos a menos en los últimos años ha sido el de la diversificación. Las intervenciones monetarias y el traslado de la inflación a los mercados han concentrado el capital en pocas manos. Dada la fragilidad de las predicciones que se amplifica con esta crisis, es esencial incorporar medidas de precaución adicionales basadas en la asimetría del riesgo bajo incertidumbre.
Por último, mi fuerte opinión es que esta década estará marcada por intervenciones fiscales y la participación de los gobiernos en la definición de los grandes ejes de crecimiento. Las políticas de inversión deberán estar mucho más atentas a esta transición y, de manera crucial, desde una óptica internacional.
D: ¿Qué oportunidades pueden sacar los inversionistas de esta crisis?
JSC: Atravesamos lo que será una gran fase de transición económica y, probablemente, a posteriori política y social. Históricamente estos cambios siembran las bases de lo que son las dinámicas de crecimiento mundial a mediano y largo plazo.
Así, más que tratar de anticipar la dirección del mercado y el inicio de un nuevo ciclo alcista, hoy es crucial analizar la estructura de este y comprender cuáles son las nuevas tendencias que emergerán.
Si bien las incógnitas son enormes, la simplificación de las cadenas de producción, el aumento de iniciativas locales, la transición de un mundo globalizado a uno más robusto o la promoción de políticas inflacionistas, son posturas que empiezan a vislumbrarse y que de validarse crearán oportunidades de inversión.
D: ¿Existe una inestabilidad de los precios en los mercados financieros ahora mismo?
JSC: La caída de las tasas de interés a nivel mundial acompañada del incremento exponencial de la liquidez por vía de los bancos centrales ha llevado a los mercados de renta variable a niveles de valorización elevados. Más aún, las discrepancias en valorización entre países y sectores también han aumentado drásticamente y llegado en algunos casos a diferencias nunca vistas. Históricamente, estos excesos han dado paso a incrementos en la volatilidad y aumentado significativamente la probabilidad de rotaciones fuertes.
Por otra parte, la automatización e interconectividad de los mercados y los niveles altos de apalancamiento y de concentración en varios segmentos son también parte de los factores que desde mi punto de vista aumentan hoy el riesgo sistémico en el andamiaje financiero. Todo esto lleva a que los saltos abruptos y el incremento repentino de la volatilidad hagan parte del ecosistema que los inversionistas deben comprender hoy.
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D: ¿Cómo se está comportando el mercado latinoamericano en comparación con el mercado europeo?
JSC: Una de las particularidades de esta crisis causada por la covid-19 es cómo ha dejado en evidencia y en muchos casos amplificado los desequilibrios que ya existían localmente. Así, en Europa ha sido de nuevo la estabilidad de la Unión Europea la que se ha puesto a prueba y, en particular, la voluntad de asumir los costos de manera compartida.
Esto ha llevado a que el estrés se manifieste especialmente en el mercado de deuda pública de los países más afectados como Italia y España. Los últimos avances bilaterales entre Alemania y Francia han dejado entrever el deseo de impulsar una solución fiscal comunitaria. De ser validada a nivel europeo, ésta representaría un giro radical a la política segmentada que ha caracterizado al continente.
Por su parte, la situación para América Latina expone serios factores de vulnerabilidad debido a los altos niveles de desigualdad y a su menor preparación con respecto a las crisis precedentes. El Fondo Monetario Internacional estima que de todos los países emergentes, la región será probablemente la más afectada debido a su fuerte dependencia a las materias primas, al turismo y a las remesas.
En solo tres meses los inversionistas extranjeros retiraron cerca de US$100.000 millones en bonos y acciones o más del 4% del PIB del trimestre. Comparativamente, Colombia se encuentra tal vez en una mejor postura ya que llega con una tendencia positiva en inversión. Sin embargo, a medida que la crisis se prolongue mundialmente, el equilibrio entre impulsos fiscales y proyectos de inclusión con nuevos vectores de crecimiento serán determinantes.
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