La decadencia de Mathew Perry, el protagonista de Friends

Hacía casi dos años que Matthew Perry no aparecía en público y la impresión que dejó no fue la mejor.

Su ropa, muy suelta, manchada y desgastada, delataba mucho tiempo de uso. No parecía haber pasado por la ducha en días y el colmo de tal desaliño era el descuido de sus uñas, sucias y muy largas. 

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Así lo captó un paparazzi en las calles de Manhattan, para desconsuelo de millones de fanáticas que lo adoraron cuando interpretaba al torpe, poco comprometido y bondadoso Chandler Bing, de Friends.

En los años 1990 estaba en la cima de la fama mundial, pero detrás de tanta maravilla se escondía su adicción al alcohol y las drogas.

Como se recuerda, la serie cautivó de tal modo a espectadores de todo el mundo, que duró diez años al aire, entre 1994 y 2004. De hecho, aún los capítulos se siguen repitiendo con gran éxito, pues el humor y las disparatadas situaciones del combo de seis amigos en la Gran Manzana parecen no envejecer.

No se puede decir lo mismo de Matthew, quien ha sido quizá el menos afortunado de los actores tras el fin del programa. Lo realmente problemático con estas nuevas imágenes es que su semblante abotargado y manos hinchadas dispararon las alarmas sobre su estado de salud, que ha sufrido serias complicaciones.

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El año pasado estuvo tres meses hospitalizado a causa de una perforación en el intestino. Además, padeció de pancreatitis y depresión, pero lo que más le ha costado su bienestar son sus adicciones.

En 2013, el actor causó asombro al contarle a People una terrible verdad: los años de Friends, cuando él y sus compañeros de reparto estaban en el pináculo de la fama, fueron para él un infierno, pues estaba sumido en el alcoholismo y la dependencia a drogas como Vicodin, metanfetaminas y metadona. “Para cualquier espectador, yo lo tenía todo, pero lo cierto es que aquel fue para mí un momento de cruel soledad”, confesó.

Matthew fue captado caminando por las calles de Manhattan con el semblante abotargado, y la ropa vieja y manchada. Llamó mucho la atención el desaseo y mal aspecto de sus uñas.

Por supuesto, todos estos inconvenientes han frenado el buen desempeño de su carrera. Para la muestra, Perry no ha actuado en cine desde 2009, mientras que en televisión solo ha tenido apariciones esporádicas en algunos programas durante los últimos ocho años.

No obstante, está convencido de una cosa: no se le mediría a actuar en una hipotética continuación de Friends. “Mi pesadilla más recurrente es que reencauchamos la serie y a nadie le importa, nadie la ve. La cuestión es que la dejamos en un punto muy alto, y eso no podemos superarlo”.

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Lástima, porque el resto del elenco, incluida Jennifer Aniston, la más triunfadora y taquillera de todos, sí ha mostrado su abierta disposición para darle curso a la idea.

* Este artículo hace parte de la última edición de la revista Jet Set. Puede leer más aquí.