Izquierda y consenso nacional

Semana
5 de abril de 2008

Los partidarios de construir un consenso nacional parecido al de Chile no deberían dejar pasar esta afirmación del columnista de El Tiempo Mauricio García Villegas, en su comentario sobre los dos artículos de Rafael Nieto, en Semana, enunciando sus convicciones de derecha:

" (...) Nieto hace un llamado para lograr un acuerdo sobre lo fundamental, basado en su propia lista de valores. Pero esa propuesta -como su lista- no distingue entre el consenso sobre reglas mínimas y esenciales -por ejemplo, el rechazo enfático y por igual de todo tipo de violencia- y el consenso sobre políticas públicas y sobre asuntos de gobierno. No sólo se trata de dos consensos diferentes, sino que el primero es indispensable, mientras el segundo es inconveniente".

Esta distinción que introduce García Villegas podría ser un gran aporte para lograr el consenso o ser un gran torpedo.

La cuestión depende, en principio, de otra lista: la de las "reglas mínimas y esenciales" que constituirían el consenso "indispensable". Habría que pedirle que complete la lista. La de Nieto no funcionaría por su extensión y por otras razones.

El "acuerdo sobre lo fundamental" puede restringirse a valores, "reglas de juego" y "procesos", o también incluir grandes objetivos y metas. En cualquier caso, el acuerdo debe ser "operativo". Por ejemplo, hablar de la democracia sin tocar la reelección sería un "canto a la bandera".

El lado práctico del acuerdo lleva, necesariamente, a la cuestión de las estrategias, en especial si se adoptan grandes objetivos y metas. Por ejemplo, reducir la pobreza a 15% en determinado año.

Cuando Mauricio García considera que es inconveniente el consenso "sobre políticas públicas y sobre asuntos de gobierno", tal vez se está refiriendo al cómo se lleva a cabo lo que diga el acuerdo.

Tachemos "asuntos de gobierno", que son cualquier cosa, y tomemos con cuidado las políticas públicas, pues las hay de distinto alcance.

Lo importante es que tendríamos que preguntarle al columnista si el consenso inconveniente sería sobre el cómo, pues tal vez la izquierda no quiera comprometerse con estrategias que considera de derecha.

Se supondría, en lógica, que acordando principios, valores, reglas de juego, procesos, objetivos y metas, no habría que desgastarse en discusiones sobre estrategias, que van ajustándose. Pero parece claro que los colombianos podemos ser bastante incoherentes en la "implementación" de principios que hemos firmado.

Si identificamos qué asuntos es inconveniente volver objeto de consenso, estaremos dando un buen paso. Pero si la distinción sirve para evitar comprometerse con la "operación" del "acuerdo sobre lo fundamental", entonces no es buen paso.

* Tal vez ayude ver un continuum y no una dicotomía entre derecha e izquierda, como dice el profesor García Villegas. Seguro debe haber una mejor palabra que continuum para describir la complejidad de esas nociones en distintos planos.