Valoralta ya pagó cerca de la mitad de sus repos

El superintendente Financiero, Jorge Castaño, explicó que “en la Cámara Central de Riesgo de Contraparte había repos por cerca de $60.000 millones cuya contraparte era Valoralta” y por el momento se ha realizado el pago de cerca de $25.000 millones en dichos títulos por parte de la comisionista, por lo que se espera  “que se cumpla con total tranquilidad porque están puestas allí también esas garantías”.

Castaño agregó que esperan que los proyectos inmobiliarios en los que Valoralta invirtió también lleven a cabo sus juntas directivas y asambleas que dejen como resultado decisiones que permitan recuperar los recursos  “que se usaron para proyectos inmobiliarios, algo que con o sin consentimiento del cliente sería inadecuado” y así poder reconocer que “los accionistas actuaron adecuadamente, los  administradores han venido actuando adecuadamente, con control riguroso de la Superintendencia Financiera para evitar que se genere desconfianza en el mercado por cuenta de la firma”.

De acuerdo con los cálculos de la Superintendencia Financiera, la diferencia entre el dinero que reclaman los cerca de 13 clientes de la comisionista afectados por los actos de uno de sus agentes comerciales y el dinero reportado en las cuentas de las misma es cercano a los $7.000 millones.

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El superintendente explicó que el delito que cometió el asesor comercial involucrado fue entregar “información inadecuada a los clientes sobre la totalidad de sus recursos”, lo que dio lugar a la diferencia entre las reclamaciones y los recursos reportados.

El caso de Valoralta también le reveló a la Superintendencia y al país que la práctica de las comisionistas de recibir dinero de sus clientes directamente mediante sus comerciales, en cheque o en efectivo, no se ha abandonado por completo.

Por esta razón, la entidad prepara una normativa para declarar como práctica no segura e inadecuada el pago de dinero de los clientes directamente a los agentes comerciales de una comisionista. Dichos pagos deben realizarse mediante la tesorería de la firma o una transacción bancaria, de tal modo que ambas partes y el regulador tengan trazabilidad de los recursos.

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