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OPINIÓN
La comunidad afro llega fragmentada a las elecciones (otra vez)
Esta dispersión a la hora de participar en lo político-electoral es el karma que ha pesado sobre las comunidades afro desde que tienen participación en la Cámara de Representantes.
Lo que a simple vista tendría que ser una poderosa oportunidad para las comunidades afro –quienes tienen por circunscripción especial dos de las 166 curules de la Cámara de Representantes– se diluye cuando llega la época de hacer la lista para escoger a sus representantes. Y en estas elecciones, nada indica que las cosas vayan a cambiar.
Para las elecciones que se avecinan hay 25 listas con más de 60 nombres que se disputan las dos curules que entrega la circunscripción especial, y ninguno de los candidatos logra demostrar un verdadero liderazgo. Una vocería que haga pensar en la ilusión de una figura que encarne la esperanza de ese pueblo que durante el último año ha expresado con fuerza en las calles su frustración por el abandono del Estado. Ni la figura de Leonar Rentería –que alcanzó a visibilizarse nacionalmente cuando enfrentó a Uribe– ni su fórmula Francia Márquez lograron aglutinar a la comunidad.
En el papel, y de acuerdo con el espíritu mismo que animó la creación de la circunscripción especial afro, estos deberían llegar a la instancia de participación electoral con la solidez que da la condición de ser comunidad étnica, y no cualquier comunidad, sino una que de acuerdo con el Dane tiene más de 4.300.000 habitantes. Es decir, los afros representan más del 10% de la población colombiana.
Esta dispersión a la hora de participar en lo político electoral es el karma que ha pesado sobre las comunidades afro desde que tienen participación en la Cámara de Representantes. Esto revela que, a pesar del despertar regional que ha registrado el país por las manifestaciones en Tumaco y Chocó, y el mediático paro cívico en Buenaventura, todavía no emergen los liderazgos capaces de aglutinar y generar un sentido de unidad entre esta importante franja de la población colombiana.
De poco ha servido a los propósitos organizativos de la comunidad afro el paso por el alto gobierno de algunas de sus personalidades ciertamente brillantes en lo individual como Óscar Gamboa, quien fue director del Programa Presidencial para la Formulación de Acciones y Estrategias para el Desarrollo Integral de la Población Afro, o Luis Gilberto Murillo, hoy ministro de Ambiente, o en otro momento la ministra Paula Marcela Moreno. Mucho menos se puede esperar algo de los congresistas que teniendo origen en pueblos afro llegaron al Congreso por los partidos tradicionales.
Todavía está pendiente la explicación sobre las razones de la dispersión política en el pueblo afro de Colombia…
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POR GERSAÍN DÍAZ | @GerzainDiaz
Documentalista y realizador audiovisual Yubarta, canal de televisión de la Universidad del Pacífico en Buenaventura.
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